Iran’s Foreign Minister Abash Araghchi expressed his condolences for Fereydoun Shahbazian, a distinguished Iranian musician, composer, and conductor who died at the age of 80 in Tehran.
LAWFARE.
Del tecnicismo al reconocimiento pedagógico de una forma del discurso
diplomático. O de su eficacia como dispositivo propagandista del relato
increíble
¿Cómo es acaso posible tipificar, para un escopo pedagógico, la retrogradación discursiva de un mundo diplomático panamericanista al influjo de la lawfare, i.e. de una lawfare imperial, y en relación a un estado del mundo latinoamericano y caribeño que se halla orientado a una forma radical de historicidad de sus independentismos: el antipanamericanismo? Lawfare in the Backyard|Director: L. M. CARVALHO|País: Argentina|Año: 2019|Duración: 64 min.
Análisis de la lawfare en los casos de Argentina y de Perú, en el programa veinticuatro
de MACONDOdonde se postula la cuestión geopolítica de la intervención
de la inteligencia estadounidense y el interés corporativo empresario
con el que se compone el argot denominado «poder real» (o propiamente la forma
de relaciones políticas que adquiere el poder oligopólico mediante sus relaciones financieras)
así como el problema institucional del neoliberalismo que descompone los poderes del estado
Discurso magistral del presidente de República de Nicaragua Daniel ORTEGA
acerca de la geopolítica imperial y sus institutos de invasión,
a instancias del LXXXV Aniversario del natalicio de Carlos FONSECA AMADOR
26.06.21
Canciller de Nicaragua a Sputnik: «Bachelet hace caso omiso a la información que le proporcionamos»
[Reportaje de K. MÉNDEZ LOFFREDO, corresponsal en España de revista Sputnik] El canciller de Nicaragua, Denis Moncada, conversa en exclusiva con Sputnik tras una ola de críticas por el arresto de una veintena de opositores. Moncada denuncia que, al igual que lo hicieron en los años 80, Estados Unidos coordina un plan para evitar que el sandinismo se mantenga en el poder.
Nicaragua: ¿en qué consiste la campaña de deslegitimación contra las elecciones de noviembre?
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) enfrenta, durante los procesos electorales en Nicaragua, no solo a una oposición local, sino también a los intereses extranjeros representados por la Embajada de Estados Unidos, la Unión Europea y mecanismos regionales como la Organización de Estados Americanos (OEA). Así expresó a Sputnik el académico Leonardo González, para quien el triunfo del FSLN en los comicios presidenciales de 2006 —en los cuales ganó Daniel Ortega—, demostró, frente a la sistemática campaña antisandinista y de terror mediada por la injerencia foránea, que sí podían volver al poder, transformar la realidad y asumir iniciativas públicas en tiempos de paz.
CASO NICARAGUA. Declaración de Michael CAMPBELL, representante permanente alterno
de República de Nicaragua ante la OAS, en la sesión del Consejo Permanente,
donde se intentó operar a partir de la diplomacia canadiense
mediante un proyecto de resolución que condena posteriormente en su LI Asamblea
el proceso eleccionario nicaragüense desarrollado
por las autoridades de su Consejo Supremo Electoral
y donde no se padece de ningún candidato político partidario postulado a la presidencia
que se halle detenido a pesar de los falsos positivos que se difundieron
al influjo del conglomerado oligopólico de la comunicación
NICARAGUA. Crónica periodística en canal JP de Angélica ROCHA
acerca del proceso electoral nicaragüense de 2021
NICARAGUA. Crónica periodística en canal JP de Roberto SALINAS
acerca de las corporaciones de comunicación funcionales
a los falsos positivos noticiosos proyectados por el pentagonismo estadounidense,
en oportunidad del proceso eleccionario nicaragüense de 2021
que reitera su apoyo a la administración sandinista de ORTEGA
15.11.21 Francisco Javier BAUTISTA LARA
Diez Claves en Elecciones Soberanas de Nicaragua que claman al mundo
“Nuestros sueños no caben en sus urnas solo en las nuestras de la dignidad patriótica”. Consigna de la lucha popular. “Washington apoya a dictadores y bloquea democracia y desarrollo, como hacen sus aliados”. Noam Chomsky.
de CUBADEBATE analizan junto a sus entrevistados Edwin MADRIGAL,
miembro del Consejo Nacional de Comunicación de Nicaragua,
y Gustavo VEIGA, periodista argentino de Página 12, el mecanismo vertebrador
de un plan contrarrevolucionario para América Central que permita la legitimación
de «portavoces académicos» funcionales al aparato propagandista imperial
junto a sus falsos positivos mediante la tercerización de fondos federales destinados a agendas injerencistas contra el orden constitucional de repúblicas como la cubana o la nicaragüense
CASO HAITÍ
Transmisión de RADIO-CANADA Info: Enquête | Peyi Lòk et Haiti sous influence,
de Luc CHARTRAND, Étienne CÔTÉ-PALUCK et al.
Identificación del CORE group como instituto de invasión
CASO PERÚ
Sinopsis de operación neofascista para ejecutar golpe de estado
Cuba: Destitución de Castillo en Perú subvierte la voluntad popular
El mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, critica la destitución del ya expresidente de Perú, Pedro Castillo, y culpa de la crisis a las “oligarquías dominantes”. “La situación en Perú es resultado de un proceso dirigido por las oligarquías dominantes para subvertir la voluntad popular que había elegido a su gobierno [de Castillo] de acuerdo con el ordenamiento legal peruano”, ha escrito este viernes Díaz-Canel en su cuenta de Twitter. El mandatario cubano ha defendido el principio de no injerencia en los asuntos internos de los Estados, para luego insistir en que corresponde al pueblo peruano hallar por sí mismo soluciones a sus desafíos, “en virtud de sus legítimos intereses”. “[Estas] decisiones deben ser respetadas”, ha resaltado.
Ex primer ministro de Perú se declara en "clandestinidad" y expresa su "incólume lealtad" a Castillo
El ex primer ministro peruano, Aníbal Torres, anunció este sábado que pasa a "la clandestinidad", después de que la Fiscalía lo denunciara por presunto delito de rebelión. "La fiscal de la Nación, sin razón, me ha denunciado por formar parte de una organización criminal y perturbación a la Justicia. Ahora lo hace por rebelión y otros delitos, solo por oír el mensaje presidencial", tuiteó el político, refiriéndose a la alocución del pasado miércoles, en la que el exmandatario Pedro Castillo anunció la disolución del Congreso y el establecimiento de un Gobierno de excepción. Según explica, tomó la decisión de declararse en "la clandestinidad", porque —asegura— "los fiscales son operadores políticos".
¿Qué hay detrás de la campaña internacional #SOSCuba?
Un analista de redes detalla una campaña llevada a cabo en Twitter para amplificar a nivel internacional la situación de la isla. ¿Qué está pasando en Cuba? Macías intenta responder a esta pregunta analizando alrededor de dos millones de tuits en los que se usó el 'hashtag' #SOSCuba durante los pasados días 10 y 11 de julio. Así, relata que el operativo para amplificar a nivel internacional la situación de la isla comenzó con la petición de ayuda humanitaria y la implicación de conocidos artistas, muchos de los cuales accedieron a publicar el 'hashtag'. Además, incluyó la participación de miles de cuentas recién creadas y bots y la utilización de imágenes falsas sin contrastar, que recorrieron las redes sociales de varios países.
CASO COLOMBIA. Persecución política a gobernador Carlos CAICEDO. [«La persecución en Colombia a gobiernos alternativos es evidente y la comunidad internacional lo reconoce, los planes en mi contra nacen de las mafias del establecimiento, su interés es debilitar la oposición y hacer trizas La Paz»] en URL: https://twitter.com/carlosecaicedo/status/1432837687569010691 (Acceso 2021, septiembre 01)
CASO Gustavo PETRO. El jurista y periodista colombiano François Roger CAVARD preparó durante cuatro años el auto de 19 de mayo de 2022 admitido por el juez Joaquín GADEA en sede de la Audiencia Nacional del Reino de España, donde se denuncia a Gustavo PETRO de Pacto Histórico, a veinticuatro horas de haber ganado la primera vuelta electoral a la presidencia, por el presunto secuestro del periodista Fernando GONZÁLEZ PACHECO durante la época de operaciones guerrilleras del M-19 en URL https://actualidad.rt.com/actualidad/431380-justicia-espana-denunciar-petro-secuestro-periodista (Acceso 2022, mayo31)
CASO de juicio político a Carolina COSSE, intendenta de la ciudad de Montevideo, promovido por ediles ultraconservadores de la Junta Departamental capitalina. Respuesta de la bancada senatorial de la representación de izquierda Frente Amplio contra ese procedimiento que se confirma como un «atropello republicano», en Palacio del Legislativo de la República Oriental del Uruguay, mediante conferencia a periodistas
CASO Carolina COSSE. Declaratoria oficial de la intendenta de Montevideo, como gobernante de la ciudad capital de la República Oriental del Uruguay, en defensa de su gobierno comunal, donde formula crítica política al gobierno nacional ultraconservador debido a la cercenadura provocada a la institucionalidad democrático republicana
Vid. Viceministerio de Comunicación de República de Bolivia. 2021, julio 27. «La Universidad de Salamanca determinó que no hubo manipulación de los resultados de las elecciones generales de 2019» en URL: https://www.comunicacion.gob.bo/?q=20210727/33039 (Acceso 2021, agosto 01).
DEL RECONOCIMIENTO
DE SU ESCOPO.
Si el aula es alcanzada por las
«noticias del mundo» (sobre todo en sus multiplicadas operaciones telemáticas),
no hay que detenerse sólo en el argot periodístico en el que se envuelve. Debe
reconocerse además el porqué del tecnicismo que dimana de la cuestión que trate.[1] El
aspecto lisológico o generalista de todo tecnicismo que se discutiese —como
reflujo de una operatoria institucional y políticamente orientada (especialmente
en los planos β-operatorios, al resolverse como escopo de una cartografía
pedagógica, o como caso resultante de un interés didascálico, etc.)— representará
su historicidad a partir de una categoría de imperio, y, a su vez, toda contraposición
antiimperialista se ensayará como un necesario criterio de relación de su
ensamblaje con un estado del mundo; aunque no hay que remitirse a esto como si
acaso fuese una única causa para la fundamentación de problemas y corolarios
(no se trata de un arjé
protofilosófico), salvo que no se abjurara de pretensiones fantasmagóricas a
instancias de un análisis. Esta formulación se propone con la finalidad de
atender el reconocimiento de un tecnicismo que ha subyacido entre títulos de
prensa: la lawfare (i.e. la law-fare
o la law warfare), al menos a partir
de cierta relevancia periodística, i.e., de aquella que remite a una política
empresaria y oligopólica de comunicación noticiosa (siendo que su aparato logógrafo,
no ya el periodista individualmente, enfrenta los reportes, sobre todo de política
internacional, pauperizándolos a «mundo de opinión»).
Esta formulación refluye de una tesis
inexcusable: las empresas de comunicación colectiva, especializadas en
comunicación periodística, o política[2], o
propagandista, narran los «acontecimientos» de la América Latina y del Caribe —a
partir de su aparato oligopólico— como defensa ideológica de sus relaciones
imperiales, valiéndose de la lawfare en
su estrategia argumentativa. Hay casos paradigmáticos que tratan de cómo se
presentan las crisis políticas de gobiernos y personalidades
latinoamericanistas; se hallan los CASTRO, CHÁVEZ, CORREA, FERNÁNDEZ, GLAS, LUGO, «LULA» da SILVA, MADURO, ORTEGA, ROUSSEFF, entre tantos
otros listados de etcéteras a los que habría de integrárseles el relato que se
consustancia de activistas como Berta CÁCERES, o Milagro SALA, i.e. de una
miríada de personas asesinadas o presas políticas[3]
que se han enfrentado al neoliberalismo de las democracias panamericanistas o
de los regímenes resultantes de un golpismo parlamentario ciertamente asociado
al crimen organizado[4], habiéndose
concretado su ejecución, en casos como los del Brasil o del Paraguay, o sólo planificado
y dejado en suspenso, como fue dado
en la Nicaragua sandinista o en la Venezuela bolivariana.[5] Esa
lawfare, a su vez, se reduce al
racismo semántico de una «comunidad internacional» comprendida en el fenotipo de
los blancos anglosajones y europeos de primer mundo. Esto, como si no hubiese
acaso una «comunidad internacional» con intentos de soberanía y que explotada o
expoliada refluye en sus relaciones diplomáticas en coordenadas geopolíticas de
tercermundismo o de países no-alineados (siendo basales, además, para una relación
racionalizada de las partes materiales y formales del derecho internacional
público).
¿Acerca
de qué trata pues la lawfare, i.e. como
idea de lawfare que desborde su sola
conceptualización jurídica? —si la cuestión dudosa es formulada en referencia,
acaso, a un verdadero escopo cartográfico que a su vez no debe reducirse a
versiones lexicográficas de mera «guerra legal» o «guerra jurídica»—.[6] Hay
que remedar a un magistrado argentino como Raúl ZAFFARONI, ex juez de la Suprema Corte de
Justica, quien advierte que la lawfare
refiere, su conformación propagandista, a un sector de la justicia y a un
sector predominante de los conglomerados empresarios de la comunicación que se
asocian y «fabrican una realidad».[7] La
lawfare —el magistrado dirá que
parece ser más una law far— es un
barbarismo del que se valen (alejado del derecho); y lo operan conjuntamente asociados
a los conglomerados financieros (siendo el International Monetary Fund uno de
sus cíclopes plutocráticos reaparecidos en la América del Sur, además de las
versiones mercantilistas decimononas con las que coexisten mediante la acumulación
infructuosa de tratados de libre comercio). A lo definido por el magistrado
argentino, podría especificársele como sesgo de una lawfare lo declarado a su vez por la diplomática Alicia CASTRO, connacional
suyo, quien lo especifica en relación a la injerencia que padece una Venezuela
que conforma su democracia latinoamericanista: «Tratan de demonizar al
mandatario [MADURO], luego le inventan y financian una oposición interna,
fabrican escenas de violencia, y hacen una gran prensa internacional de ello
para justificar una intervención. Luego dirán que se equivocaron o que
mintieron [...] Están entusiasmados con intervenir en nuestro continente».[8] Y
habría que agregar lo siguiente, a esta misma cuestión formulada: la lawfare refiere a un manido dispositivo de
injerencia y de proselitismo propagandista imperial (incluso en su forma
extrema de intriga criminal), de desprendimiento flagrante —en las relaciones
diplomáticas— no sólo de una necesaria moral internacional sino, a su vez, del
mismísimo acotamiento normativo al que exige ceñirse el derecho internacional público.
Esto se explicitaría durante el año de 2002 a partir de la administración
estadounidense de G. W. BUSH
con
su American Service-Members' Protection
Act,deslindándose del
derecho penal internacional y de su «jurisdicción universal».[9] La
lawfare, así, no resultaría más que en
un autoproclamado derecho a su ley de imperio. Aunque la lectura académica
anglosajona[10],
entre los expertos en contrainsurgencia, (envolviéndose la más de las veces en una
asepsia teoricista, incapaz de adjetivación gnoseológica), supondrá que asociar
la lawfare a las antecedencias de la
administración BUSH es
intrínsecamente improductivo y sólo remitiría a un acto de «politización».[11]
Así, el problema de la generalidad de los
asuntos asociados a la lawfare —y no
sin que en esto converjan acaso formas de propaganda negra[12] y
analogías superficiales— se ha orientado a identificaciones distintas de las
que previene el magistrado argentino; y esa diferencia se debe a que su sentido
histórico-institucional[13] se
tergiversa: la academia occidental[14] ha
densificado la terminología, aunque para tipificar la detección táctica de
alternativas jurídicas de «denuncia política» realizadas por formas
«guerrilleras» o «terroristas», a la manera de una guerra jurídica contra potencias capitalistas (salvo en aquellos
casos que es aplicada por ese mismo primer mundo, donde su sentido político sería
razonable porque evitaría los costos de una confrontación bélica directa contra
fuerzas antioccidentales).[15] Increíblemente,
la lawfare —siendo un instrumento
imperial de injerencia en el tercer mundo, aplicado por el aparato financiero[16]
de las potencias en asociación a su aparato de propaganda— es concebida por la
academia de los países ricos como una alternativa del tercer mundo para atacar
injustamente su primermundismo democrático (i.e. se aquejarían las potencias de
la disparmanera en que se exige a unos y a otros someterse al imperio de la ley).
Respecto del supuesto uso abusivo de la legalidad que acometerían los países
pobres contra las desprotegidas potencias occidentales, cabe la siguiente
cuestión dudosa: ¿qué países capitalistas se valen del «poder de veto» en el
Consejo de Seguridad de UN y en relación a qué poblaciones lo aplican? En la franja
de Gaza del pueblo palestino e.g. la ley internacional se quiebra —a pesar del asesinato de civiles inocentes— y
esto es notorio en el propio Consejo de Seguridad de UN. No hay en ese problema
geopolítico «ayuda humanitaria» que valga, sino sólo veto estadounidense (salvo
una excepción en que el país americano se abstuvo) ante cada intento diplomático
de resolución de las naciones para observar la injerencia del sistema político
sionista resueltamente inclinado a la maldad
cartaginesa. La lawfare, por
tanto, como mera estrategia de ataque jurídico, dadas relaciones asimétricas
entre países de distinta potencia, supuestamente aplicada por países pobres
contra países ricos, es posible de desembrollar mediante el argumento apagógico —esto, en relación a tesis
incoherentes que nieguen aquellas interpretaciones de causas de conflicto que
resultan verdaderamente de prevalencia en su desarrollo histórico—.
Y es que históricamente la lawfare sólo ha sido aplicada reforzándose
el poder político que asimismo la convalida —y no contra de la estructura de aquella
clase social que domina económicamente los medios de producción—: la fórmula contemporánea
de su tecnicismo, trata principalmente, en tanto instrumentación jurídica, de
un dispositivo geopolítico de la diplomacia injerencista de las potencias
occidentales sobre poblaciones tercermundistas con valor económico estratégico
(e.g., y sobre todo, respecto de países pobres con riquezas, aunque sin capacidades[17]
propias desarrolladas para su usufructo y por tanto sin condiciones soberanas
para fundarse como países ricos). Esa lawfare
—en contra de otras naciones— verdaderamente sólo podría aplicarse por
mediación de potencias que la convalidan con su razón de imperio (desbordándose
la sola condición jurídica de aquellas relaciones internacionales a partir de
las que se implementa). En esto es que se yergue la retórica política[18]
de la lawfare que no es otra cosa que
una lawfare imperial: el desmedrado
«Grupo de Lima» es un caso que podría evidenciar cómo se desarrollará una jurídica de la propaganda negra en el
siglo XXI sobre las naciones independentistas i.e. antineoliberalistas y por
defecto antiimperialistas (a partir de artilugios como las fake news que incluso se asumen por jueces y sus judicaturas, no
para una resolución de fallos o interlocutorios sino para la perpetuidad de sus
autos, exultándose penosamente en un tráfago de influencias y prevaricato,
entre tantos otros barbarismos aplicados para la proscripción de dirigencia
político partidaria contraria a una geopolítica panamericanista, como resulta
del caso «LULA» que la propia UN observa, siendo la suya una decisión
vinculante, determinada mediante su Comité Internacional de Derechos Humanos,
advirtiéndose que el estado brasileño debe permitirle el ejercicio de sus
derechos políticos como candidato[19],
aunque esto finalmente ha sido denegado por el Tribunal Supremo Electoral[20]
brasileño y con anterioridad a su vez por la Fiscalía General Electoral). A la usanza del propio CORE groupe, del año de 2003, de aquel conglomerado que operaría su diplomática además a la manera de un instituto de invasión contra la población haitiana, y, si se quiere, precaviéndose de sus antecedencias, es posible reconocer que las relaciones imperiales se aplican nuevamente, esta vez, reiterándose en su forma de imposición transaccional: el Grupo de Lima—imbricado en los sesgos propios del apartheid o del sionismo
a los que es proclive su plutocracia panamericanista— desatiende, y debido a una diplomacia
precaria, la legitimidad electoral de una república bolivariana como lo es
Venezuela, puesto que sólo obtuvo de México, nación crucial para ese cónclave,
una abstención declarada.[21]A su
vez, la propia cancillería de la República Oriental del Uruguay discutió que el
Grupo de Lima no posee competencia diplomática alguna para calificar la
presidencia de ninguna nación latinoamericana.[22]O como
lo especificara un constitucionalista como H. ESCARRÁ, las declaraciones del Grupo de Lima
carecen de efecto jurídico internacional puesto que no forman parte del sistema
multilateral.[23]Además,
la propia secretaría general de UN desestimó la resolución de Lima.[24] Y
debido a esto, empezó a abogarse por la recreación, a instancias de la
iniciativa colombiana, de un organismo internacional denominado «PROSUR» que
aniquile al de la UNASUR e instituya así dispositivos contrainsurgentes que
retrograden el progreso del antiimperialismo latinoamericano.[25] No
obstante, entre tanto, la diplomática imperial subyacente en esa lawfare de asedio ilegítimo, instaurándose
contra una democracia latinoamericanista, se ejecuta para provocar
inestabilidad política contra sus instituciones y con la que resulte posible
finalmente una agresión e intervención estadounidense. Aunque el Grupo de Lima
apenas ha operado como un colecticio de cancillerías panamericanistas que
posteriormente rectificaron su documento antibolivariano, diez naciones de doce
se retractaron, dada la exigencia formulada por la propia cancillería
venezolana, puesto que en su esquizofrenia lingüística y disparatorio
discursivo hasta atribuían a la República Cooperativa de Guyana parte de las
aguas territoriales pertenecientes a la nación bolivariana.[26]
La injerencia de la administración TRUMP[27]en las relaciones políticas de
los poderes constitucionales venezolanos ha sido observada reiteradamente por
el ejecutivo bolivariano: PENCE, ha estado
«llamando abiertamente a un golpe de Estado en Venezuela», expresándose el
respaldo estadounidense a los actos ultraderechistas de una AN dada en nulidad
por el TSJ[28]
y siendo esto ratificado posteriormente por su Sala Constitucional.[29]
Este ejecutivo venezolano a su vez no se estancó en el sólo plano discursivo,
puesto que desarticuló una célula neonazifascista que se había pertrechado con
granadas y armamento, además de uniformes militares, para operar disfrazados
contra las personas que participaron en el mes de enero de 2019 de mítines
políticos.[30]
E incluso este ejecutivo bolivariano logró que fracasara ante la OAS el intento
estadounidense de reconocimiento de un presidente de facto venezolano que
resultara funcional a su injerencia neonazifascista, la propuesta de la
administración TRUMP resultó
minoritaria.[31]
Se trató de una operación diplomática de injerencia que fracasó en el
abatimiento de las instituciones republicanas de la Venezuela antiimperialista.
Fracasó ese proceso de golpismo neonazifascista que pretendió derrocar a un
presidente constitucional bolivariano, a partir de la «influencia humanitaria»
de la administración estadounidense junto a la condescendencia explícita de los
gobiernos brasilero, canadiense, colombiano y peruano.[32] Y,
a su vez, posteriormente, otra vez fracasó la propuesta estadounidense, ahora
en oportunidad de proponer en un nuevo estadio diplomático como el del Consejo
de Seguridad de UN el aval político a un presidente de facto para el
derrocamiento de MADURO como
presidente constitucional venezolano. Otra vez la formulación imperial resultó
minoritaria, y, además, contraria a estados que poseen también capacidad de
veto.[33]
Así, finalmente, la propuesta diplomática que obtuvo el respaldo mayoritario en
UN fue la de la iniciativa al diálogo entre las partes connacionales en disputa
que propiciaran la Caribbean Community, los Estados Unidos Mexicanos y la
República Oriental del Uruguay.[34]
Esto, inmediatamente después, propiciaría
la conformación diplomática del Mecanismo de Montevideo. Y a esta iniciativa a
su vez se acoplaría en paralelo la Unión Europea mediante un Grupo de Contacto
Internacional. Y si bien el Grupo de Contacto Internacional, (atendiéndose sus
entre líneas literarias), logra morigerar en el plano discursivo el animus belligerandi de la Unión Europea,
o incluso hasta alguna proyección de debellatio
emergida de su NATO, desprendiéndola así de una alineación mecánica con el
Grupo de Lima o la administración TRUMP, para atenerse exclusivamente a unas
relaciones diplomáticas entre estados y para el tratamiento de asuntos de
estado, desenvolviéndose noblemente, además, el Mecanismo de Montevideo (en los
planos ex usu del diálogo, la
negociación, la formulación y suscripción de acuerdos, así como de su
concomitante implemento), la sola declaración final[35],
no obstante, escasa en sus valoraciones técnicas, no acompañada por la
Caribbean Community ni por los Estados Unidos Mexicanos ni por el Estado
Plurinacional de Bolivia, trata acerca de premisas falaces, de inexacta
definición histórico-institucional acerca del proceso de emancipación y
antiimperialista bolivariano, dándose incluso sesgos de imprudencia
geopolítica, ahogándose en los ortogramas de libertad del neoliberalismo, y
haciéndose hincapié en una solicitud ad
referendum de tópicos tales como el de «elecciones presidenciales libres»,
como si acaso no las hubiere cumplidas en reiterados casos y en estricto apego
al procedimiento constitucional, o que se permita «la entrega de ayuda
humanitaria» (aquella que irrisoriamente ronda los cien millones de dólares
estadounidenses, si se adicionan y en su totalidad las intervenciones
canadiense, estadounidense y europea), como si acaso la revolución chavista no
hubiese implementado comités locales de abastecimiento y producción[36] para
la cobertura alimentaria de seis millones de hogares venezolanos. La propia
cancillería de la República Oriental del Uruguay reconoce la dificultad
político-discursiva habida entre saber ceñirse diplomáticamente a propuestas de
«cooperación» o desbordarse burdamente con observaciones que resultan en una «injerencia».[37] Debe
contrarrestarse, por tanto, esa lawfare,
y teóricamente, siendo que se ensaya como una fabulación y caricatura de
crisis. Esto, porque en el marco del derecho internacional público ciertamente
sí debe exigirse que no se amenace con agresión ni invasión ninguna a la nación
bolivariana y que no se implementen unilateralmente operaciones ilegales de
bloqueo económico[38] con
las que se despoja al estado venezolano de más de dieciocho mil millones de
dólares estadounidenses; este preámbulo, atinente a la autodeterminación de los
pueblos y a la no intervención, y no otro, pues, es el que debe orientar
necesariamente, verazmente, todo proceso diplomático del Mecanismo de
Montevideo si se asume como alterativa de paz para la América Latina y el
Caribe. Igualmente, siendo esto signo de racionalidad política, en ambos
dominios del encuentro diplomático, tanto en el latinoamericanista del
Mecanismo de Montevideo como en el europeísta del Grupo de Contacto
Internacional, se sentenció, y acorde a derecho, omitir todo beneplácito posible
a la intentona de golpismo neonazifascista explicitada en la figura de GUAIDÓ. Es un gesto de
diplomacia de estados prudentísimo, sobre todo si se advierte que ese personaje
panamericanista de GUAIDÓ,
posteriormente a las reuniones de Montevideo, arguyó mediante cuestiones de
gobernabilidad, a pesar de ser la hipotética delirante que formula un delito de
lesa patria, su voluntad política declarada de aceptar incluso una intervención
estadounidense contra la propia nación venezolana.[39]
¿Y qué hace pues un imperio para
enfrentar su seguidilla de fracasos diplomáticos en el plano mundial, siendo
que se afianza la alternativa del diálogo entre estados? Refuerza su lawfare, i.e. actúa en un plano
geohistórico-diplomático funcional a los oligopolios financiero y
bélico-industrial, transgrediéndose si es necesario el propio derecho
internacional público e.g. confiscándose unilateralmente los fondos de un
estado, operando sin ceñirse siquiera a las resoluciones o autorizaciones
nacionales de su propio Congreso (como en el caso Libia, durante la
administración OBAMA[40], donde la
inteligencia estadounidense, interesada por la producción de hidrocarburos,
operó durante décadas hasta confluir en un proceso de invasión envuelto
eufemísticamente en una «primavera árabe»[41] contra
la Gran Jamahiriya Árabe Libia Popular y Socialista dirigida por M. QADHAFI que derrocara
en el año de 1969 la monarquía de Idris I) y se ejecuta para reducir con un
propósito de conquista incluso el total de un estado a población balcanizada.
Esta lawfare imperial, además, es
capaz de lograr la renuncia de Christoph FLUGGE, un juez de
alto rango de la Corte Penal Internacional de UN. FLUGGE presentaría
su renuncia a causa de la amenaza perpetrada por los Estados Unidos de América
a los jueces que investigan los crímenes de guerra operados tanto por su
servicio militar como por el aparato de inteligencia que desplegara en
Afganistán.[42]
En el caso Venezuela, esta lawfare estadounidense es coordinada por
E. ABRAMS, miembro
fundador del Project for the New American
Century[43]y a quien se lo reconoce como experimentado
en venta de armas prohibidas, financiamiento de guerrillas y orientación de
procesos golpistas contra instituciones constitucionales (siendo sus teatros de
operaciones tanto el Oriente Medio como la América Latina y el Caribe).[44] El
intervencionismo diplomático contra la revolución independentista venezolana se
sostiene en políticos neonazifascistas, valiéndose e.g. de un legislador como
J. GUAIDÓ, quien obtuvo
menos de 98 mil votos para su escaño en la AN (resultado avalado por el CNE), y
con el que se articula el asalto al Palacio de Miraflores, siendo sus actos
públicos dirigidos exteriormente por el senador estadounidense Marco RUBIO que es su Ouster in Chief según el propio NYT[45],
y, así, se confabulan para derrocar al presidente constitucional MADURO al que
efectivamente se eligió, durante el año de 2018, y obtuvo (también con el aval
del CNE) un total de 6 248 864 votos. Debe comprenderse que el sistema
electoral venezolano se halla automatizado y tuvo dieciocho auditorías que
resultaron suscritas por los partidistas participantes, incluso por aquellos
que se reconocen como antichavistas y siendo que ninguno formalmente impugnó
resultados. El neonazifascismo imperial y sus adláteres panamericanistas y
europeos han pretendido sobrevalorar, y ridículamente, menos de noventa y ocho
mil votos ultraderechistas y prescindir, a su vez, de una comunidad electoral
bolivariana de más de seis millones de votos. Esto, claro, esta argucia
mefistofélica, recreada en seudotecnicismos jurídicos, sólo es posible a partir
de un cinismo patológico que orienta sus relaciones políticas a objetivar algún
tipo de intervención imperialista (i.e. respecto de alguna operación ilegítima
de invasión o agresión, como formas de ataque, ocupación, anexión, bombardeo,
bloqueo, estacionamiento de tropas, u otras conductas militares, tal como se
definiera por resolución 3314[46]
de la XXIX Asamblea General de UN de 1974), y, asimismo, se la reviste, mediante
un caos diplomático, de vocerías de «guerra
civil» o de imposición de una mentada «ayuda humanitaria» (exenta además de la
necesaria supervisión de las UN o del Comité Internacional de la Cruz Roja). ¿O
acaso los encumbrados analistas de política internacional, o aquellos
politólogos que reducen la cientificidad de lo latinoamericanista a catálogo de regímenes, no recuerdan
que la ayuda humanitaria
estadounidense a Nicaragua, del año de 1986, consistió sobre todo en una
entrega camuflada de armas[47]
con las que el antisandinismo contrarrevolucionario asesinó a civiles
inocentes, mediante el financiamiento conjunto de la administración REAGAN y del
narcotráfico colombiano, y siendo coordinada esa masacre a su vez por la propia
CIA y la DEA?
La propia cancillería cubana ha definido
que los centros de ayuda humanitaria desplegados en las cercanías a la frontera
venezolana (Brasil, Colombia y aguas del Caribe) es el preámbulo de un intento
de agresión militar.[48] Y
prueba de esto lo son las maniobras desplegadas por el USSOCOM y el USSOUTHCOM
que iniciaron un sondeo de contactos con contratistas para obtener apoyo
logístico en su acantonamiento en territorio colombiano.[49] Esa
agresión o invasión y su estratégica guerra civil, siendo resultantes de una
hipotética delirante de imperio, debe efectivamente impedirse mediante una
categoría política, de organicidad independentista, anteriormente formulada por
la administración MADURO y que trata acerca
de la unidad cívico-militar de la sociedad bolivariana, reivindicada en la
posición histórico-política de un Antonio J. F. de SUCRE radicalmente
contrapuesta al entreguismo santanderista. Los actos de rebelión contra la
normativa constitucional vigente y de llamamiento al alzamiento militar contra
un presidente constitucional resultan tipificados con penas gravísimas en múltiples
países europeos o asiáticos —y esas operaciones se figuran en la persona de un
neonazifascista venezolano como GUAIDÓ, quien usurpa
funciones públicas y coadyuva a que se malversen caudales públicos—. Por tanto,
la prisión debería ser su justo sino. El patetismo de ese gobierno imaginario y
pírrico de GUAIDÓ, además, ni
siquiera obtiene el plácet para su
falaz cuerpo diplomático en las mismísimas cancillerías de aquellos países que
acogieron su discurso golpista (así es, salvo casos de excepción irrisoria como
el de la República del Ecuador que reduce la representación diplomática de un
estado a mero comisariato político).¿Qué razón geopolítica funda pues el
intervencionismo imperialista contra territorio venezolano, verdaderamente, más
allá de la fantasmagoría discursiva y del historietismo habidos y con el que los
neonazifascistas aluden a la-libertad-y-la-democracia en referencia histérica a
un mundo ensoñado sin marxismo leninista? Es advertido por R. GONZÁLEZ CÁRDENAS que de los
treinta y ocho minerales estratégicos que requiere la industria estadounidense,
se hallan treinta en un territorio venezolano conocido como «Arco minero» y que
comprende a los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro (región que la
inteligencia estadounidense planificaría provocar a secesión a partir de la
década de 1970, al influjo de sectas religiosas que operan sobre comunidades
étnicas originarias, y orientándose por el Proyecto Rockefeller). Apoderarse de
estas riquezas (hallándose el territorio venezolano entre las primeras reservas
—en el mundo— de oro, de coltán, de torio, de diamantes, de tungsteno, etc.) es
ciertamente el propósito que fundamenta la geopolítica del asedio contra los
bolivarianos y el intento de invención de un episodio de casus belli, esto, mediante operatorias propias de la NATO, a
partir principalmente de bases de la CIA en territorio colombiano y con
mercenarios que son denominados «contratistas» y que enlazan con sus
operaciones el alcance de esa extensa frontera que es colindante con la
república codiciada.[50]
La lawfare
por tanto es inaplicable sin el dominio imperial y sin su aparato
propagandista, i.e., sobre todo de propaganda negra, reconcentrándose en la capacidad
de cercenar las relaciones políticas del antiimperialismo. Y para eso, se
institucionaliza a la manera nazifascista
de Goebbels la difamación de personalidades gubernativas y hasta de
naciones —aunque ese proceso incluso conllevara en potencia el despliegue de
una guerra civil o regional—. Hay muchas otras expresiones de agresión a
reconocer y que son relativas claro a una lawfare
de imperio. Incluso hasta podrían resultar de una flagrancia aún más contundente,
como es posible advertirlo en casos como el del cese del fuego en Siria (septiembre
de 2016), acordado en Genève, y que la administración OBAMA del gobierno
estadounidense desestimó (o no acata), puesto que no se correspondió con su
diseño continuado de intervencionismo, (compuesto además de nematologías
institucionales propiamente decimononas, aunque
renovadas), y dado además mediante una desarticulación regional o
hemisférica de la propia legitimidad institucional de los estados y a partir de
una programada decadencia diplomática del trato entre partes ante
controversias.[51]
Un desempeño incluso más explícito se tuvo en la administración TRUMP, siendo que
las sanciones estadounidenses contra la teocracia persa resultan contrarias a
la resolución 2231 del Consejo de Seguridad de UN.[52] Es
más, la Corte Internacional de Justicia ordenó a la administración
estadounidense que suspenda las sanciones decretadas en el ámbito humanitario contra la nación iraní; aunque la representación
de TRUMP no aceptó la jurisdicción
del organismo de justicia puesto que el caso remite a un asunto de «seguridad
nacional».[53]
DE SU
COMPUESTO APOTÉTICO (O PSICOLÓGICO). Esta lawfare no sólo se ilustraría (i.e. se instituiría como operatoria
hegemónica[54])
mediante las mentadas fake news con
las que el mundo imperial refracta su política (multiplicadas en su tipo como comunicación
periodística) —especialmente en las formas del entretenimiento[55]— sino
valiéndose a su vez de su double minded
que habilita al discurso intrínsecamente discordante (en la conmixtión de
diversidades espurias[56], aplicadas
como palingénesis nazi[57],
y, evidenciadas en el neonazismo narrativo que refluye en temas como los de «inmigración»,
de «defensa», o de «seguridad»), a la manera expletiva de un «proselitismo de
la confusión» que se exagera e institucionaliza. Se despliega a partir de una lawfare financiera que es, a su vez, la
forma más explícita de manipulación diplomática de una primera potencia; esto, entre
sus múltiples adicciones injerencistas en general propuestas de manera lábil
como forma alternativa de justicia,
aunque no es más que una justicia de imperio que se imparte a la manera de
sentencia contra un país, como si se tratara de una neocolonia o un protectorado:
el mundo noticioso, justamente, presenta ese acorralamiento político como
«sanciones financieras» contra países, o contra personalidades gubernativas, asunto
último que se ha especializado, además, a partir de la normativa estadounidense
denominada Global Magnitsky Human Rights
Accountability Act[58],
de abril de 2016. Luego devendrían otros engendros de lawfare, como la Nicaraguan
Investment Conditionality Act que condiciona la aprobación de préstamos —para
el gobierno nicaragüense, de parte de instituciones financieras internacionales—
a que los proyectos promuevan la democracia panamericanista estadounidense (de
una hegemonía imperial verdaderamente contraria a una sociedad sandinista que
anhela, y lo ha demostrado con su internacionalismo, una segunda y definitiva
independencia latinoamericanista).[59]
Y sin que esto acaso obligue a una
«sociología de la comunicación», valga redundar en la identificación de ese
proceso propagandista —de evidenciado proselitismo imperial— donde el campo
telemático, respecto de su táctica castrense, se aplica en el desbordamiento de
su mundo, de un mundo-magnetoscopio: la imagen narrativa, al decir de los
cinematógrafos, «pierde peso», i.e. no hay un hito de referencia simbólica[60];
es sólo argamasa audiovisual y no es necesaria la concordancia (así, incluso,
la estulticia discursiva, despectiva de la política[61],
posee eficacia para operar en base a repeticiones, como si fuese, aunque no lo
es, un mero «truco publicitario», mediante el que un invasor resulta presentado
como libertador, o un imperialista es transfigurado en republicano demócrata,
etc.). El relato imperial —en su funcionalismo— se reconcentra en el episodio
(in extrema res), deslindándose del
proceso (in medias res) y de su
necesario y diacrónico ejercicio retrospectivo y prospectivo. Trata acerca de
una comunicación propagandista que es ejecutada en el plano de los artilugios audiovisuales: el caso
nicaragüense, si se remeda el análisis de A. PASTRÁN, es coincidente con el reconocimiento
de esta estrategia de la dislocación de las instituciones nacionales. Discute
la cuestión actante de los periódicos y de la radiodifusión privados, siendo
que respecto de Nicaragua y de la administración ORTEGA «(…) mostraban
a un país al borde de un colapso social, hecho que no ocurrió gracias a la
acción del Estado».[62] Esto
mismo es a su vez advertido críticamente por S. A. GÓMEZ: «Las escenas
de los últimos días contrastan con las estadísticas que muestran a Nicaragua
como uno de los países más seguros y pacíficos de Centroamérica».[63]
La narrativa antilatinoamericanista (intrínsecamente
panamericanista) se refracta in extrema
res en lo múltiplemente replicado: la ilusión desestabilizadora de las
instituciones democrático-republicanas se instaura en el mundo noticioso,
devenida de una comunicación política a gran escala, i.e., de una conformidad
diplomática entre potencias que remite propiamente a tácticas una y otra vez ensayadas
a partir de un prototipo de GNC aplicado contra los independentismos de segunda
generación (como el desplegado justamente por la sociedad nicaragüense mediante
el ideario sandinista, una vez finalizada su época guerrillera), durante la
segunda mitad de siglo XX y comienzos de siglo XXI.[64]
En los inicios de siglo XXI, se hace
posible advertir, en su forma generalísima, un intento de reiteración de
aquella estrategia decimonona que trató de quebrantar las repúblicas nacientes
como nueva realidad política antiimperialista y antimonárquica —otrora, al
influjo liberal de sus guerras de puertos— mediante separatismos
multiplicadores de estados nacionales.[65] A
las repúblicas latinoamericanas y caribeñas, de acervos al menos bicentenarios si
se consideran sus revoluciones liberales contrarias a la dinastía borbónica, o
de más siglos si se remite su historia intelectual a la fundación misma de las
universidades, se las intenta reducir al supuesto del «estado fallido» al que
habrá de intervenirse mediante la increíble «ayuda humanitaria» (sostenida en
la figura de la «crisis humanitaria»). Los propios registros históricos permiten
aclarar que este criterio formulado no trata de una hipotética delirante; no es
un mero contubernio dramático o alucinatorio. Hay una symploké discursiva operada (de manera sistática o sistemática),
dada conjuntamente con el relato noticioso, resueltamente apropiada a un
aparato propagandista que es orientado mediante una política panamericanista
del intervencionismo. Esto es necesario reconocerlo a partir de coordenadas
geopolíticas, donde el imperialismo panamericanista —y su «pentagonismo»[66]—
es discutido por el antiimperialismo latinoamericanista. La América del Sur es
un objetivo castrense para el propósito diplomático de balcanización de sus
territorios y de sus relaciones políticas (e.g. mediante la descomposición administrativa
de la ALBA, de la UNASUR, o de la CELAC), a la manera operada, prototípica, además,
contra las instituciones del Oriente Medio. La diplomacia imperialista se
orienta claramente hacia el divisionismo artificioso de las naciones
americanas; porque su unión política fundamental implicaría el ingenio
histórico de una segunda y definitiva independencia. Es una premisa ensayada
por J. C. MARIÁTEGUI: «Los pueblos
de la América española se mueven, en una misma dirección. La solidaridad de sus
destinos históricos no es una ilusión de la literatura americanista. Estos
pueblos, realmente, no sólo son hermanos en la retórica sino también en la
historia. Proceden de una matriz única».[67]
Esto, a su vez, tendrá antecedencias decimononas —severamente antiimperialistas
en su análisis— relativas tanto al proyecto de una «América Latina» de F. BILBAO como a una posterior
apología de la «identidad latinoamericana» de J. MARTÍ[68]
(aniquilándose los mitos del panlatinismo y del panamericanismo, mediante una
idea de latinoamericanismo).
Y es que se procede de un proceso
político históricamente aglutinante:
la institucionalidad imperial de las monarquías ibéricas, confluyente
posteriormente con las formas reaccionarias del capital-burgués —monopolista y
semifeudal— y las de su prolongación de
la colonia mediante la explotación de las migraciones. La doctrina revolucionaria
de declararse continentalmente, debido a la historia de los pueblos, enemigo del imperio, esto, así, envuelve
a múltiples mundos de emancipación antiimperialista, a naciones geo-antropográficamente
singulares o de «mezcla cósmica» (abarcadoras tanto de teselas filosóficas en
español como de poemas en mazateco), aunque económicamente hilvanadas sus
poblaciones en un criterio de relación: la
razón política independentista[69] —siendo
esto notoriamente distinto a las nefastas y patéticas propuestas de «homogeneidad
nacionalista» de primera mitad de siglo XX, e.g. como aquellas que devinieron de
una Europa pangermanista, radicalizada finalmente en un nazismo que aborreció de
todos aquellos pueblos que no resultaran de «habla germana»—. La contextualización
regional de desestabilización política se corresponde pues con la propiamente
operada en el mundo, a partir de la hibridación ejecutada de los conflictos
armados y la propaganda negra de los complejos bélico-industriales que avanza
contra las poblaciones en proceso de emancipación. Esta beligerancia imperialista
de primera mitad de siglo XXI se desarrolla mediante contención y perpetuación,
a la manera de una guerra mundial que no
se expande.[70]
Es por esto que ilustrados como GRAMSCI (un preclaro apasionado
de la revolución bolchevique; y lo demuestra en una reseña de revista
deslumbrante que tituló La taglia della
storia[71])
se vuelven a remedar en los análisis independentistas del antiimperialismo: la
militarización neocolonialista de los territorios debe revertirse a partir de
categorías políticas que además remiten al ideario de los propios próceres
americanos, puesto que de lo contrario el
precio de la historia para la región y sus pobladores que padecen las
hostilidades armadas, además de las financieras y diplomáticas, es cruelmente atroz.
Esas categorías políticas (envueltas en el internacionalismo, resueltas como
síntesis de la cuestión social y la lucha de clases económica, política y
teórica) las ensayaría a su vez R. ARISMENDI como tesis de revolución continental
latinoamericana y caribeña —ciñéndose a las condiciones históricas de una
dialéctica de alianzas estratégicas, y, deslindándose del mecanicismo y
automatismo foquista o voluntarista dados en sus formas «eserista» o
«populista»—.[72]
La conquista imperial conlleva que la guerra deberá instalarse continentalmente en el sur americano. Este progreso belicista en Suramérica ya era advertido por
un connotado experto en análisis geopolítico y corresponsal de guerra como lo
es W. MARTÍNEZ en el registro de su DOSSIER: «Saquen sus conclusiones, porque lo que viene es guerra.
Sin eufemismos, no es otra cosa, invasión y guerra».[73]
Una máxima potencia alimentaria del mundo
como lo es la estadounidense, requiere, si se remeda el análisis de A. JALIFE-RAHME, para su
continuidad industrial, de dominar como trinomio a su vez el agua y la energía
—mediante grotescos procesos de privatización de esos recursos y su logística
(aunque e.g. el propio World Bank Group reconoció el fracaso comercial de
transformar el agua en una commodity
y, así, en ciudades canadienses, estadounidenses, francesas, etc., se retoma su
municipalización y siendo que se reincorpora conjuntamente con esto, para
contrarrestar este proceso de desprivatización,
la estrategia de asociación público-privada, o, para continuar con la sigla
británica «PPP» de la administración TEACHER, de participación
público-privada, en torno al mencionado trinomio alimentos-agua-energía)—.
¿Cómo? Es a partir de la «fuerza militar»[74] y
del proteccionismo económico de sus trasnacionales que se intenta revertir el
déficit comercial estadounidense habido con más de una centena de naciones y siendo
que cuenta con una WTO que es incluso históricamente proclive a favorecer las
disputas que le presenta esta primera potencia mundial.[75]
Esto, sin desatender además el lustre con que se revisten sus actos
internacionales mediante su aparato propagandista (sobre todo, el que remite
sin ambages al oligopolio occidental y proestadounidense) y que en general,
debe admitirse, resulta harto eficaz al complementarse con el «relacionismo
público» del mundo mercantil. En el conglomerado plutocrático de noticias, no
obstante, debe reconocerse, hay también declaraciones del mandatario D. TRUMP que
parecerían contradecir la veracidad del problema militarista formulado, e.g. si
se considera el caso en el que afirmó a su electorado que se dejaría de ser la policía del mundo. Aunque esto fue asumido incluso
focalmente en su discurso diplomático —apofántico
en sentido clásico, quizá hasta contundente, y también definitivamente falaz e
increíble (aunque no indecible)— y replicado por los operadores económicos del
periodismo, la geopolítica imperial lo desmiente. Si se desborda la sola
intertextualidad de ese pacifismo declarativo, lo único que resta es la identificación
del verdadero propósito geopolítico estadounidense, en sus relaciones
internacionales de imperio de siglo XXI, y que consiste en el incremento
positivo de su presencia militar en el planeta, específicamente en ciento
setenta y siete países.[76] Sí,
justamente a esto es que se dedica un verdadero imperio: el comercio de la
guerra.
¿Y mediante quiénes, en Suramérica? Las bases militares estadounidenses
en la Argentina (en principio, tres, o, no menos de dos[77]) —a
las que la argucia y el eufemismo permiten denominar «bases de ayuda
humanitaria», puesto que en efecto podrían también usufructuarse a la manera de
centros de evacuación ante eventuales
catástrofes— remiten a una geoestrategia reconcentrada en la capacidad
bélica de intervención y respuesta rápidas alrededor del petróleo y acuífero
suramericanos (la Argentina se haya tercera en el mundo respecto de su
capacidad de gas de esquisto y el Brasil de los BRICS es una de las tres
superpotencias hidráulicas del planeta, así
lo considera la inteligencia americana, en su Global Water Security, siendo las otras superpotencias la China
popular y la Rusia federada, ambas también integradas a los BRICS).[78]
Ahora, esta militarización de la región suramericana es, ampliamente revisada,
una operación de la NATO y no refiere a impulsos diplomáticos aislados o fortuitos.
Se acompaña a su vez de otra instalación de misiles tierra-aire en Mount
Pleasant[79]
de Islas Malvinas (donde los sistemas Rapier se reemplazarán por el Land
Ceptor, al entrar en servicio un nuevo sistema de defensa aérea Sky Sabre que
utiliza tecnología del programa de defensa aérea móvil israelí Iron Dome): la base
aérea del reino británico posee dos pistas transcontinentales; su «escudo» está
orientado hacia América del Sur, en
principio, a Tierra del Fuego.[80]
Es un esquema de intervención aplicado a gran escala en los territorios
suramericanos.
Su diseño castrense puede ejemplificarse evidentemente mediante la
presentación de distintos casos, entre los que se encuentra el del propósito
imperial de una base militar multinacional[81]
en el Brasil[82]
amazónico (integrada por países como EEUU, Colombia, Perú).[83] Y
claro, para irradiar operaciones castrenses efectivas en una América Latina y
Caribe insurreccionales es fundamental, a su vez, si se considera el análisis
geopolítico de F. ROSA, apoderarse
de una base espacial como la de Alcântara en el territorio amazónico de Maranhão.[84] Esta urdimbre
táctica es envuelta en el prototipo propagandista del USSOUTHCOM, siendo que se
encubre además entre discursos aferrados a tópicos tales como las «emergencias
humanitarias» (e.g. mediante operativos médicos de la USNS Comfort, como buque de doble función según lo
analizado por T. LUZZANI, en la órbita
castrense, además, de los MEDRITE[85]),
o la «lucha contra del narcotráfico», o el «control del flujo migratorio
ilegal», o contra del «terrorismo», o la «ayuda a causa de desastres
naturales», etc. Es LUZZANI quien
presenta documentación gubernativa en la que se publica el propósito del USSOUTHCOM:
la transformación de su iniciativa, mediante operaciones militares y de
cooperación en seguridad, en una organización interagencial conjunta y
referente para la defensa avanzada
estadounidense en el continente americano.[86] Esta
proliferación de bases militares[87]
estadounidenses —y que supera la setentena, según la pesquisa de la
investigadora y docente argentina, de un total de ochocientas[88]
que proliferan en el planeta— refiere a programas de injerencia que se replican
en el territorio colombiano, el paraguayo, el peruano[89], entre
otros, circunvalándose estratégicamente —antes que casualmente— los yacimientos
bolivianos de litio[90][91], o
los recursos venezolanos en diamantes, oro y petróleo; y a ese problema
político, se le adiciona otro: el intento de amedrentamiento castrense que proviene,
es notorio, no sólo del norte anglosajón (de alguna manera esperable, aunque
definitivamente indeseable), sino, a la vez, del propio seno regional que
sustenta sus operaciones en el desplazamiento poblacional habido entre países.[92][93] Esto
último resultaría denunciado por la administración MADURO ante la
ACNUR, como un programa de incursión militar sustentado en el burdo pretexto migratorio[94] que
incluso se pergeña en la forma del fraude[95], y
del subterfugio, y para la mera captación de fondos, tergiversándose el
reconocimiento de las personas en tránsito a la sola y automática condición
delirante de refugiados[96],
y que por derecho se desplazan, aunque sólo sean, a lo sumo, «migrantes
económicos» —es un asunto que revisaría especialmente la constitucionalista
venezolana Olga ÁLVAREZ—.
Debe advertirse que toda aquella hipérbole noticiosa con la que dramáticamente
el proselitismo imperialista refirió a la cuestión de la «migración venezolana»,
finalmente, se opacó —y a causa de una realidad cruenta y rotunda—: el
neoliberalismo, las abruptas y multitudinarias caravanas migratorias que se formaron sobre todo de contingentes guatemaltecos
y hondureños, escapadas por miríadas de sus patrias; recorrieron territorios
caribeños hasta el estado mexicano de Chiapas para posteriormente continuar el
avance incansable de su éxodo. El vicepresidente estadounidense M. PENCE y el
presidente hondureño J. O. HERNÁNDEZ registrarían
el fenómeno migratorio como un supuesto
plan organizado y financiado[97]por Caracas: las poblaciones trashumantes
del Caribe —distinto de la hipotética delirante formulada por la Casa Blanca
estadounidense contra del Palacio de Miraflores— simplemente escapan de la
miseria e intentan desplazarse hacia los Estados Unidos de América, aunque los
enfrentaran con tropas militares —así lo advirtió TRUMP, desatendiéndose
por tanto lo más razonable que es proceder ante esas poblaciones con controles
administrativos, sujetos a derecho, y a cargo de guardias limítrofes— y esto,
esa histeria xenófoba, se pretextó
con la manida salvaguarda de su american
way of life y el cierre terrestre de la frontera sur por motivos sanitarios
y de seguridad nacional.[98] La
administración TRUMP asume que esas caravanas migratorias son una invasión a territorio estadounidense y
al amparo de esa falacia despliega la operación Faithful Patriot —sanguinaria
en su objetivo castrense— y con cuerpos del Ejército y de la Guardia Nacional que
superan en su frontera sur, entre efectivos y soldados adicionales, a los
enviados a territorios iraquí o sirio.[99] En
la Roma de los siglos III y IV tuvo inicio un fenómeno de migración de pueblos ajenos al imperio. Roma no
pudo finalmente impedir esa Völkerwanderung.
En la Roma saqueada de siglo IV, los galos declararían su sentencia
antiimperialista: Vae Victis. Y
aquella Roma comenzaría a decaer, siendo definitivamente precipitada a la
derrota, durante siglo V, desintegrándose su imperio de occidente. La administración
estadounidense deberá comprender que las caravanas migratorias no se resuelven
con una mera propaganda negra contra de los pueblos necesitados de trabajo, de pan
y en paz.
De esto, ¿los patriotas independentistas
de siglo XIX qué habrían deducido? Y, además —si se aceptara como lícito un
remedo cuodlibetal de ese vocabulario artiguista de excepción como lo es el
habido en el Reglamento de tierras—:
¿cómo fundamentarían esto mismo, esta demencia imperial contra las poblaciones
libres, los malos europeos y peores
americanos? ¿Acerca de qué trata este cercamiento geoestratégico de las soberanías
suramericanas de siglo XXI, siendo que se continúa la construcción de una
historia del intervencionismo imperial en los territorios latinoamericanos y
caribeños? Una evidencia sustanciosa la proporciona el caso neoliberalista de
la administración MACRI con el diseño
de un convenio que habilita de manera unilateral la ocupación estadounidense del
territorio argentino, e.g. ante una coyuntura de conmoción interior[100] (el
neoliberalismo de siglo XXI refiere a la «libertad y democracia» no como lema, puesto
que apenas lo formula eufemísticamente para el tratamiento estratégico de la «fragmentación
social» que necesita propugnar contra todo independentismo de segunda
generación y de movimientos de liberación nacional antiimperialista que
contravengan el esquema plutocrático de incremento positivo de la divisa
estadounidense, además de la relación inflacionaria con una tasa de empleo a la baja y de pérdida de salario real
en condiciones recesivas, de pobreza e indigencia). Hay, en el planeta, si se
adiciona pues a la República Argentina, un total de setenta y tres países que
institucionalizan mediante convenio la invasión de su territorio por operativos
estadounidenses —y sus actos de intervención resultan independientes al
gobierno del país ocupado, de sus fuerzas armadas, o del aparato de seguridad
existente—. Esto es investigado y denunciado por E. BRUZZONE[101](julio de 2018), una destacada
integrante del CEMIDA, en el campo de la geopolítica, la estrategia y la
defensa nacional argentina.[102]
A su vez, se halla E. MOCCA quien ensaya
la apreciación problemática de la
militarización del sur del continente latinoamericano y de la captura de sus
recursos —a instancias del arribo de J. MATTIS a la ciudad rioplatense de Buenos
Aires, siendo que este secretario de la Defensa de los Estados Unidos de
América ha integrado a su itinerario castrense, además de a la Argentina
neoliberal, también a un Brasil de facto, posteriormente volcado al
neonazifascismo, y a las naciones de Chile y Colombia por hallarse notoriamente
orientadas en sus posiciones diplomáticas al panamericanismo—. Y la insistencia
de MATTIS, expresada
públicamente, trató acerca del propósito de mejora de la coordinación en
materia militar entre los gobiernos argentino y estadounidense.[103] Esto
asimismo no es de extrañar; es JALIFE-RAHME quien insiste
en que respecto de América del Sur, es la Argentina una nación que se halla
integrada a una plataforma imperial que es denominada extra-Nato (o extra-OTAN)
y que es asimismo la Antártida, por otra parte, respecto de la propia región, uno
de los puntos geoestratégicos fundamentales del planeta. De esto en cambio no
hay imagen especular desarrollada en el mundo oligopólico de las noticias (no
porque las cosas del mundo se omitan u oculten, sino, porque, estratégicamente se
tergiversa su relación al ser efectivamente mostradas).
En esas relaciones de sentido, abarcadas hasta en las mismas refractaciones de las
redes digitales, las noticias por tanto «son otras» y, en general, triviales —comparativamente,
claro— o trivializadas, incluso orientadas contumazmente hacia el daño moral; remiten
su campo narratológico a meras secuencias de «mundo audiovisual» (un asunto de
«funcionalismo comunicativo» que fue asumido a finales de la década de 1940,
además, por la propia inteligencia estadounidense con un propósito de
vigilancia, de respuesta al entorno y de imposición ideológica, para que el
hecho político, aunque resultara revisado en operaciones periodísticas,
igualmente condense su sentido propagandista en la percepción, la sensación de
mercado, la opinión, i.e. en una mera
delimitación a objeto apotético, un símil a lo acometido por el otrora imperio
romano contra del «lógos» griego al reducirlo a «Nous» y traducirlo como ratio y abandonándose así sus relaciones
políticas no-alternativas con el «Érgon» y la «Palinodia»).
Las fake
news de siglo XXI —y el relacionismo público castrense de posguerra, sobre
todo de escuela estadounidense del que se nutre su funcionalismo, aplicado por
organismos gubernativos para sus representaciones públicas— recobran vitalismo,
igual que su operatoria propagandista negra de siglo XX, a partir de una
maduración de las ensalzadas revoluciones
de colores, i.e. de un desarrollo consolidado de las tácticas de
derrocamiento de gobiernos y de descomposición de la institucionalidad de los
países.[104]
Y con esto, el elemento religioso, y sus relaciones con las «minorías étnicas»,
no sólo es vivificado en los Balcanes o en el Oriente Medio[105]
como dispositivo narrativo para tergiversar el reconocimiento de un problema
político, y sus verdaderas causas, reduciéndolo a cuestiones seudoetnográficas
(en general, amparadas en el relato personalista), sino también en las
relaciones diplomáticas continentales del Caribe y del sur americano y sobre
todo en territorios iberoamericanos catequizados, al influjo local de una
eutaxia vaticana ejercida en general por un cuerpo episcopal reaccionario y
contrario al ecumenismo —incluso en sus formas más apocalípticas y fatídicas,
además: la senequista y la fascista—.[106][107]
Así, e.g. a los asediadores, terroristas y vándalos de una Nicaragua religiosa
(aunque quizá más evangélica que católica), se los presenta en el mundo noticioso
como a estudiantes y demócratas pacíficos
que se resguardan en iglesias, siendo víctimas de los ogros sandinistas.[108][109] En
la propia Universidad Politécnica de Nicaragua —organismo que presenta su
educación para servir al modelo de
Jesucristo— se tendría a los neofascistas con una operación descubierta de
secuestro, de detención ilegal y de tortura, y, esto, a su vez, asociado a un proceso
más amplio de intimidación y sicariato (desplegado durante varios meses de
2018) contra aquellas personas de la población a las que se recociese como sandinistas.[110]
Esos terroristas a sueldo —a quienes el neonazifascismo aterciopela y solventa— han
tenido que enfrentarse sin demora a las denuncias penales que presentaran sus
víctimas en el sistema judicial nicaragüense (esto, aunque el mundo noticioso
neoliberalista los muestre falazmente como a «corderos»; verdaderamente sólo
son antisandinistas reducidos al delito).
Por tanto, una vez desnudado ese mundo noticioso de sus manidos ortogramas de
libertad —al amparo político de plataformas funcionales al panamericanismo (la Organization
of American States, la Inter-American Court of Human Rights, etc.) y de un financiamiento
acordado mediante agencias de inteligencia (tales como el IRI, el NDI, la NED,
la USAID)— y luego de desestimadas sus escenficaciones hollywoodenses, solo
resta la identificación de un proceso intervencionista imperial que para el
caso nicaragüense retoma con componentes de discurso evangelizador la contrarrevolución
del macartismo, ya harto aplicada y continuada en la década de 1980 por una administración
estadounidense como la de R. REAGAN que a partir
del año de 1981 adicionaría a sus operaciones de inteligencia y espionaje las
del antisandinista Instituto sobre Religión y Democracia, en el campo católico
de neocristiandad—.[111]
O respecto del caso Brasil, se tiene a las iglesias evangélicas que comprometieron
radicalmente a sus legisladores en la concreción del golpe parlamentario contra
ROUSSEFF[112] —su movimiento
religioso resultaría irradiado en una América del Sur otrora diezmada por décadas
de militarismo fascista, incluso durante el progreso de la mentada administración
REAGAN—.
DE LA LAWFARE Y DEL EMBROLLO TEÓRICO DE SU
SENTIDO. Esto
no se formula, se insiste en aclararlo, acorde a una mera sociología de la
comunicación que describa acaso problemas de intermediación o de flujo del discurso
en la física social, e.g. en relación a un sentido-conductual que hubiese
alrededor de las cosas del mundo (la más de las veces, además, sumergido su propio
dominio interpretativo en una epistemología decimonona, en vez de ser
reconocidos sus productos académicos en el entorno de una resultante disciplinar
fundada como quinta vía gnoseológica[113]).
Sí se discute —y en relación a la necesaria anamorfosis con que dialécticamente
se cristalizan las realidades— cómo
es que los distintos tecnicismos, aquellos que orbitan el discurso político
imperialista (históricamente envuelto para la región de la América del Sur y
del Caribe en una geopolítica panamericanista, intrínsecamente
antilatinoamericanista), requieren, de parte de las poblaciones, de un desplazamiento
de la realidad hacia una narrativa social-burguesa mitologizada, y sobre todo reducida
a lo audiovisual, capaz de perpetuarse en la irracionalidad y al amparo de una gesta
reaccionaria de relaciones sociales. Y esto sí que es un problema para la
cartografía pedagógica: la institucionalización del desconocimiento histórico
de los hechos políticos. Y, no sólo porque se requiera de «docentes
esclarecidos» para resolver el progreso de una segunda y definitiva independencia latinoamericana y caribeña, sino,
porque, a causa de la propia inhabilidad didáctica de analizar las confluencias
geoestratégicas y de recaer (en tanto fórmula retórica), así, en meros tópicos,
se pauperiza el reconocimiento político de una urgencia suma habida entre las
naciones de declararse en admirable alarma
—como la gestada durante siglo XIX— para que verdaderamente se confirme una
conciencia internacionalista y patriótica. Refiere el discurso imperialista (en
su forma geopolítica antirrevolucionaria, finalmente reaccionaria) a un proceso
propagandista, claramente necesario al neoliberalismo, de «fabricación de la
realidad» y de la que hace referencia en el campo jurídico ZAFFARONI (vid.idea de lawfare expuesta ut supra),
para que justamente se fabrique un
mundo internacional e incluso el sentido antinacional de un país.[114]
Es necesario hacer creer en el discurso imperialista, en su disparatorio, sobre
todo entre poblaciones disgregadas logísticamente en sus relaciones productivas
y por tanto también en sus vínculos síndicos de clase asalariada —en vez de interconectadas
y complementadas continentalmente, para una redistribución necesaria y racionalizada
de «su» riqueza—. Esta disgregación de las poblaciones y sus sesgos fóbicos es
estratégica para el conglomerado especulativo financiero y la especializa como
operación imperial a partir de la segunda mitad de siglo XX. Una vez iniciada
la década de 1980, según el análisis sociológico de S. SASSEN, es que se
concreta un sistema financiero extractivo donde las altas finanzas
especulativas del capitalismo predatorio difieren de una banca tradicional
asociada al comercio.[115] Un
caso rioplatense de ese capitalismo predador se tiene con Argentina, si se
atiende el análisis politológico de un lesgislador por la ciudad de Buenos
Aires como lo es L. SANTORO: la
modificación de los instrumentos
flexibles del estado (su tasa de interés, tipo de cambio, aranceles,
tarifas) se instrumenta, en función de la condición neoliberalista de las
relaciones políticas (conocida también como chilenización o pinochetismo), para
modificar toda la estructura social de un país (sus ingresos, prestaciones,
aspiraciones sociales) y, esto, además, le permite a ese conglomerado
plutocrático posteriormente objetivar su avance modificatorio en los instrumentos rígidos del estado (las
reformas laboral, impositiva, previsional, i.e. en aquel espectro financiero
que normativamente remita al plano del «gasto público»).[116] Y
es en función justamente de esta realidad de especulación financiera en que se
envuelve la lawfare diplomática que
es de suma relevancia a su vez el análisis pedagógico de un siglo XXI
concretado como mundo oligopólico de capitalismo neonazifascista, puesto que
constituye su operación imperial sobre las poblaciones del mundo en un plano
diádico tanto de sindemia[117]
como de ontocidio. Esto, claro, no debería extrañar a ningún pedagogo. Y es que
en un plano de antropología pedagógica, hasta podría formularse con valor de tesis
que el propio capitalismo con sus tipos económicos es finalmente un sistema
social que en su forma arquetípica extermina la especie humana. Esta tesis es
vívida, además, y es aula, en el tercer mundo. La democracia panamericanista
que se sustenta del neoliberalismo de segunda generación en la América Latina y
el Caribe es, sí, (como afirmación lisológica), una democracia formal del
sistema capitalista. Aunque, si se remeda a la activista por los derechos
humanos y docente argentina, y presidente de Abuelas de Plaza de Mayo, E.
Estela BARNES de CARLOTTO, esa «democracia
formal», sus gobiernos, su morfología política finalmente, se constituye como
una democracia ilícita: el control a
la conducta delictiva de párvulos o adolescentes, como mera economía del abandono
social, suple de facto la
institucionalidad de todo proceso educativo posible en los planos del aprendizaje,
de lo alimentario, de lo olímpico, así como en el del sentido moral. Es una
omisión de lesa humanidad. Es una democracia ilícita que suprime radicalmente
(estructuralmente) la relación constitutiva de las naciones con su poder
político que es el del ejercicio republicano-e-ilustrado de una soberanía.[118]
Esto, el imperialismo que se expone como discurso
propagandista del neoliberalismo —especialmente como proselitismo formulador de
«propaganda negra» contra todo mundo
antiimperialista— trata acerca de una realidad social que se imbrica en la
cotidianidad de esa función irreflexiva y antropológicamente no-alternativa que
es la del hablar superfluamente, o hablar necesariamente como partícipe de una
«situación comunicativa», acerca de las propias cuestiones del mundo, algo similar
a una clásica doxa platónica que
participa del conocimiento sólo en grados excesivamente modestos, (siendo, algo
así, relativamente sencillo de operar en las redes digitales, donde la
fantasmagoría perpetuada es económicamente posible de geminar y, para esto, es
suficiente con que los conglomerados de noticias y de entretenimientos se
valgan de su apabullante libertad de
expresión con que construyen, de serles posible, incluso asonadas
sanguinarias contra gobiernos legítimos antineoliberalistas; esa figura de
verbalización pública es una exigencia además que resultó retomada sobre todo de
siglo XIX, donde la mentada libertad de
expresión de la prensa burguesa[119] para
la elaboración de una imagen burguesa de la realidad, e.g. la dada contra los
borbones españoles, es, claro, independiente del «príncipe» y contra su
monopolio en el control de los medios de producción, aunque no de su burguesía
como clase social principal que históricamente aniquiló a la Europa feudal,
aquella que tuvo por canon a la société
d'Ancien Régime). Esos devotos de la libre
expresión, son a su vez consumados en la «repercusión noticiosa» del discurso
neoliberalista, al amparo del oligopolio de la comunicación —un verdadero
Goliat de poderoso morrión y coraza (como el caído, según se cree, en el valle
del Terebinto)—. Y por tanto, saben repeler neciamente las observaciones
internacionales habidas contra su erosión a las relaciones democráticas y
republicanas: la persecución fascista a periodistas argentinos por parte de la
administración MACRI, e.g., fue
denunciada en el Parlamento Europeo, a instancias del Foro de Comunicación y Cultura entre Europa y América Latina.[120]
La mancillada «libre expresión» —al
menos, en las condiciones de la doxa—
no es más que expresión imperial (verdaderamente artera), es hegemonía
plutocrática que reduce poblaciones a la condición autómata de portavoces de la
propia mitologización (ese asunto incluso preocuparía, en la Goethe-Universität,
a los pensadores alemanes de la década de 1930 que inicialmente publicaron sus ensayos
de «teoría crítica» en la Zeitschrift für
Sozialforschung). Desprenderse del esquema discursivo-burgués no se permite
fácilmente como alternativa; esto puede revisarse incluso con el caso de D. ROUSSEFF a quien en
plena campaña electoral brasilera (octubre de 2018) se le bloqueó su cuenta de
WhatsApp —siendo que ese VoIP fue adquirido por FACEBOOK—.[121]
Su cuenta #DilmaZAP parlamentaba con
las comunidades de Minas Gerais acerca de cómo derrotar (o derrocar), mediante
el sufragio, al golpismo parlamentario en el Brasil. Otro caso, lo es asimismo
el dado con la prensa presidencial venezolana: el microblogging estadounidense Twitter suspendería su cuenta.[122] El
oligopolio de la comunicación y su capital-burgués no puede permitirse un mundo
discursivo emancipado de su propaganda negra, de sus mitologizaciones
guerreristas y del fijismo de su ideología de la propiedad.[123]
No puede permitirse, claro, ningún panegírico relativo a alternativas políticas
que traten de una segunda y definitiva independencia latinoamericana y
caribeña.
Y es que el tecnicismo imperialista (repetitivo,
exactamente al igual que el nazi) es formulado y vuelto discurso colectivo para
objetivar ideológicamente la transformación de la América del Sur y del Caribe,
a sus regiones, en una zona neocolonizada, i.e. intervenida militarmente. A
esto remite al final, definitivamente, su actuar propagandista-proselitista. A
su interna territorial sólo serían posibles, así, feudos de complexión
mercantil, usinas de oligopolios por un lado y por otro sólo conglomerados
poblacionales sin república. Se difunde en general con un sentido apelativo su
prospectiva de mundo panamericano y se concreta mediante un discurso
intrínsecamente eufemístico y necio en relación a las formas históricas, aunque
acorde a la intriga imperial, además, siendo que opera propedéuticamente en el disperso
plano geo-antropográfico de la propia divulgación. Es esa operatoria
propagandista, asimismo, una puesta en
escena que pone a prueba sin duda la hegemonía económica del poder político
del que contemporáneamente dimana; asunto que los activistas anglosajones han
identificado como «el 1%» plutocrático que se halla enfrentado a un nosotros correspondido con «el 99%» socialmente
explotado; ese nosotros, como clase
social, es pues sólo un restante en
el mundo neoliberalista, aunque verdaderamente es el contradictorio histórico
al que se enfrenta el imperialismo; es «el 99%» al que además se proponen
disgregar, en base a reconocimientos comunitarios absurdos (e.g., reduciéndose el
plano de la sindéresis distributiva a cuestiones de psicografía mensurable) o
mediante retorcidas diferenciaciones étnicas, antropológicamente falaces, mitos
sólo propios de la xenofobia y del racismo en que se envuelven —ensoberbecidos—
el neofascismo y el neonazismo (hasta en sus fructíferas relaciones académicas,
o en los foros corporativos de sus oligopolios).
Si se asume que la conquista de las
riquezas de la América del Sur y del Caribe —en el sentido asumido por H. BÉJAR[124]— es el
eslabón necesario para la conquista posterior de las «riquezas del mundo», entonces
hay que conjeturar que las potencias capitalistas hasta ahora sólo han
producido crueles experimentos sociales y la capacidad (jurídica) para la opresión de los pueblos se ha
tornado más propensa al fratricidio político y verdaderamente exquisita en su
necedad narrativa.[125]
Y aquello que habría de continuarse, parecería casi que como un destino manifiesto (tópico devenido de
un argot periodístico de 1845 para la conquista de Oregon y de Texas, en la Democratic Review, y, argüido de un
cuerpo doctrinal que se iniciaría con la de J. MONROE como definición política de
panamericanismo), no es más que la insistencia histórica de un propósito
imperial, inacabado, de siglo XIX: las repúblicas, y su independentismo de
segunda generación, no deberán proliferar en el siglo XXI, y no es que ese impedimento
se resuelva solamente a partir de testaferros o cipayos (término que no es
peyorativo, no hay en esto dicterio, sino sólo denominación tácita y táctica y
que remite en general a todo CEO de la banca transnacional que alcanza el poder
ejecutivo de una república latinoamericana o caribeña, o su banco central técnicamente independiente, resolviéndose
como operador neoliberalista de un consorcio de activos financieros como
BlackRock, Franklin Templeton, JP Morgan, u otros, y que disloca instituciones nacionales,
al influjo de la jerarquía gubernativa adquirida, mediante intermediaciones
especulativas que lealmente representa). La injerencia imperialista tampoco se
resuelve sólo mediante ideólogos, entre los que se cuentan, claro, científicos[126],
docentes o periodistas, activistas o analistas internacionales, etc., para que
cumplan ortopédicamente con la función de control
de la razón, tal como se hizo mediante el autoritarismo fascista que
gobernó a casi toda la América Latina y el Caribe durante siglo XX y que fue dado
mediante anuencia benevolente, además, de organismos de inteligencia y de espionaje
británico, estadounidense, o francés. La necesaria injerencia continental de la
que requieren los oligopolios —asistida por una política de relaciones imperiales—
es resuelta, sobre todo, mediante los planos financiero y militar
(entronizándose en un neocolonialismo desbocado), y, al unísono a su vez de una
dislocación efectiva del aparato productivo y del sistema jurídico en las
repúblicas dependientes.
Es
necesario recalcarlo: el discurso panamericanista, como tipo de propaganda negra,
refiere a un proselitismo crucial al plan de imperio. Se tiene el caso del
organismo no gubernamental estadounidense Freedom House que publica un informe
donde se califica a cuarenta y nueve países de «no libres». Un alocutario
escrupuloso es suficiente, y no mediante un análisis avezado, para saber observar
que muchas de esas naciones no libres (catalogadas en función de las libertades
y derechos políticos y civiles de sus habitantes) reciben justamente apoyo
militar de Washington DC.[127]
El 73% de esos estados no libres (según registro del año fiscal de 2015) han
mantenido relaciones comerciales con el complejo bélico-industrial
estadounidense. Ese parapeto de ONG que es Freedom House se halla mayormente sustentada
por el gobierno estadounidense, siendo que califica de naciones libres no sólo
a su imperio de siglo XX sino también a los continuados aliados de su
geopolítica injerencista. La parafernalia ortopédica de su lawfare, al apenas rasguñarla, se la reconoce entre los
intersticios ideológicos de un ortograma como lo es el de la mentada «libre
expresión». Y es que lábilmente, a su vez, la lawfare se imbrica y concreta en los planos nacionales con el
modelo democrático de las fiscalías —y entre tribunos farautes y harautes del
interés imperial, en general bien
dispuestos— y mediante «organizaciones de transparencia» con que se
potencian intertextualmente, aunque no son más que células propagandistas capaces
de adquirir la forma civil (i.e.,
remiten finalmente a múltiples organismos no-gubernamentales de «derechos
humanos» que se hallaron permeados por la mercadotecnia estadounidense de la
USAIDy
de su Office of Militar Affairs como coordinadora de las «ayudas humanitarias» del
Departamento de Estado y del Departamento de Defensa), y, siendo, además, artilugios
de aquella inteligencia que es comandada por un pentagonismo capaz de monitorear
narrativamente sus operaciones, a través del propio conglomerado oligopólico de
las noticias y del entretenimiento (a partir de ese relevante aparato hegemónico de occidente)... Y es
que resultó harto notoria, al menos en los casos del Perú[128] con
HUMALA (una vez finalizada
su labor presidencial) o de la Venezuela[129]
enfrentada a un golpismo parlamentario fallido contra MADURO, la relación
habida entre el renovado macartismo estadounidense —cumplimentado con el interés
oligopólico— y aquellas fiscalías latinoamericanas que le son funcionales en
las intentonas de persecución política contra la dirigencia latinoamericanista.
Hay incluso, en el entorno de los casos vueltos objeto noticioso, una fantasmagoría
que sobresale por su sentido paradigmático en relación a las indagatorias
realizadas por el cuerpo fiscal brasilero: el conglomerado empresario Odebrecht[130] logró
que sus ejecutivos obtuviesen indulgencia, a pesar de los delitos consumados que
implicaron continentalmente operaciones financieras multimillonarias, y se les
otorgó la libertad, excepto a uno, a quien efectivamente se encarcelaría, aunque
resultó que primero obtuvo reducción de su condena de treinta años a sólo diez,
y, como si eso acaso fuese insuficiente, luego, se aceptó que pudiese cumplir
esa sentencia simplemente en régimen de arresto domiciliario y en su mansión-fortaleza[131]
—sí, en el fasto de un hogar de tres mil metros cuadrados—.
Es necesario advertir a su vez y en
relación al mismo reflujo noticioso panamericanista que la existencia de un
campo de operaciones para la lawfare
en la América Latina y el Caribe implica la conformación (harto articulada) de
una lawfare especializada en la
realidad política de un Brasil que derrocó del ejercicio legítimo de la
presidencia a Dilma ROUSSEF[132], procedido
por detentadores de un aparato de juicios (a la manera clásica de aquellos heliastas
funestos que condenaran a Sócrates, en una Heliea donde sólo los verdaderamente justos podrían ser apresados). Y es que si
se lograra el sometimiento de la soberanía brasilera, la América Latina y el
Caribe deberían enfrentar la hipótesis de una operación continental de replegarla
de facto a ese efecto de capitulación.
Esto, además, supera la mera conjetura diplomática de cómo acaso se actúa en el
dominio de las relaciones internacionales o se resuelven aquellos envites
políticos que hacen al carácter del mundo latinoamericano y caribeño. No es un
supuesto, a pesar de que así lo conjeturen (remedándose la reseña bibliográfica
de R. VICENTE a la
investigación de T. LUZZANI)los analistas desprevenidos, cuando no cómplices.[133]
Es una tesis, de criterio histórico y antiimperialista. Las poblaciones de las
tierras del Brasil no deben ceder soberanía política o económica, ni un sólo
palmo. De esto depende la buena fortuna
de una segunda y definitiva independencia latinoamericana y caribeña durante su
desarrollo de siglo XXI. O depende de eso, a su vez, la retrogradación política
de una segunda y definitiva independencia latinoamericana y caribeña, durante aquel
arco histórico al que refiriera una nueva revolución industrial. Es en este
envolvimiento geoestratégico pues que debe revisarse el caso brasilero «LULA» y así
derivarlo —por extrapolación o proyección, aunque con iguales categorías
políticas para sus múltiples «formas nacionales»— a los casos de un segundo y
definitivo independentismo latinoamericanista.
Para esto debe entenderse que no toda
problemática jurídica a la interna de un país debe ser clasificada como
problemática política resultante de una lawfare,
i.e. no toda judialización de la
política es necesariamente un caso de lawfare
(esto, porque también existen inevitablemente, y para detrimento de las
repúblicas, personalidades políticas derivadas del progresismo o de aparatos
políticos revolucionarios que efectivamente cometen ilícitos, incluso de escasa
complejidad, y deberían ser sin duda sentenciados penalmente acorde a derecho,
aunque no es la «corrupción»[134]
escopo de este análisis sino sólo un dispositivo estratégico que se atiende,
aludiéndolo como supuesto quid al que sí refiere la narración propagandista del
imperialismo). La lawfare se intenta
aplicar contra personalidades y también contra naciones (aunque es posible
identificar casos en que sus procesos se bifurcan, y, en esa diferenciación, a
su vez, hasta podría asumirse un síntoma de densidad de la organización política
de clase de un pueblo); esto se aprecia en casos como i. el de la Venezuela
revolucionaria donde se atenta contra la administración MADURO y la nación
que representa y ii. el del Brasil que se ensaña especialmente con la
representación política de un «LULA» que ha
radicalizado sus alianzas políticas antineonazifascistas con el progresismo
democrático latinoamericanista y antiimperialista, así como con su circuito
político inmediato, en un país continental que se reorientó al panamericanismo.
Por tanto, si bien la lawfare
aplicada contra naciones es de preclara identificación diplomática (e.g.
mediante imposición de bloqueos económicos que se imparten, o de impedimento de
acceso a medicamentos, o de llamamiento a su invasión, etc.), la lawfare contra personalidades que en
relación a su nación poseyesen posición social[135]
y política —e influjo ideológico notorio sobre las poblaciones— resulta pues de
un descubrimiento oblicuo posible de asociar a aquellas relaciones diplomáticas
que coadyuvan a esa resultante de inteligencia y espionaje (derivaría el ensayo,
propiamente, su symploké, en una semiótica de las relaciones políticas
internacionales y del espionaje, no sólo entre estados o entre ramas de
poder de un estado, etc.). Así, quizá debido a esta bifurcación, se ha provocado
mucho embrollo teórico y de terminologías en relación al reconocimiento de una lawfare que se discuta en coordenadas
geopolíticas latinoamericanas.
El propio campo del reporte periodístico —como
objeto de discurso proselitista, al amparo de una operatoria propagandista negra
y neoliberal— participa finalmente del embrollo teórico habido, remitiendo a meras
capacidades jurídicas aquello que es un problema de verdadero reconocimiento
político: el ejercicio de denominar la corrupción —a la manera de un «nuevo
descubrimiento», asociándose su artilugio terminológico al intento de erosionar
la institucionalidad de un proceso social antiimperialista, la más de las veces—
resulta, así, en ortogramas democráticos que sólo se corresponden académicamente
con el delineado metafísico-teoricista de algunos eruditos de la politología
(siendo que en la retrospectiva de su mundo doctrinal, sorprendentemente, no se
conocería de categorías anteriores a siglo XVIII). Y en ese mismo configurado
disciplinar, incluso, es que se envuelve su análisis del hecho político, siendo
sólo relato seudocientífico, sólo sostenido de una sociometría que representa además
a la América Latina como zona de alta
corrupción.[136] Esa
lawfare finalmente, en relación a su aparato
noticioso, pertenece a un haz procedimental de ejecución de derrocamientos de
gobiernos antipanamericanistas (en la época de ALLENDE, la propia CIA[137]
—un verdadero organismo paramilitar, si
se remedan los estudios castrenses de R. BLOCH— reducía la
labor periodística, en sus operaciones de injerencia documentada, a la de un mero
propagandista funcional). Si se releva la ensayística de Von H. LEVIN, se reconoce que
las administraciones estadounidenses se han especializado justamente en
derrocamientos de gobiernos, siendo esto posible de fundamentar en alrededor de
ochenta casos.[138]Además, se halla el propio reconocimiento
gubernativo estadounidense de esta injerencia: el intento de manipular o influir en las elecciones, o incluso el derrocamiento de gobiernos, se hizo en atención de los mejores
intereses de su población; así lo afirma James CLAPPER, quien
resultara director del organismo de Inteligencia Nacional de los Estados Unidos
de América.[139]
Por tanto, la estigmatización de las naciones mediante la forma corruptiva es
sólo un eslabón necesario al proceso estratégico de conquista —de una conquista
que además comprende históricamente la beligerancia—. Y es que esta reducción
de la geopolítica latinoamericana a «zona de guerra»[140]
ha de requerir, a su vez, claro, de una contumacia radical de tribunos
panamericanistas adláteres a la diplomacia imperial, puesto que habrían de
actuar, en cuanto fuere necesario, a la manera, justamente, de «estados
beligerantes». Este sesgo puede interpretarse, si se atienden las
investigaciones de S. CALLONI, acerca de
los propios encuentros diplomáticos de la administración TRUMP con gobiernos
suramericanos comprometidos con el derrocamiento de toda democracia latinoamericanista
(i.e., asociados expresamente a un abatimiento institucionalmente ilegítimo que
degrade políticamente a gobiernos antipanamericanistas y por defecto antiimperialistas).[141]
Además, si la discutida lawfare no logra ninguna resultante
geopolítica conclusiva, puede intentarse el magnicidio (aunque en grado de
frustración, perpetrado y fallido, como el dado contra MADURO, de agosto de
2018, en una vil intentona de reducirlo a interfecto), y que quiso provocarse
contra un gobierno bolivariano de la Venezuela independentista, siendo una
operatoria castrense que se programa con previo conocimiento de la
administración TRUMP.[142] El
eufemismo de «grupo rebelde» para denominar a quienes atentan contra un
presidente constitucional bolivariano en Venezuela, o en cualesquiera otros
países, trata acerca de un discurso apologético del terrorismo à la carte que presentan los
conglomerados noticiosos, en general, envueltos, claro, en su forma
reaccionaria de panamericanismo comunicativo.[143] Y
que se aglomera en la propensión a reducir las problemáticas diplomáticas a teatro de operaciones castrense y que
respecto del caso venezolano la propia OAS lo propugna, mediante su secretaría[144],
a instancias de hallarse en un territorio colombiano limítrofe y que es reconcentración
de bases militares estadounidenses. En esa tierra colombiana y en su frontera
con Venezuela (la misma Venezuela que acoge a millones de colombianos
refugiados que escapan de los asesinatos del paramilitarismo[145]),
es la secretaría de la OAS quien promueve explícitamente la invasión militar a
territorio de bolivarianos.[146]
Esa injerencia —verdaderamente apologista de la muerte y del sometimiento
imperial de las poblaciones, diezmándolas mediante el ardimiento mismo de las
relaciones diplomáticas latinoamericanas y caribeñas— es denunciada[147]
por la administración venezolana mediante su ANC.[148]
Otro caso antecedente lo es el Ecuador: la intentona golpista, el secuestro y el
magnicidio frustrados que se operara contra CORREA, y durante su presidencia, mediante
la participación del espionaje estadounidense y de una facción policíaca nacional
(30 de septiembre de 2010).[149] El
discurso neonazifascista —i.e. su DD— de primera mitad de siglo XXI en los
territorios latinoamericanos y caribeños se resuelve en el llamamiento a
guerras de invasión (no sólo mediante un ejecutivo estadounidense, obediente a
sus oligopolios, sino a partir de su ortopedia neocolonial en la secretaría de
la OAS), y con igual operatoria proselitista con que se ejecutara en la Europa
nazifascista de primera mitad de siglo XX. Esto, aunque la «comprensión del
relato» —i.e. su DI, en situaciones de comunicación periodística— se desvaría;
se minimiza el verdadero valor geoestratégico de los intereses políticos a los
que tácitamente remite lo efectivamente declarado (lo perlocutivo es disociado
de lo ilocutivo). Tratan esas evidencias acerca de operaciones de lawfare contra una nación, sin duda. ¿Y
en el Brasil neoliberal? ¿Hay acaso una lawfare
operada contra ese Brasil, si el «problema jurídico» se halla concentrado en
denuncias de corrupción sólo contra la persona de «LULA» y su círculo
de referencia, dada su personalidad política, siendo además quien representa
nacionalmente y continentalmente una convicción antipanamericanista,
densificada de distintas corrientes de pensamiento, tanto de las nacionalistas como
de las propiamente internacionalistas?
Hay que advertir el caso «LULA» como lawfare si se analiza la intervención
del ministerio público estadounidense en el propio ministerio público del
Brasil, so pretexto de defensa de los intereses
petroleros de los accionistas minoritarios de la New York Stock Exchange,
atentos del proceso de PETROBRAS provocado a partir de que la otrora
administración «LULA» se negara aumentar los precios del gas o de la gasolina —y
han considerado resolver esa pérdida especulativa por vía judiciaria, aunque,
verdaderamente refractado, es un conflicto que confluye del propio interés
común de las respectivas elites nacionales, de su hegemonía glorificada,
además, mediante su cartel oligopólico del entretenimiento noticioso—.[150] En
la NYSE, e.g., respecto de 2018, PETROBRAS se mantuvo en alza hasta mediados
del mes de mayo para posteriormente tender a la baja hasta cerca de finales del
mes de junio.[151]
¿Qué provocó ese lapso? Anteriores jefes de estado y de gobierno europeos
solicitaban el 15 de mayo de 2018 que «LULA» pudiese
efectivamente presentarse en elecciones nacionales: «El encarcelamiento
precipitado del presidente Lula, incansable artífice de la disminución de las
desigualdades en Brasil, defensor de los pobres de su país, sólo puede suscitar
nuestra emoción».[152]
Efectivamente, el mantenimiento del encierro carcelario de «LULA», mantendrá
en alza a PETROBRAS en la NYSE —así lo
hizo ver el mercado—.
Esto podría asimismo comprender
colateralmente el problema del decaimiento institucional de la Justicia como
rama de poder (siendo una resultante esperable de la neocolonización continental
de un territorio). Es un problema político que respecto del caso C. FERNÁNDEZ —y en las
condiciones de la lawfare— es
analizado por M. de los Ángeles SACNUN, congresista
argentina de Santa Fe: «Para llevar adelante esta guerra jurídica no
convencional hace falta no solamente de jueces del Poder Judicial de la Nación
que se presten a ser parte, a ser el brazo ejecutor de esta guerra jurídica, sino
que además hace falta del periodismo de guerra. (…) Pero la verdad es que esta lawfare o guerra jurídica se ha dado
también porque ha participado de la transformación de los poderes judiciales de
la región el propio Departamento de Justicia de Estados Unidos, que se ha
dedicado a llevar adelante cursos, capacitaciones, para algunos que han sido
los alumnos estelares, como el caso del juez Moro en Brasil».[153] El
propio juez de Cámara J. RAMOS PADILLA sentenció
enfático que el Poder Judicial de la Argentina es oligárquico y proestadounidense
y advierte que sus colegas de judicatura tienen
miedo —miedo de impartir justicia y miedo al juicio político— porque,
además, se sufren presiones por parte del
oligopolio de la comunicación, y de los
tribunos que los circundan, si acaso se
falla contrariamente a sus intereses.[154] Así,
en el plano noticioso aparecen quizá las consideraciones superficiales de un
litigio, e.g. en el plano de la denominada judicialización de la política que
no es más que un mundo del escándalo en el que se sumergen las relaciones políticas,
su ingobernabilidad provocada, mediante magistrados o jueces que son tratados
como celebridades —confundiéndose la Justicia, o su correspondiente judicatura,
en la persona de quien debe impartir sentencias justas— y, esto, mediante
operaciones de comunicación que no son más que una labor propagandista neoliberal
de la clase que ejerce el poder político (siendo que en el imperialismo lo es,
como clase social principal, una clase oligárquica que es explotadora de los
estratos sin capital, la cual asume objetivamente el mantenimiento de la
hegemonía de sus intereses económicos a
cualquier precio). No se trataría por tanto sólo del reconocimiento
político de una mera justicia corrupta
el ensayo de ese asunto, sino —en la forma fascista de imperialismo— de un
sistema judicial que opera doctrinalmente (y barbáricamente) para la
proscripción de todo antineoliberalista.
Es —la judicial— una rama de poder que se
reduce finalmente a la persecución y al amedrentamiento de reputadas
personalidades políticas antipanamericanistas, a sus naciones, a sus activistas
y síndicos asalariados que se organizan en el antineoliberalismo. El propio
aparato judicial reduce a ostracismo la vida política de multiplicadas personalidades
antineoliberalistas. Un jurista belga como Christophe MARCHAND es quien denuncia
ese problema doctrinal, de una justicia
politizada en la América Latina neoliberalista, puesto que se halla orientada
a la excepcionalidad en sus fallos, y, siendo que reduce el producto de sus judicaturas
a una mera convicción devenida del análisis de «circunstancias» a las que a su
vez confunde con «pruebas» —en una conmixtión operada exprofeso— y por tanto ese
sólo uso de los instrumentos jurídicos inhabilita, dada la indefensión que
provoca el proceso, a sentencias que posean acaso un verdadero valor
jurisprudencial.[155] Hace
a la existencia, a su vez, de causas sin fundamentos y que confluyen, en su
operatoria ideológica, en los planos del derecho penal y procesal penal, en la
sujeción a un carácter autoritario que remeda a los mismísimos doctos nazis
de la Escuela de Kiel y sus habilidades para el encubrimiento público de una arbitrariedad
institucionalizada (desplazándose de una teoría
del tipo legal hacia una teoría del
tipo de autor).[156]
Y no sólo eso, puesto que el propio
discurso nazi es retomado —para la recreación simbólica de una supuesta guerra interna con que se argumente un
proceso persecutorio— y en su más pleno panegírico Nacionalracista, como resulta del caso de la administración MACRI que remedaría
lábilmente, para su elocución, tópicos de la política hitleriana que se
formulara en el Mein Kampf (1925),
para recrear una amonestación hacia el malestar
social de su propia nación argentina enfrentada a la macroeconomía
neoliberalista: «El único antídoto ante este veneno social que persigue
inocentes es mantenerse unidos. Tenemos que aislar a las personas envilecidas
que buscan el fracaso de los demás».[157]
En ese mismo estadio de degeneración discursiva se hallaría a J. BOLSONARO en el Brasil
—si se remite el caso al análisis de F. FINCHELSTEIN, publicado en
la Foreign Policy—: «His propaganda
campaign has taken a page straight from the Nazi playbook».[158]
Ese neonazifascismo «celebra» como institucionalidad la propia tergiversación
de la historia de los pueblos (se proliferan
los nacionalismos para disimular las contradicciones habidas entre sus
«estructuras de negocios» disímiles). La asunción presidencial de BOLSONARO confirma, y de
manera drástica, asimismo, un ascendente eje neonazifascista Atlántico-Pacífico,
entre Brasilia y Santiago de Chile[159] —siendo
su plutocracia y oligarquía históricamente orientada por el pentagonismo— y mediante
el que cabe suponerse se desarrollará una capacidad
jurídica para consolidar la «aparición» explícita de la NATO (y su horda de
mercenarios),porque la
intervención tiene que ser despolitizada[160], en una América
del Sur donde mengua temerariamente el valor geopolítico de unas relaciones diplomáticas
no-alineadas, de su propia forma republicana
en que se ejerce, aquella que lograría irradiarse tradicionalmente hasta
una estratégica rada rioplatense. Esa retrogradación barbárica podría incluso volcar
al Río de la Plata al problema imperial de puertos de inicios de siglo XIX.
Su aparato discursivo neonazifascista —entronizado
en la euforia que le provoca trasvasarse impunemente de la necedad al
eufemismo— es incluso enserido en UN, como un campo diplomático panamericanista
que es resuelto en una narrativa de injerencia; se ha mostrado proclive a estas
operaciones e.g. la propia oligarquía suramericana, siendo promotora de una lawfare contra de la Venezuela
antiimperialista: «Argentina llevará a la Corte Penal Internacional la
situación relativa a los crímenes de lesa humanidad de la dictadura
venezolana».[161]El neoliberalismo retrotrae los planos de la
economía, de la política, de la diplomacia, de las relaciones laborales,
jurídicas[162],
estéticas, morales, etc., a las condiciones del fascismo —manifestación
inherente a esa fase superior del capitalismo que remite a su condición impe-rialista,
siendo J. DIMITROV[163] (1935) quien
reconocerá a ese fascismo como basamento para la concreción deuna guerra imperialista de rapiña;
reafirmará que ese fascismo no es más que la objetivación de una dictadura terrorista abierta de los
elementos más reaccionarios, más
chovinistas y más imperialistas del capital financiero—.
El teatro de
operaciones finalmente de la lawfare lo
es el campo diplomático que sirve claro a un «arco de inestabilidad» prefijado,
si se atienden los ensayos castrenses de Jesús Antonio BARRIOS QUINTERO, como
prospectiva de inteligencia y espionaje para la hibridación de la guerra —en
tanto guerra de quinta generación, y, superándose, así, la sola guerra de
cuarta generación en el campo de la comunicación-y-de-las-noticias— y que
pretende la descomposición de los estados nacionales (e.g. a partir de una
«guerra económica» instaurada con flagrancia, además, y avanzada hacia una red
electrónica[164]
de operaciones con el control principalmente de la NSA). Es una
descomposición, hipotéticamente concebida, amañada a un plano legislativo que
es ortopédico al diplomático (siendo que debería ser de relación inversa), como
en el caso del parlamento europeo que se declaró contrario al ejercicio
electivo venezolano[165]
y, eso, para posteriormente celebrar la intentona golpista de 2019. Es aplicada
esa injerencia para la objetivación de condiciones nacionales de
desestabilización, para que la lawfare
adquiera la morfología del acoso geopolítico (incluso mediante formas
propiamente criminógenas); es dado el caso Nicaragua[166],
donde el mitin de colores es la
ortopedia de la diplomacia intervencionista para ejecutar una avanzada táctica en
su intromisión ilegítima y fascista. Esto permite advertir, asimismo, la clásica
conclusión peripatética acerca de que la categoría
política[167]
envuelve a toda operatoria jurídica —e incluso, contemporáneamente, a esa forma
barbárica que trata acerca de la lawfare,
si se trasuntan sus resoluciones, y sin que en esto haya escolástica doctrinal,
como un hecho jurídico de imperio—. El análisis de la relación política habida con
el mundo jurídico, se retoma a su vez en el siglo XIX por el materialismo
histórico de K. MARX y hasta por un
pensamiento vareliano que progresa en una República Oriental que se había
hallado convulsionada en sus asociaciones económicas, debido a enfrentamientos
entre facciones y su Guerra Grande, y durante aquella misma época decimonona;
resultaría posteriormente de interés académico también para un pedagogo
material como R. YÁÑEZ, un preclaro
vareliano de siglo XX, en su ensayo de Democracia
y laicidad.
El propio B. SANDERS advierte que
los Estados Unidos de América debe dejar de derrocar gobiernos en la América
Latina.[168]
La desestabilización institucional o las invasiones militares contra repúblicas
latinoamericanas resultan dispositivos efectivos que las administraciones
estadounidenses sistematizaron a partir de la década de 1950 y que incluso
acompañaron imperios fenecidos como el británico o el francés.[169]
Estas son ciertamente antecedencias estratégicas de la geopolítica de la lawfare aplicada contra gobiernos
antiimperialistas de la América del Sur y del Caribe. El problema contemporáneo
de la lawfare lo es el componente
híbrido de agresión imperialista en que se sustentan los propósitos políticos
de su operatoria discursiva que tal como aconteció durante la primera mitad de
siglo XIX se propaga en la primera mitad de siglo XXI, ahora como supuesta «fuerza
antiterrorista» en la América Latina y ubicándose estrepitosamente en la estratégica
rada rioplatense: la administración TRUMP busca junto con la administración MACRI armas de destrucción masiva en Argentina.[170]
El neoliberalismo requiere ineludiblemente
de la militarización de los territorios, para el control humillante de las
poblaciones.[171]
Y el disparatorio discursivo con que se pretexta, reniega incluso del más
mínimo decoro que habría sido necesario para evitar la temeridad de sus
formulaciones. Ese mundo discursivo se corresponde a su vez con una necesidad
estratégica en el orden geopolítico castrense estadounidense: «¿Qué hay detrás
de la base que construirá el Comando Sur cerca del yacimiento de Vaca Muerta en
Argentina?»[172]
El discurso habido contra del Oriente Medio es instalado (sin hacerse
distinción etimológica, en esto, del mundo geo-antropográfico comprendido como «Oriente
Próximo», o de alguna otra conveniente denominación), así, en la propia América
del Sur, luego de todo un arco histórico de experimentación castrense con las revoluciones de colores, no resueltas en
las tierras mesopotámicas aunque rápidamente ahogadas por la diplomacia
latinoamericanista (sobre todo entre las naciones que abarca el
internacionalismo de la ALBA). Y por más que se confirma esa instalación estratégica
e infame de una narrativa que trata de un hipotético «problema terrorista»
envuelto en las coordenadas rioplatenses, e.g. también mediante su despliegue
escénico en el Brasil[173]
de facto, donde se detectaría a «terroristas islámicos» y eso sería anunciado
en el mundo noticioso, no obstante, verdaderamente se desatiende, en cambio,
una antecedencia que sí es preocupante como la chilena donde hay extremistas
sauditas, terroristas salafistas (wahabistas), instalados a la espera, en ese territorio del pacífico latinoamericano, estos,
sí, efectivamente operativos —y con anuencia imperial[174],
al igual que en el Oriente Medio—.[175] Por
tanto, la definición pedagógica de un estado
del mundo no se deslinda de su valoración antropológica y de sus multiplicados
compuestos sociales (circulares, radiales, angulares). No es lo mismo para la
historia educativa y morfológica de los pueblos la afirmación El fascismo no pasará que una mera
cuestión dudosa, diletante o academicista, institucionalmente agriada, o hasta
carente de la más ínfima dilección patriótica: ¿El fascismo no pasará? Si la afirmación —ese logro de la lógica y
concomitantemente de la identificación política del entimema que define— se
redujera a mera cuestión dudosa, así, de esa sola manera, el sujeto de discurso
resultaría desplazado del juicio a la erotema (mundo incierto en el que por
otra parte la verdad es nula).
Además, es la mismísima historia contemporánea y antiimperialista que supo
formular su respuesta, mediante un lema itálico verdaderamente categórico: «Il
fascismo non passerá» —posteriormente forjado con sangre e internacionalismo en
el Stalingrado soviético—. El propio GRAMSCI heroico lo
sentenciaría: el fascismo no es más que el
final miserable de la aventura burguesa.[176]
Esto, indudablemente, debe ser enseñado y al influjo de la propia definición
clásica que expresara Sócrates (a instancias de su histórica discusión con los
heliastas), al reafirmar que el educador es un único profesional de la política
—i.e., es quien verdaderamente debe ceñirse en sus formulaciones morales a una
confirmación pedagógica de aquel mundo que es reconocido por ser tratado para
la difícil tarea formativa del sujeto de decisiones—.[177]
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[1] Las «noticias del mundo»,
presentadas incluso como cuodlibetales al aula, deben desplazarse
necesariamente de la opinión al criterio, además, para efectivamente resolver
una teorética propiamente de su discusión. Es un mundo simbólico en el que debe
evitarse que la valoración y tratamiento de los problemas se reduzca a la mera
identificación monista de mecanismos, la más de las veces denominados por
aféresis o como resultante de una jerga (e.g. al suponerse como causa primigenia de la existencia de «noticias
falsas» a los bots o el ejercicio del
trolling, aunque sin duda deba
reconocerse la telemática de sus operatorias y despliegue, en vez de ensayarse
la verdadera hegemonía en que se comprende su proceso de sentido). La noticia insurgente, un tema distinto al
programado, no necesariamente es un desvío
del trabajo didáctico, si se corresponde
con una symploké formativa (i.e. si
trata de un ensamblaje concreto de cuestiones formativas que hacen a la
finalidad programática a aplicarse con los educandos). Hay que remedar a Santo
Tomás de Aquino e.g. para enfrentar lógicamente los «asuntos noticiosos» en el
aula: la conformación teórica habida de toda cuestión es integrada por
artículos, desarrollándoselos mediante un refractado y reconocimiento del
asunto al que refiera cada uno, según su énfasis, mediante su título, su línea
argumental, su respuesta y solución. Podría ensayarse que esta relación de
contingencia con los asuntos nuevos, algunos despertados en las propias redes digitales (como función
irreflexiva), hacen a la verdadera «célula fundamental» de aquella tarea
docente que es articulada-a-posteriori según las evidencias (per se notum quod nos), asociada, asimismo,
y como función reflexiva, a la diagnosis y planificación que le son inmanentes
(remitiría contemporáneamente a un razonamiento o semiosis ilimitada que la
tríade metafísico-racional de Ch. S. PEIRCE compuso como estadios relacionados de
abducción-inducción-deducción).
[2] De los tipos de comunicación,
especialmente, la comunicación política históricamente deviene del mundo
jurídico antiguo (período protofilosófico), siendo el discurso una resultante
amalgamada de isonomía e isegoría que algunos varones ejercerían
—aquellos que fuesen ciudadanos de un estado con democracia esclavista—.
[3] Se tiene el atroz caso de los
presos políticos mexicanos, e.g., el de los integrados a la resistencia
campesina, encarcelados durante años y sin sentencia, y que dependen de la
amnistía comprometida por la electa administración LÓPEZ OBRADOR. Vid. RT. 2018, octubre 12. «México: López Obrador anuncia una
amnistía a los presos políticos» en URL: https://actualidad.rt.com/actualidad/291768-amnistia-presos-politicos-mexico-amlo
(Acceso 2018, octubre 14).
[4] Es un campo, el del crimen
organizado en América Latina y el Caribe, ocupado especialmente por un narcotráfico
que no sólo es funcional a las operaciones imperiales de inteligencia, puesto
que localmente, a su vez, se sustenta de alianzas políticas, como la mantenida
en el caso nicaragüense con una cleriguicia senequista y propensa al fascismo.
Aliados, estos, pretendieron derrocar al gobierno sandinista. Vid. MALTES, J. 2018, julio 09. «Alianzas
hechizas y obispos golpistas. La derecha golpista se ha unido a la delincuencia
organizada para subvertir el orden» en URL: http://www.lavozdelsandinismo.com/opinion/2018-07-09/alianzas-hechizas-y-obispos-golpistas/
(Acceso 2018, julio 10).
[6] La referencia materialista a
un tema (G. BUENO), implica necesariamente
evitar las confusiones propias del filosofar espontáneo. Debe saberse pues de
una diferencia de niveles habida entre conceptos, propios de un cierre
categorial o agremiación, e ideas, en referencia a su ideograma.
Asimismo, debe atenderse metodológicamente que una definición teórica (respecto
de la relación habida entre géneros de materialidad) se desprende y desborda de
la sola definición lexicográfica a la que remite un cuerpo gramático.
[9]Cfr. MAGUIRE, Peter; Law and War: International Law & American History; Columbia
University Press; USA, 2010 (pág. 214).
[10] Un compendio sustancioso acerca
del pensamiento anglosajón relativo a temáticas asociadas a la lawfare se halla publicado en el sitio
electrónico del Lawfare Institute que recibe la cooperación de The Brookings
Institution (organismo dedicado a la promoción de investigaciones en política
pública). Vid. Lawfare Institute. S.a.
[«Lawfare»] en URL: https://www.lawfareblog.com/search/node/lawfare (Acceso 2018, octubre 31).
[12] Podría a su vez analizarse,
e.g., y aparte, un problema como el siguiente: ¿a qué se debe que la propaganda
negra imperialista, al ser operada, se consubstancie tan eficazmente con las
propias nematologías institucionales del «mundo hegemónico» al que remite
—retrogradándose y hasta impidiéndose, así, especialmente, el reconocimiento
diairológico de los hechos políticos—? Es un problema teórico que refractaría,
aunque sólo tangencialmente, de asuntos como los relativos a la propia
matematización en los planos β-operatorios. Vid.
BUENO, G. S.a. «TEOREMA GENERAL
SOBRE LOS LÍMITES DE LA CUANTIFICACIÓN EN LAS CIENCIAS HUMANAS» en URL: http://www.fgbueno.es/med/dig/egch1300.pdf
(Acceso 2018, julio 10).
[13] La lawfare presenta antecedencias especialmente asociadas a la
talasocracia y al mundo mercantil imperial con el que se corresponde (siglo
XVII).
[14] La catalogación inespecífica a
la que se remiten las múltiples imágenes de un mundo Occidental o un mundo Oriental,
siendo | mundo occidental | una formulación apositiva que trataría acerca de la
libertad y la democracia, trata en este análisis de aquellas relaciones
internacionales que se corresponden con el macartismo y se aplicaron durante la
«guerra
fría» de
siglo XX. Aunque no se reduce su nomenclatura, claro, a ese sólo arco
histórico, dado que esta separación del mundo ya era aplicada por el propio
imperio romano, etc.
[15] La lawfare analizada como estrategia de
«terroristas» o «guerrilleros» y aplicada contra del sistema democrático
liberal refiere a trabajos académicos como el de E. COHEN. Entenderá
que la lawfare trata finalmente
acerca de un manejo incluso magistral del
uso abusivo de la legalidad. Vid.
COHEN, E. 2016,
junio 01. «“Lawfare”: el uso de la ley como arma de guerra» en URL: http://elmed.io/lawfare-el-uso-de-la-ley-como-arma-de-guerra/ (Acceso 2018, enero 24).
[16] Es un
conglomerado el financiero que se corresponde con una guerra multidimensional desarrollada por las administraciones
estadounidenses, en relación a las regiones del mundo. Vid. JALIFE-RAHME, A. 2016,
enero 27. «EEUU pone en crisis a Latinoamérica con su guerra global de divisas»
en URL: http://www.contrainjerencia.com/?p=113823
(Acceso 2018, julio 16).
[17] La no «capacidad», en el plano
industrial, respecto de los países pobres con riquezas, se formula como
resultante de la incongruencia habida entre la producción universitaria de
ciencias y el uso nacional de las ciencias en relación a una política de
explotación de los recursos y de producción (emancipándose de la sola materia
prima como plan económico). Un nefasto caso de pauperización e.g. lo es el
acontecido con una empresa de alta tecnología del estado argentino, denominado
INVAP: los proyectos durante el año de 2018 se encontraron paralizados y con
carencia de fondos de inversión —un abandono dado exprofeso, a causa de que el
emprendimiento neoliberal de privatizarlo no logró imponerse, aunque a ese
proceso se le lograrían enserir con posterioridad, y no de manera fortuita,
capitales estadounidenses—.
[18] Se hace referencia de la
retórica política en su sentido peripatético o clásico —y no como un mero compuesto de
tropos, propio de la retórica narrativa o moderna—.
[40]Cfr. «La guerra en Libia, la posición de los gobiernos:
venezolano y argentino en el contexto latinoamericano» de BRICEÑO MONZÓN, C. A. - RIVAS, G. A. en Cuadernos sobre
Relaciones Internacionales, Regionalismo y Desarrollo / Vol. 10. No. 19. enero
- junio 2015 (págs. 127 y 128).
[41] El eufemismo denominativo es
dado a causa de las propias relaciones políticas neocoloniales del primer
mundo, e.g. las entabladas con los gobiernos del África: el mundo libre, así
gusta significarse, apoyaba supuestamente la «primavera árabe» de las
poblaciones africanas, según se afirmaba en cadenas noticiosas occidentales, y
era referida a movimientos civiles contrarios a gobiernos inescrupulosos,
siendo que esos mismos gobiernos africanos, reconocidos como despóticos, no
eran más que sumisos testaferros de los intereses oligopólicos estadounidenses
y europeos. Se tiene el caso del gobierno tunecino de Zine el-Abidine BEN ALI; se lo derrocó durante la
mentada «primavera árabe» (operación dada inicialmente en Túnez, entre los
inviernos de 2010-2011). BEN ALI gobernaba siendo funcional a la
geopolítica imperial en el norte africano, siendo leal a las naciones
integrantes de la NATO, a la socialdemócrata Internacional Socialista y al
propio International Monetary Fund. Y no obstante, ese nefasto conglomerado
plutocrático, a pesar de los esforzados servicios que le prestara BEN ALI, simplemente lo abandonó
políticamente, y, en vez de exiliarse en Francia, debió retirarse a la
absolutista Arabia Saudita. Posteriormente, esa «primavera árabe» alcanzaría
mediante operaciones de injerencia o incluso de ocupación de la NATO, junto a
refuerzos emiratí y saudita, los territorios egipcio, libio, yemení y bareiní;
otras manifestaciones políticas conexas a ese teatro de conquista imperial a su
vez progresaron hacia Argelia, Marruecos, Siria e Iraq. Vid. NAVARRO, V. 2011, febrero 21. «¿Quién
apoyó la dictadura de Túnez?» en URL: https://www.webislam.com/articulos/60860-quien_apoyo_la_dictadura_de_tunez.html
(Acceso 2019, enero 27).
[46]Cfr. «Capítulo I.
Propósitos y principios» de UN en Repertorio de la práctica seguida por los
órganos de las Naciones Unidas; Volumen I, Suplemento n.º 6; New York, 2004
(pág. 70).
[47] HERNÁNDEZ, A.; Los señores del narco;
(1.ª ed.) Random House Mondadori SA; México, 2010 (pág. 91 y ss.).
[54] La hegemonía imperial —y su
teleología, la dictadura capitalista—
trata evidentemente acerca de la Hegemonía discutida por A. GRAMSCI (problema de economía política
y doctrinal que la seudociencia traduce meramente a «ingeniería social»).
[55] En esto, sobre todo el
oligopolio de la comunicación o del entretenimiento, en sus formas
anglosajonas, demuestra su dominancia asombrosa sobre la cuestión del
eudemonismo (así como de su mito envolvente) y sus ramificaciones y relaciones circulares
en la toma de decisiones de una población. Y esto ha confundido, en el albor de
una cuarta revolución industrial, a un mundo educativo que debería asumir lo
mundano, sí, aunque para categorizarlo y transformarlo. La «comunicación» y el
«entretenimiento» —especialmente en aquel mundo pedagógico de relaciones
didascálicas donde esos planos son resultado de una mera sumisión totémica a
las redes digitales— se han complicado, orientándose hacia una estilística de
la sinonimia que hace de sus actos una mera frivolidad circense, o hasta
adquieren sus progresos denominativos
una forma necia y patológica. Y así, el acto, i.e. el acto del quehacer
aristotélico, y su función reflexiva, se reduce a la mera acción y a una
función irreflexiva. El mundo es abatido a la mera descripción, la propia
laicidad vareliana que tanto analizara el pedagogo R. YÁÑEZ es abatida, como operatoria de
aula, a una relación autómata de partes materiales. Las verdades
histórico-institucionales (en los planos β-operatorios) son repujadas
burocráticamente a definiciones nominales. El propio análisis se degrada de su
necesaria institucionalidad. Las propias categorías pedagógicas resultan
reducidas a conceptos y tecnicismos, a dogmatismo precientífico, a una
catacresis discursiva. Es un proceso de degradación donde el atributo alotético
del sujeto lógico se encorseta en la sola experiencia psicológica (siendo
contrario, esto, al propósito formativo del educando, si se lo asume como a una
totalidad holótica que existe políticamente, salvo que se lo pretenda disminuir
a atributo autotético, a sujeto operatorio propiamente ecológico).
[56] La accidentalidad discursiva,
los distintos modelos de producto noticioso, etc., en un plano fenoménico, i.e.
el reconocimiento de totalizaciones sistáticas, no implica que se niegue la
existencia de una necesidad metodológica de clasificación y de composición de
relaciones, finalmente de su discusión también como totalización sistemática. Vid. BUENO, G. S.a. «Totalización sistática / Totalización
sistemática / Sujeto operatorio corpóreo / Sujeto metafísico incorpóreo» en
URL: http://www.filosofia.org/filomat/df050.htm
(Acceso 2018, julio 15).
[57] Esa «capacidad» de
la política reaccionaria,
si se comprende a partir del marxismo leninista, resulta atinente sobremanera
con un sistema capitalista que se halla justamente en su fase superior y última
de desarrollo económico: el imperialismo.
[60] Expresamente —en relación a
una cartografía pedagógica, resuelta como mundo
formativo—
reconocer el sentido i. de un problema, ii. de sus posibilidades operatorias y
iii. de las relaciones que implica, en su conjunto, trata acerca de un análisis
ontosemiótico. El trabajo didáctico es resuelto en un sentido
histórico-institucional. La valoración docente de un «problema del mundo», así,
en relación a alternativas de aprendizaje, será relativa a una identificación
de propiedades y al propósito interpretativo al que se remiten sus
definiciones.
[61] En principio, se propone que
toda teorética de la POLÍTICA, en relación sobre todo al ordenamiento de sus
materiales antropológicos, remite a la doctrina aristotélica (siendo su
antecedencia la doctrina platónica): los intereses políticos, y las clases de
saberes políticos, contienen y definen mundos (el electivo, el jurídico, el
magisterial, etc.).
[65] Por un lado,
hay un arco histórico decimonono que podría especificarse pues entre los años
de 1814 a 1914. Por otro lado, y a la manera de un paralelismo tácito, se
propone que las primeras dos décadas de siglo XXI, donde la política exterior
define la política nacional, se hallan emparentadas, según el análisis geoestratégico
y geoeconómico de C. PEREYRA MELE, sobre todo, a
las de inicio de siglo XX (1904) y a su historia política de preguerra —siendo
que el tratado de Viena de 1814 se prolongó durante una centuria por parte de las
potencias europeas que se habían apropiado de los remanentes del otrora imperio
napoléonico—. Vid. PEREYRA MELE, C. 2018,
julio 13. «La lucha de atlantistas y continentalistas también se define en
América del Sur» en URL: https://www.geopolitica.ru/es/video/la-lucha-de-atlantistas-y-continentalistas-se-define-en-america-del-sur
(Acceso 2018, julio 16)
[66] Un caso de «pentagonismo» e.g. lo es el que analizara
como Crisis en Honduras A. SANTANA. Ese «pentagonismo» remite a un complejo militar
industrial estadounidense que apoya políticamente el intervencionismo a partir
de operaciones que ejecuta el propio Pentágono. Vid. SANTANA, A. 2009, noviembre 05. «Crisis
en Honduras» en URL: http://www.cialc.unam.mx/pdf/crisisenhonduras.pdf
(Acceso 2018, septiembre 27).
[69] Esta cuestión
es observa por D. SCAVINO en un ensayo
de T. LUZZANI publicado
como Territorios vigilados. Cómo opera la
red de bases militares norteamericanas en Sudamérica: «El sueño de
Bilbao» (Sección 2). Vid. LUZZANI, T.;
Territorios vigilados. Cómo opera la red de bases militares norteamericanas en
Sudamérica; Ed. Debate; Buenos Aires, 2012
[74] Para la interpretación geoeconómica
de ese terrorismo del oligopolio primermundista, asociado al interés político de
un complejo como el bélico industrial, debe atenderse que en el flujo de armas —a partir de la
segunda mitad de siglo XX (1950-2017)— predomina la industria armamentística
estadounidense. Vid. GEARY, W. 2018, julio 13. «The United States of Arms» en URL: https://vimeo.com/279923192?quality=1080p
(Acceso 2018, julio 18).
[78] No obstante, debe atenderse a
partir del análisis de A. JALIFE-RAHME que las administraciones
estadounidenses requieren con urgencia del petróleo del Golfo de México (el
binomio neoliberalista REAGAN-TEACHER tenía revisada incluso la
oportunidad de una conflagración con aquel México que no había entregado su oro negro), y, sin el que no tendrían a
su vez capacidad para una guerra
comercial contra la República Popular China. Vid. JALIFE-RAHME, A. 2018, abril 25. «Alfredo
Jalife: “El trinomio petróleo/agua/alimentos”» en URL: https://www.youtube.com/watch?v=U5EI31R3ZbQ
(Acceso 2018, julio 16).
[82] Se tiene la propia solicitud
estadounidense formulada al gobierno de facto del Brasil de intervención militar
en territorio venezolano, hasta con logística prestada. Vid. TELESUR. 2018, agosto 14. «Ministro de Defensa de Brasil: EEUU
quiere que nosotros ayudemos a Venezuela» en URL: https://www.youtube.com/watch?v=C9tuFlYPn4s
(Acceso 2018, agosto 14)
[86]Cfr.LUZZANI, T.;
Territorios vigilados. Cómo opera la red de bases militares norteamericanas en
Sudamérica; Ed. Debate; Buenos Aires, 2012: USSOUTHCOM
– AMISTAD Y COOPERACIÓN POR LAS AMÉRICAS.
[87] La referencia a bases
militares estadounidenses (armada, ejército, fuerza aérea) es formulada en
relación al ensayo que presentara R. BLOCH como BASES
MILITARES Y OTROS INSTRUMENTOS DE PROYECCIÓN DE PODER DE LOS ESTADOS UNIDOS
y publicado por el Instituto de Estudios Estratégicos y de Relaciones
Internacionales del Círculo de Legisladores de la Nación Argentina: «El
concepto genérico de “base” que maneja Estados Unidos se refiere en la
actualidad a diversas especies de infraestructuras y asentamientos de Estados
Unidos en el mundo. [...] El Pentágono utiliza conceptos flexibles para estas
bases, en las que existe un límite difuso entre las actividades militares y las
actividades civiles. Los conceptos de “guerra de baja intensidad”, “guerra
irregular”, “guerra híbrida”, responden a esa zona gris relativa a los ámbitos
y a las personas involucradas. [...] Asimismo, estas bases son escalables,
pueden adaptarse a actividades cada vez más complejas, dependiendo esto del
interés de Estados Unidos, el grado de conflicto a enfrentar y también, del
grado de aceptación que tengan en el país huésped. [...] Una de las
clasificaciones para estas “bases”, las divine en: a) MOB (Main Operator
Bases), b) FOS (Forward Operation Site), c) FOL (Forward Operation Location)».
Asimismo, BLOCH identifica otros tipos de
«bases», según funciones a operar: CSL (Cooperative Security Location), FSL
(Forward Service Location), PS (Prepositioning Site), ERI (En Route
Infraestructure), centros de detención clandestinos o Black Holes, etc. Vid. BLOCH, R. S.a. «BASES MILITARES Y
OTROS INSTRUMENTOS DE PROYECCIÓN DE PODER DE LOS ESTADOS UNIDOS» en URL:
[90] Para esto, el gobierno
argentino de la administración MACRI
finalmente concretó la instalación de una base militar en la ciudad de La
Quiaca, limítrofe con los territorios del Estado Plurinacional de Bolivia. Vid. RT. 2018, agosto 17. «Mauricio
Macri inaugura una base militar al norte de Argentina» en URL: https://actualidad.rt.com/actualidad/285506-instalacion-base-militar-norte-argentina
(Acceso 2018, agosto 19).
[91] El acto de amedrentamiento
argentino contra territorio boliviano no es acaso un acto castrense aislado.
Hipótesis de guerra referidas al territorio boliviano es posible conjeturar que
posee asimismo la administración neoliberal y antilatinoamericanista de S. PIÑERA en Chile, puesto que hace despliegue
de sus ejercicios militares —y parecería
que al unísono de la avanzada argentina— en
la frontera con el territorio plurinacional y junto a operativos estadounidenses.
Vid. HISPANTV. 2018, agosto 26. «Morales
fustiga maniobras de Chile y EEUU en frontera boliviana» en URL: https://www.hispantv.com/noticias/bolivia/386386/chile-maniobras-eeuu-frontera-morales
(Acceso 2018, agosto 31).
[92] Asimismo, la medida unilateral
del gobierno argentino, de un despliegue de defensa en la frontera con la
Bolivia antineoliberalista ha sido considerada por la administración
plurinacional de MORALES como un intento de amedrentamiento a su nación. Vid.
RT. 2018, agosto 23. «“No
nos vamos a asustar”: Evo Morales rechaza la presencia militar argentina en la
frontera» en URL:
https://actualidad.rt.com/actualidad/286246-vamos-asustar-evo-morales-rechaza
(Acceso 2018, agosto 24).
[93] Y por otra parte, las fuerzas
armadas del Brasil —debido
a «razones
humanitarias»— se han desplegado sobre la frontera
bolivariana de Venezuela (esto, como acto posterior al itinerario diplomático
mantenido por el secretario de la Defensa de los Estados Unidos de América J. MATTIS, en América del Sur, para continuar el asedio
contra las naciones de la ALBA). Vid.
RT. 2018, agosto 29. «Temer autoriza a las Fuerzas Armadas de Brasil a actuar
en la frontera con Venezuela» en URL: https://actualidad.rt.com/actualidad/286804-temer-autoriza-fuerzas-armadas-brasil
(Acceso 2018, agosto 29).
[95] La manipulación proselitista
—y antilatinoamericanista— del tema migrantes (su fraude y las reducciones de
las preocupaciones humanitarias al
solo plano de la mercancía, se revisa por parte de la constitucionalista
venezolana Olga ÁLVAREZ. Vid. EL PUNTO EN LA I. 2018, octubre 07. «El punto en la i:
Migración Venezuela» en URL: https://www.youtube.com/watch?v=tfj0rb1Pk4Q(Acceso 2018, octubre 10).
[100] Esto se promueve en el
ejecutivo argentino, en concordancia además con la base militar estadounidense
que fue aceptada por el gobierno provincial de Neuquén y lábilmente apañada por
la administración nacional —so pretexto nihilista de que no se compondrían de
soldados sus activos—.
[101]Nota: E. BRUZZONE es una referente y encargada
del acervo archivístico del CEMIDA, siendo que el acrónimo remitía hasta el año
de 2012 a Centro de Militares para la
Democracia Argentina y posteriormente se modificó su razón a Centro de Militantes para la Democracia
Argentina. Vid. CEMIDA. S.a. «Nuestra Historia» en URL: http://www.cemida.com.ar/cemida.htm
(Acceso 2018, julio 14).
[105] En esto, el caso iraní del año
de 1953 es paradigmático en lo referente a la injerencia de potencias como la
británica y estadounidense para el derrocamiento del gobierno legítimo del
primer ministro Mohammad MOSSADEGH (electo en el año de 1951),
profeso antiimperalialista y partidario de la independencia nacional. Su
decisión política de renegar del poder absoluto del shah, de embargar los
activos británicos y de nacionalizar el petróleo operaría contra los intereses
de la Anglo-Iranian Oil Company (posteriormente British Petroleum o BP). La CIA
ha reconocido ese intervencionismo un sexenio después, como plan de acción
encubierto, en el año de 2013. La estrategia desarrollada la reseña N. ARMANIAN en «La Operación TP-Ajax de la CIA:
“limpiar” Irán de comunistas»:
«Encargan
al agente británico Christopher Woodhouse crear la red “Bedaman” para provocar
desorden, saqueos, incendio de la sede de los sindicatos y partidos políticos
progresistas, sobre todo del Partido Comunista de Tudeh, y armar a los señores
feudales de regiones con minorías étnicas, amenazando la integridad territorial
de Irán». Vid. ARMANIAN, N. 2018, agosto 20. «La
Operación TP-Ajax de la CIA: “limpiar” Irán de comunistas» en URL: https://blogs.publico.es/puntoyseguido/5116/la-operacion-tp-ajax-de-la-cia-limpiar-iran-de-comunistas/
(Acceso 2018, agosto 22).
[111]Cfr. «El neoconservadurismo y el “Instituto sobre Religión y
Democracia”» en EZCURRA, A.M.; El Vaticano y la administración Reagan; Editorial
Fundamentos; Madrid, 1986 (pág. 50 y ss.).
[118]Vid. RPN. 2019, enero 09. «“Nunca
viví momentos tan feos en mi vida”. Estela de Carlotto lapidaria con el
gobierno» en URL: https://www.youtube.com/watch?v=Nv4aTCNwrPY
(Acceso 2019, enero 09).
[119]Cfr. VALLS, Josep-Francesc; Prensa y burguesía en el XIX español;
(1.ª ed.) ANTHROPOS; España, 1988 (pág. 58 y ss.).
[123] Se tiene el caso del Grupo de
Lima, instalado en la nórdica Canadá para llamar a la rebelión militar contra
la Presidencia de la República de MADURO; remite a un cuerpo diplomático que es funcional a
la argucia de la libre expresión: le
impide a corresponsales noticiosos de RIA Novosti, Sputnik, TELESUR, mediante
su Ministerio de Asuntos Exteriores canadiense, el ingreso a las reuniones
panamericanistas. Vid. RT. 2019,
febrero 04. «Canadá no acredita a los medios rusos Sputnik y RIA Novosti para
cubrir la reunión del Grupo de Lima» en URL: https://actualidad.rt.com/actualidad/304548-sputnik-rechazado-acceso-reunion-grupo-lima
(Acceso 2019, febrero 05).
[124] El mundo
imperial, aunque acaso pareciese trivial enunciarlo, ahora en la forma de la
NATO, no se ha olvidado de la necesidad estratégica de posesión neocolonial de
América Latina y el Caribe: «La prosperidad europea no puede explicarse
históricamente sin el saqueo de los minerales americanos, la servidumbre
indígena y la esclavitud africana que duró desde los siglos XVI al XIX». Posteriormente,
BÉJAR en su ensayo
especificará con nitidez meridiana también lo siguiente: «Europa ha sido
incorporada como socia menor al carro norteamericano de la guerra (...)
[refiriéndose al caso del Oriente Medio]». Y esta función de secundar, es de suponerse,
continuará. Vid. BÉJAR, H. S.a.
«CUMBRE UE ALC» en URL: http://www.hectorbejar.com/docs/articulos/europayamericalatina.pdf
(Acceso 2018. mayo 06).
[125] Esta formulación económica históricamente
asumida por el imperio español (de apoderamiento de las riquezas americanas,
acaparadas de manera continuada a partir de siglo XVI), y al amparo de una Santa
Alianza en la que convergieron a su vez los erarios de Venecia y de Roma con Pío
V PP, le permitió ejecutar la retirada musulmana de tierras mediterráneas. A los
turcos se los derrotó en Lepanto, o Náfpaktos en su gentilicio heleno, en el
año de 1571, afianzándose así el sistema capitalista que posteriormente
irrumpirá al amparo de un sistema financiero nutrido entre otras cosas de
«plata americana».
[126] La propia inteligencia y
espionaje estadounidenses, además, se han valido de intelectuales y de científicos
renegados para infamar, de manera pomposa y novelesca, a aquellas personalidades
antiimperialistas que se han revelado verdaderamente señeras, incluso tildándolas
de psicópatas, de narcisistas, o de sociópatas; un caso paradigmático lo es el
de H. MOLINA, médica de segundo grado en
neurología que participó del delito de robo de fondos del tesoro público que el
gobierno cubano destinaba a la adquisición de instrumental médico.* Se la destituyó por actos de
corrupción, siendo declarada enemiga acérrima de la revolución cubana. Y se
exilió en la Argentina durante el año de 2009 con financiamiento de la USAID y
localmente del CADAL: la científica se dedicó posteriormente a la difamación
biográfica de los CASTRO.**
[131]Vid. BBC. 2017, diciembre 20. «Cómo es la lujosa mansión donde el
empresario Marcelo Odebrecht cumplirá el resto de su condena por el mayor
escándalo de corrupción de Brasil» en URL: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-42429882
(Acceso 2018, julio 20).
[132] Podría asociarse, a la manera
de un paralelismo tácito, el enjuiciamiento a D. ROUSSEFF con el castigo político que
ejecutaron los Heliastas contra Sócrates. Asunto del que se hiciera reseña en
el escolio «De las simplezas de la “comunicación política”» en URL: http://prometheuschannel.blogspot.com/2016/09/geopolitica-dilma-rousseff-o-de-la.html
(Acceso 2018, agosto 19).
[133]Vid. VICENTE, R. 2013. «RESEÑA
BIBLIOGRÁFICA. Telma Luzzani. Territorios vigilados. Cómo opera la red de bases
militares norteamericanas en Sudamérica» en URL: http://www.redalyc.org/pdf/3608/360833889005.pdf
(Acceso 2018, octubre 28).
[134] En general,
la corrupción a la que se aplica la
propaganda negra para deprimir políticamente a los gobiernos antiimperialistas
se circunscribe a una «corrupción ilícita», referida
sobre todo a una economía idiotética (i.e. a formaciones no repetitivas,
singulares) y a una economía doméstica.*
Ese proselitismo pauperiza, claro, el campo de análisis al que podrían remitirse,
y en su complejidad intrínseca, los problemas relativos a una idea de corrupción.** Esto es complementario, e.g., al caso de la VIII Cumbre de las
Américas que como refractación nematológica de principios de anticorrupción hizo de los temas de «corrupción» un
fárrago de posiciones diplomáticas unilateralistas e intervencionistas
orientadas, en general, al detrimento político de las repúblicas
latinoamericanas y caribeñas asociadas al antipanamericanismo.***
[138]Vid. LEVIN, Von H. 2016, junio 01. «When the Great Power Gets a Vote: The Effects of Great Power Electoral Interventions
on Election Results» en URL: http://gleasonreport.com/documents/sqv016.pdf
(Acceso 2018, junio 03).
[140] A su vez, la conversión de las
coordenadas geopolíticas latinoamericanas a «zona de guerra»,
su proceso, no
sólo remite al impedimento objetivo de una segunda y definitiva independencia
continental, puesto que también refiere —en
el plano de una trade war— a operaciones de complicación
logística con las que se pretende bloquear el progreso de la ubicación china en
el propio sistema de puertos suramericano y caribeño, e.g. en relación a esa
gran estructura que es el proyecto de Canal de Nicaragua*, asunto especialmente alcanzado por la
propaganda negra panamericanista, y mediante su ortopédico relato periodístico**,
siendo que su concreción influiría en el desplazamiento de naves de gran tamaño
que no logran acceder en la región caribeña por el Canal de Panamá (su calado
máximo es de 11.89 metros) y siendo que esa obra ingenieril contravendría asimismo
los intereses de la NATO en la región del sur Atlántico, especialmente los
británicos y estadounidenses, rezumados de los propiamente comerciales, en el
entorno de un problema de territorios que ya proviene de una discusión
diplomática anteriormente instalada durante siglo XIX, atinente con el valor
geoestratégico del Estrecho de Magallanes (puesto que posee un calado máximo de
21.3 metros), resultando comprendido su fiordo por la geografía política de
Chile, en relación a títulos
irredargüibles*** con los que fundamenta su
soberanía. Evidencia de esa trade war
lo es que el propio secretario de estado M. POMPEO actúa en contra de aquellas
relaciones comerciales que prescindan del oligopolio imperial estadounidense;
operaría como portavoz de la Casa Blanca y —en su itinerario latinoamericano,
de octubre de 2018— formuló advertencias a las repúblicas acerca de los
presuntos riesgos que habría si se aceptaran inversiones relacionadas con la
iniciativa china del Cinturón y la Ruta de la Seda. ****
* El
Canal de Nicaragua es un proyecto desarrollado y operado por el HKND Group que
efectivamente concretó (2016) hasta una segunda fase de Investigación arqueológica de preconstrucción en Brito. Vid. HKND Group. 2016, agosto 22. «Report of Preconstruction Archaeological
Investigation Phase II in Brito» en URL: http://hknd-group.com/portal.php?mod=list&catid=54
(Acceso 2018, septiembre 18).
**
El proyecto del Canal avanza constantemente mientras que las campañas
de adquisición de tierras, reasentamiento y protección ambiental se orientan de
acuerdo con los estándares internacionales. Vid. HKND Group. 2017, julio 22. «Executive Vice
President of HKND Group: Nicaragua Canal Continues Moving Forward» en URL: http://hknd-group.com/portal.php?mod=view&aid=465
(Acceso 2018, septiembre 18).
[144] El propagandismo
panamericanista de lo democrático —como reacción imperial de siglo XXI a los
principios del discurso democrático-latinoamericanista— adquiere su forma
estratégica en el documento estadounidense Venezuela
Freedom 2 – Operation del USSOUTHCOM de 2016, a partir de dos fases (una de
injerencia diplomática en las relaciones hemisféricas mediante la OAS y otra de
posterior neutralización del personal combatiente chavista y de sus mandos por
hallarse comprometidos con la defensa bolivariana de las instituciones
democráticas de su Constitución de 1999). Estas líneas han sido ensayadas en De la tensión histórica habida entre el
discurso «democrático-latinoamericanista» y el propagandismo panamericanista
como supuesto precursor de lo «democrático» —en el weblog Prometheus'
Channel (publicación de 27 de marzo de 2017, en URL: http://prometheuschannel.blogspot.com/2017/03/del-reconocimiento-del-discurso.html)—.
[145] Hay colombianos que huyen de
su país para resguardar su vida en territorio venezolano. La secretaría de la
OAS no debe ser omisa a esos desplazamientos de pobladores que intentan la
supervivencia. Se tiene el caso colombiano Norte del Cauca. En ese territorio
la Asociación de Cabildos Indígenas denunció la propaganda negra esparcida por
paramilitares colombianos para amedrentar a sus comunidades; en libelos neonazifascistas
ofrecen dinero a cambio del asesinato de la dirigencia indígena del Norte del
Cauca (de sus gobernadores, capitanes, coordinadores, guardas y alguaciles). Vid. RT. 2018, diciembre 20. «“Por cada
cabeza hay valor”: Circula panfleto en Colombia con amenaza de muerte a
indígenas» en URL: https://actualidad.rt.com/actualidad/299597-amenazar-muerte-lideres-sociales-colombia
(Acceso 2018, diciembre 20).
[153]Cfr. «13.
Allanamiento de diversos
domicilios en la
Ciudad de Buenos
Aires y en la
provincia de Santa Cruz (O.D. Nº 517/18.)» en Honorable Senado de la
Nación Argentina; Versión taquigráfica de la DGT; SESIÓN ESPECIAL, PERÍODO
136º; 13 ª REUNIÓN - 7ª SESIÓN ESPECIAL - 22 Y 23 DE AGOSTO DE 2018 (pág. 37 y
ss.).
[156]Cfr. BAUCELLS i LLADÓS, J.; La delincuencia por
convicción; Universitat Autònoma de Barcelona · Servei de Publicacions;
Velencia, 2000 (pág. 53 y ss.).
[159] Es un eje netamente
militar-fascista que rememora al reconocido por R. MAURO MARINI (1974); su análisis se asoció
a la posibilidad de una insurrección armada y urbana del pueblo chileno que finalmente
no se concretaría. Vid. MAURO MARINI, R. [1974] «Dos estrategias en
el proceso chileno» en URL: http://www.marini-escritos.unam.mx/049_dos_estrategias_chile.html
(Acceso 2018, octubre 30).
[160] En esta
afirmación se remeda lo expuesto por B. DE SOUSA SANTOS, en un
artículo que trata el problema histórico habido de tres bombas reloj atinentes con el auge del militarismo brasilero:
i. el proceso colonial y de independencia (siglo XIX), ii. el fascismo militar
del Brasil (década de 1960) y iii. las operaciones estadounidenses asociadas a
la defensa de la democracia amiga de la
economía de mercado (iniciadas en el año de 2009). Vid. SOUSA SANTOS, B., DE.
2018, octubre 11. «Brasil en peligro: tres bombas reloj» en URL: https://cronicon.net/wp/brasil-en-peligro-tres-bombas-reloj/
(Acceso 2018, octubre 16).
[162] En el plano
jurídico, e.g., se tiene la sentencia de primera instancia N.º 2018-1980 de
Costa Rica: el Juzgado de Trabajo del II Circuito Judicial de San José declaró
ilegal la extensa huelga por tiempo indefinido que decretaran los profesores
costarricenses en su circuito gremial; es una medida que se asumió
necesariamente para denunciar las reformas neoliberales del plan fiscal en el
sector educativo. Vid. JEREZCERDA, M. «Día 45
de manifestaciones: APSE apela declaratoria de ilegalidad de huelga» en URL: https://amprensa.com/2018/10/dia-45-de-manifestaciones-apse-apela-declaratoria-de-ilegalidad-de-huelga/
(Acceso 2018, octubre 24).
[163]Vid. DIMITROV, J. [1935]. «La ofensiva del fascismo y las tareas de
la Internacional en la lucha por la unidad de la clase obrera contra el
fascismo» en URL: https://www.marxists.org/espanol/dimitrov/1935_1.htm
(Acceso 2018, septiembre 18).
[164] Las operaciones
de inteligencia y espionaje —al menos, aquellas que el imperialismo ejecuta en
el campo telemático— se asocian al oligopolio de las telecomunicaciones. Hay
casos como AT&T con gran
capacidad de reserva para resolver cuestiones de backbone y peering que
otros operadores de redes pueden requerir, o usufructuado por otras empresas también
de gran capacidad operativa como Sprint, Cogent Communications, Level 3, Telia
de Suecia, Tata Communications de India, Telecom Italia, o Deutsche Telekom.
Estos conglomerados resultan funcionales a la extensión del espionaje,
ejecutándose en ciento cuarenta y nueve países con alrededor de 19500 focos de
presencia operativa (mediante puntos de acceso conectados a la red de redes
digitales y con el networking
necesario instalado). Las operaciones de inteligencia y espionaje finalizan en
sólo ocho instalaciones de acceso. Y se hallan —en su totalidad— en territorio
estadounidense, donde la capacidad de injerencia se despliega sobre todo
mediante su NSA, interfiriéndose i. el cifrado de varias VPN* y ii. las redes privadas virtuales (como
se ha constatado que se ejecutó e.g. en el campo aeronáutico o en el
periodístico de las agencias de noticias). Ese mundo de telemática y macrodatos
es asumido por corporaciones de comunicación y análisis, como en el caso de SCL
Group, igualmente funcionales a las operaciones gubernativas y militares de
inteligencia en el campo del capitalismo
real. El caso argentino vuelve a resplandecer con esta nueva problemática:
la Cámara de los Comunes del Reino Unido presentó un reporte donde se
especifica que hubo esfuerzos de
recopilación de inteligencia para aplicar una «guerra de información»
durante el año de 2015 en el país suramericano, aplicándose así el big data para la ejecución de campañas
de desprestigio contra un gobierno constitucional, el de C. FERNÁNDEZ.**
[167]Vid. Nota a pie de página, referencia N.º 28. El delimitado
ontosemiótico de una didascálica docente trata acerca de cómo se enfrentan dialécticamente
las cuestiones a tratar en el aula sin reducirse al intelectualismo —en sus
formas históricas e institucionales (relativas a los planos β-operatorios)—.Y
su trama valorativa, es resoluble pues a partir de relaciones negativas y
políticas con las que se racionaliza el sentido de las formulaciones; esto,
hallándose advertido y precavido el pedagogo, en general, de que el relato
acerca de las cosas del mundo
finalmente, en su sentido gnoseológico, remite a una multiplicidad ajorismática.
[174] Y de manera concomitante a ese
lábil apadrinamiento del terrorismo saudita en América del Sur, el congreso
estadounidense se preocupó de interceptar el desarrollo de relaciones
diplomáticas pacíficas del gobierno teocrático del Irán con las repúblicas
latinoamericanas (en campos como el agrícola, el biotecnológico, el energético,
el nanotecnológico), mediante su Countering
Iran in the Western Hemisphere Act of 2012. Vid. Public Law No: 112-220. 2012, diciembre 28. «H.R.3783 - Countering Iran in the Western Hemisphere Act of 2012» en
URL: https://www.congress.gov/bill/112th-congress/house-bill/3783
(Acceso 2018, octubre 24).
[177] El sentido político de la
labor de enseñanza-y-aprendizaje puede revisarse a partir de una tesela
formulada por J. R. San MIGUEL HEVIA acerca de la condena a
Sócrates, presentada como «Fuerza de la ironía, o de cómo Sócrates consiguió
que los heliastas le condenasen a muerte» en URL: http://prometheuschannel.blogspot.com/2016/09/geopolitica-dilma-rousseff-o-de-la.html,
siendo superlativa a su vez para ensayarse, claro que sólo a la manera de un
paralelismo tácito, un caso de hidalguía atinente a ROUSSEFF: De las simplezas de la «comunicación política».
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Este lunes a las 20 habrá una nueva edición de *Estallará la isla*, ciclo
de poesía con lecturas de María del Carmen Colombo, Javier Roldán y Luis
Colomb...
SELECCIÓN 17 2024 BLUES SYNDICATE
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*SELECCIÓN 17 2024 BLUES SYNDICATE *
1- 1- IT IS WHAT IT IS…´TIL IT AIN´T – FUNKWRENCH BLUES & MOSES MO
2- HUULIHARPPU – MIXENDORP & BOO BOO DAVI...
INJERTO DE HENDIDURA APICAL EN HIGUERA
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Tradicionalmente, en Mallorca las higueras se suelen injertar por el
método de chip mallorquín desde finales de marzo hasta principios de
agosto. Este...
Stavolta Gelato Artigianale
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Agency: The Brand Company
Co-founder & Director of Design: Dara Abdul Hadi
Executive Creative Director: Mostafa Tawfic
Associate Creative Director: Dalia ...
Los denisovanos
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Flujo genético entre las poblaciones del Paleolítico. Kay Prüfer et al
(2013). Las excavaciones en la cámara central de Denisova, en los Montes
Altai, ha...
Barraqueño
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*Leche:* Cabra
*Tipo:* Pasta blanda, corteza enmohecida
*Materia Grasa:* No definido
*Maduración:* De 20 a 25 días
*Aspereza:* Suave
*Vino:* Nicasia Blanco ...
Terraplanistas necios
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*(Este artículo apareció en *¿Cómo ves? *número 253, diciembre de 2019)*
Piensen en sus más profundas convicciones o creencias, en lo que les parece
buen...
Tunisie: Les TRE au centre de nos préoccupations
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[La Presse] Nous avons pris l'habitude en Tunisie de préparer le retour des
Tunisiens résidant à l'étranger (TRE) à un ou deux mois avant les vacances
d'ét...
Kanada: Türkamera filmt Einschlag eines Meteoriten
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Es knistert, es faucht wie Feuerwerk: Ein Paar in der kanadischen Provinz
Alberta macht eine sonderbare Entdeckung im Kameraspeicher ihres
Klingelsystems. ...
Colombia: At least 39 killed in guerilla violence
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Colombian President Gustavo Petro has accused leftist guerillas of
committing "war crimes" near the Colombia-Venezuela border. The government
has paused pe...
The Heat: China Tourism
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In 2024, international tourism achieved one of its best years in recent
memory reaching over 90% of pre-pandemic level. The Chinese government has
rolled o...
Starmer wishes to use Brexit Freedoms
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In this letter to BriefingsforBritain Brian Morris argues that Keir
Starmer’s support for an AI-plan to supercharge economic growth in the UK,
reveals his ...
Trump modelo 2025
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Publicada en Revista Acción El lunes 20 de enero de 2025 Donald John Trump
será juramentado como el 47º presidente de Estados Unidos. Hay un curioso
par...
The ceasefire charade
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Israel, going back decades, has played a duplicitous game. It signs a deal
with the Palestinians that is to be implemented in phases. The first phase
gives...
Week in images: 13-17 January 2025
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[image: Hubble’s panoramic view of the Andromeda Galaxy]
Week in images: 13-17 January 2025
Discover our week through the lens
San Junipero y la inmortalidad (del amor)
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El capítulo San Junipero de la serie Black Mirror es una auténtica delicia
y para muchos de los seguidores, entre los que me incluyo, es, con sus
silencios...
A Russian Frenchman who became a Great Cuban
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December 2024 marks the 120th anniversary of Alejo Carpentier’s birth.
Writer and philosopher, political activist and diplomat, composer and
ethnographer...
On the Ceasefire of January 15, 2025
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The Palestine-Global Mental Health Network and its international
counterparts embrace the ceasefire agreed upon on January 15, 2025, with
hearts both hea...
The Resistance Is Not Dead, With Ghadi Francis
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The journalist and author returns to MintCast to assess Syria’s new
pro-Western leadership, Türkiye’s regional ambitions, and the enduring
resistance mov...
The Oppenheimer Case: An Exchange
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To the Editors: Daniel Kevles has written a fair and balanced review of
my book, Brotherhood of the Bomb [NYR, December 4, 2003]. He correctly
notes that...
The corporate fight against PFAS restriction
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New episode of EU Watchdog Radio 16.01.2025 Environment Chemicals
What does a lipstick, a non-stick frying pan and Scotchgard have in common?
Find out in...
Lesbian Boyfriend – was ist denn das nun wieder?
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Vorübergehender Trend oder bleibt das? Subversiv oder Rückgriff auf alte
Butch-Femme-Klischees? Seit Lily-Rose Depp ihre Freundin als „Boyfriend“
bezeichne...
Ciencia arrasada
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La nueva resolución de la Jefatura de Gabinete que busca “desfinanciar todo
el sistema de Ciencia y Tecnología” impactó de lleno en la comunidad
científica...
En 1859, une femme pourrait-elle devenir médecin ?
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Le patron saint-simonien et féministe François Arlès-Dufour finançait pour
1859 un concours de l’académie de Lyon sur l’amélioration du sort de la
femme....
NSF NRAO Brings the Night Sky to You
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The U.S. National Science Foundation National Radio Astronomy Observatory
(NSF NRAO) took the Observatory’s new portable Starlab planetarium on...
The po...
Syria: CIA’s Operation Timber Sycamore Won
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Why did Syria fall so quickly into the hands of the terrorist group, Hayat
Tahrir al-Sham (HTS)? There are several explanations, which focus on the
enervat...
Hablar de Poesía 50
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¡Con una mezcla de sensaciones, en la que prevalece la alegría, presentamos
el número final de Hablar de Poesía, el 50! ÍNDICE POR SECCIONES HABLAR
DE P...
Global Skeptics in the Pub (19/07/2024)
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Doorgaans zijn dit fysieke events met een discussie of lezing rond een
bepaald thema gevolgd door het napraten bij een gezellige (al dan niet
alcoholisc...
Commentary: Record Not 100 Days
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By: Togba-Nah Tipoteh Many people get disappointed when they do not see
what was implemented in the first 100 days of a new state regime and what
they ex...
Wildenstein Tax Retrial Opens in Paris
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Having been ordered in 2021 by France’s highest court to face a retrial
after being twice acquitted of tax fraud, the members of the Wildenstein
family, ow...
Whether (and how) America can survive Trumpism
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Georgetown Professor Thomas Zimmer joins us to talk about polarization and
extremism, and what insights American and world history provide as to
whether ...
Zambezi ifumana muzamaisi wasipokola yomunca
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RUNDU – Muzamaisi Marius Katamila uketilwe kuba yomuhulu wa sipokola
yomunca mwasikiliti sa Zambezi, kulatelela kupumula famusebezi kwa
Muzamaisi Karel The...
Colored Time
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American Artist discusses science fiction in the context of contemporary
art and the concept of "Colored Time."
The post Colored Time first appeared on A...
Fulbo Free Font
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Stock Photos from LevanteMedia/Shutterstock. De la cancha de fútbol
directo a tus diseños. Fulbo font fue creada para maximizar la legibilidad
de los nú...
NRC Weekend
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On Veterans day daily Dutch national newspaper NRC published an article
with my photos of the annual military motor pilgrimage to Lourdes. Text by
Niels Ro...
Maduro comenta el lanzamiento del petro
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Maduro comenta el lanzamiento del petro
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The ARIES project
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The ARIES project
How can we push accelerator technology forward and improve our everyday
lives in the process? The ARIES research project is there to pr...
Tiny witnesses of time
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Most of us have heard about fossils like ammonites, Nautilus,
Propalaeotherium or the Neanderthals. In one of the Chicxulub-cores a …