Hipertelia apologética
de
un rapper secuestrado. O una epístola
que
se disuelve en el mundo, dedicada a HASÉL
Actualización última: 2021, marzo 01
1. De la poesía a la realidad. Se
ha despertado y divulgado con afán cierta moralina dedicada a minusvalorar la
trova esperanzada de Pablo HASÉL —y contraria a los monarcas españoles de su
propia época—. Parecería como si no hubiese existido nunca una narrativa porno-política
en sus tierras hispánicas, ¿acaso no se recuerda toda una injuriosa plástica
ilustrada que se refractaría de la propia crisis del reinado isabelino? Y es
que hubo en la España de segunda mitad de siglo XIX toda una sátira porno de
minuciosa acuarela —si de relatos verdaderamente explícitos en su injuria se
trata— contra del mundo borbónico y adláteres, de aquellos especialmente
vinculados al latrocinio, y que resultaría denunciado incluso con irreverencia
obscena (especialmente dada, esa expresión de queja, entre ilustradores relacionados
al periódico Gil Blas).[1] Acaso debido
a esa omisión de antecedencias, es que a este poeta irreverente se lo vituperó
como si su narrativa fuese el umbral de un pandemonio para una casa real borbónica
—a pesar de ser su trova, de alguna manera, algo más modesta en lo relativo a cuestiones
de detallismo estético y, a su vez, hasta menos contundente si se quiere en
injurias a la corona, al menos si respecto de sus lenguajes se la compara con
el de las acuarelas mencionadas—.
Este
rapper, acaso en las condiciones del
teatro político, de aquel mundo clásico, canta a quienes no posean buen oído.
Esto, debe agradecerse. Y a pesar de su gentileza, es gratuitamente detestado.
Y le sucede, así, como en La Hermosura
aborrecida,[2] en aquella comedia de LOPE de VEGA en que ese escritor de oro
alimentó su relato ficcional[3] de anteriores intrigas elucubradas por un
campesino catalán, a quien se tomaría por «desatinado» o «loco» a causa de haber
arremetido en Barcelona contra la vida de su monarca Fernando el Católico. Tanto
en aquella ocasión de finales del año de 1492, dado el intento de magnicidio, como,
posteriormente, en su expresión de comedia del año de 1617, en ambos casos, en
el hecho histórico y en el ficcional, su alteza real se salvaría.
El
problema es que en la actualidad de siglo XXI hay estéticas orientadas a la
ilusión o incluso al fervor semántico de suponer in medias res la posibilidad de relatos que definan una muerte
real, la muerte definitiva ante la historia, como lo es la muerte política de
una casa borbónica. En las repúblicas latinoamericanas ese mundo ficcional se
volvió realidad política y verdad jurídica a mediados de siglo XIX (sobre todo
mediante guerra de puertos). Es por
esto que en América del Sur a ningún rey se acata ni obedece (excepto en las
Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur, en los territorios del
archipiélago ocupados por la corona británica, mediante su invasión en el año
de 1833, y que aún se deben descolonizar). Europa misma, no obstante, sabido es
que en cuestiones de sangre azul su
cantar es otro. Hay, para este asco moral de los monárquicos, un título
explícito de HASÉL que da razón, entre otros igual de prolíficos en el odio a
lo real, a los fundamentos mismos de la injuria: Leonor no reinará. Su patetismo es la belleza misma de un poema
en prosa (el desplazamiento de la parodia
al patetismo[4] es propio además de aquel acervo español que aplica sus
lenguajes a la crítica de las
instituciones sociales, como en los casos de GARCÍA LORCA, DALÍ, BUÑUEL).
Debe comprenderse, no es aceptable que una
alteza real sea objeto de culto. En todo caso, valdría discutir el acto de
vilipendio a la autoridad real, a partir de la persona o del símbolo patrio, (un
devenir de relatos pronosticable, además, en una nueva época de insurgencia
republicana declaradamente antiimperialista). Esto, claro, debe reconocerse, trata
de lenguajes que pondrían una piel de
gallina a cualquier plebeyo honrado.
El problema de su política estética, de alguna manera, es anterior a la
estética aplicada; se halla enraizado su asunto narrativo en una metafísica de la
orientación de su contenido, en los cantos que aúlla este poeta altruista que
no es honrado porque legítimamente se niega a honrar al enemigo de aquella-su-república
que es objeto de esperanza. Es indubitablemente un mal plebeyo que desobedece a
aquellos jueces que actúan a sabiendas de
su injusticia. Y su lealtad a esa desobediencia lo vuelve poeta irreverente
no de un círculo literario sino de un piélago de desheredados —en el mundo, en
un mundo que aún no se pertenece—.
Su trova efectivamente no refluye acaso como una tesis leninista, incluso siendo HASÉL un hombre declaradamente
marxista-leninista, porque unos textos y otros no refieren a una misma
agremiación o cierre de sentido. Además, no habría oráculo que pudiese acaso
asegurar que la trova de este poeta irreverente supiese ser apreciada por ENGELS,
MARX, LENIN, STALIN, MAO, HOXHA, HỒ CHÍ MINH, CEAUŞESCU, KIM IL SUNG, CASTRO, o
GUEVARA —y etcéteras—. No se reduce su canto a estricto manifiesto comunista. Su canto no se resuelve además como
una tesis materialista, y claramente, ese no es su propósito narrativo, ni
tampoco intenta desencadenar ninguna identificación nematológica relativa al
reconocimiento de composiciones o dintornos posibles de un aparato ideológico
de «mundo nuevo» o de «hombre nuevo». No, nada de eso. Su trova no se resuelve
como fuente analítica de un programa de economía revolucionaria
anticapitalista. Su trova refiere a una sintaxis de identificación de mundo en insurgencia que se ultima
estéticamente —y como es esperable en las condiciones de la poesía, además— en
las realizaciones de la oralidad.
¿Acaso no hay poetas revolucionarios? Sí, claro que sí. Incluso hubo en
el mundo, y en tantos siglos, poetas monárquicos verdaderamente revolucionarios
en su trova. Para otros planos de
revolución, esto valdría aclararlo en el intento de evitar embrollos
teóricos innecesarios (al menos, en lo referido al mundo de los términos
análogos), como es dado en la ética y en las virtudes individuales que son
principio de la acción, el punto de partida no lo es el «oficio» sino el
carácter lógico con que se resuelve una personalidad. En todo caso es el sujeto
lógico que desde sí resuelve
estar-y-ser en el mundo como un portavoz revolucionario (es el mundo insurgente
mismo manifestado en su convencimiento, si se quiere a partir de una velocidad individual). No se es un
político revolucionario por ser carpintero, en
todo caso se es un revolucionario —y por tanto, un tipo de hombre político— dedicado a la carpintería.
Hay que recordar que afortunadamente la Poesía fue divorciada de la
Filosofía; y esto empezaría a desenvolverse con los materialistas protofilosóficos
(quienes empezarían a discriminar las relaciones
de parentesco, o la forma de organizar el «mito», de las propias relaciones necesetaristas) y siendo un
desarrollo reflexivo que se consolidó posteriormente con los sabios áticos —esto,
aunque no de manera lineal, hasta que ha sido posible tener la oportunidad
histórica, ahora sí, de enfrentar o triturar de manera gnoseológica un saber; y distinguiéndoselo a su vez de
un pseudosaber—. Otro es el mundo de
la Poesía (no porque no exista afinidad
con la «verdad científica», en un campo de expresiones dialécticas del
pensamiento, de su razón dialéctica, o de sus términos noéticos, sino porque su
trova requiere para existir de sujetos
operatorios literarios, y no de términos impersonales, en tanto que es el poeta
el punto de apoyo representador de los propios términos textuales con que se
realiza).[5]
HASÉL es un poeta irreverente que en sus versificaciones anhela la
muerte real a manos de la historia de las repúblicas. Y es esperable que sus
versos, algún día, dejen de ser una mera realización ficcional para concretarse
como realidad histórico-institucional de su nación. Hasta sucedió con Jules VERNE
y su De la Terre à la Lune - Trajet direct en 97 heures et 20 minutes,
puesto que la obra grandiosa no pudo ya sólo ocupar el mundo de la ciencia ficción
—de aquella que no debe confundirse con los efectismos de una space opera— y se la desbordó en
realidades que se intersecan a su vez con todo trasunto de su tema, al transformase
a su vez aquellas comprensiones que resultaran relativas a su mundo económico o a su economía de las ciencias.
¿Y cuál ha sido finalmente la solución a tanta prosa desalineada?,
(siendo que literalmente posee esa cualidad). Secuestraron al poeta, burdamente
tildado de terrorista. Y así, ese poeta
terrorista y sus secuaces, quienes no tenían cómo faltar a la cita, todos,
se acantonaron en ese campo de Marte que es la Universitat de Lleida, donde
hubo estudiantado que protestó en el edificio del Rectorado[6]
y para la defensa de la libertad de
expresión, o para que el verso o la prosa no sean las expresiones que mueran,
ni su musa de calle, no deben morir, deben vivir, para que no sean los relatos irreverentes
enfrascados en el formaldehído de un pundonor borbónico (un compuesto químico
que disuelto en agua a 5%, además, sirve para conservar frescos a los
cadáveres).
Entre lo más granado de la sociedad española que se vincula al mundo
filmográfico, lírico, académico, en general, al menos entre quienes no se
sujetan al indiferentismo, hay una inclinación cierta a que se revierta la
injusticia que se inflige a este trovador de calles. El petitorio por la
liberación del rapper apresado a
causa de una sentencia absolutista, a manos de un tribunal inapelable, se ha
extendido universalmente a todas aquellas personas que se hallan sujetas a
razón, como ALMODÓVAR, BARDEM, SERRAT: «Los firmantes, como representantes del
mundo del periodismo, la dramaturgia y la escritura en el Estado español, nos
hemos unido para mostrar nuestro apoyo a Pablo Hasél, exigir su libertad, así
como que se expulsen del Código Penal este tipo de delitos que no hacen sino
cercenar el derecho, no solo de libertad de expresión, sino de libertad
ideológica y artística».[7]
Incluso en el mundo político partidario español alguna personalidad ha
propuesto solicitar el indulto real por la vía de urgencia para
favorecerlo (enhorabuena, si eso no implicara para el poeta irreverente la
exigencia ética de un arrepentimiento; el poeta no debe arrepentirse de sus
versos aborrecidos, «aborrecidos» en un sentido de alejamiento, igual que una cría abandona el nido, no sería condigno
a sus cantos desdecirse de su intención narrativa de renegar del hogar
monárquico).
Se le imputaron a HASÉL todos los pecados del infierno (las injurias a
la corona española con las que se granjeó una pena de nueve meses y un día, siendo
ese el verdadero centro ideológico de estado que hace al problema político de
las insurgencias, alguna narrativa periodística ha parecido referirlas sólo
como un superádito más entre todo otro cuerpo biográfico hostil aún mayor, de todo
otro cúmulo de supuestos delitos que resultan de imposible ejecución, vueltos a resaltar tras su ingreso al establecimiento
penitenciario de Ponent: se lo pena a dos años y medio de cárcel a causa de la agresión inventada[8]
a un testigo en el juicio contra unos guardias urbanos, siendo que uno de esos
operativos habría agredido a una persona menor de edad, y se le condena por los
delitos de obstrucción a la justicia y amenazas; además se le acumula otra
condena anterior a dos años de cárcel debido al delito de enaltecimiento del
terrorismo que se dictó en el año de 2014 y que en principio le fue suspendida
en el año de 2019).[9] Esta
demencia de fallos, propia de un libreto policíaco sujeto al macartismo de guerra fría, incluso ha
sido observada y con acierto por el poeta irreverente como una «guerra sucia
desinformativa» (o simplemente, una perturbación sistemática de la diegética de
su vida).[10] Y
todo se vincula a su mundo de letras que canta y a sus sesenta y cuatro tuiteos
(podría mencionarse como algo sabido y trivial que twitter, como sustantivo, bien puede referir a un parloteo ligero; y aparte, y sólo a la
manera de una relación paradigmática con estas vicisitudes discursivas, de un
mundo de «dichos» y «actos», bien podría considerarse asimismo que hay inflexiones
verbales transitivas relativas a to twit,
como twitted o twitting, y que se hallan referidas a la operación del decir para someter a ligeras burlas o reproches
algo, o a alguien, en un plano que requiera de un despertar para la acción). En resumidas cuentas, se ha demostrado
que el poeta es injurioso o ha injuriado a su rey —eso parecería ser, al menos
como verdad jurídica ciertamente acompasada a un aparataje de proselitismo anticomunista—.[11]
2. De la poesía a la injuria. Y esto es lo que se propone
discutir, aunque mediante una hipertelia
que se asume y se sume en la defensa irrestricta de aquel poeta irreverente que
un reino borbónico deplora mediante su poder determinativo. Valdría remedar,
así, alguna que otra conjetura habida en el mundo del reconocimiento literario acerca
de la injuria, como la de SAAVEDRA
FAJARDO: «Más guerras han nacido de las promesas hechas y no cumplidas que de
las injurias, porque en las injurias no siempre va mezclado el interés como en
lo prometido, y más se mueven los príncipes por él que por la injuria». Y S.A.R.
Felipe VI ha prometido la libertad de
expresión, lo formularía en el marco del CXXV aniversario de la Asociación
de la Prensa de Madrid —y se volvería pues esa aceptación política, en la pluma del poeta irreverente, un objeto
de crítica inculcado en su trova: Ni
Felipe VI—.
El problema estético provocado por HASÉL en relación a una corona que
acaso se hubiese sentido injuriada a causa de las versificaciones altamente irreverentes
de este rapper, se ha provocado
tangencial al interés hegemónico de reforzar el anhelo de eutaxia que requiere la propia casa real española. O, ante tanta
desproporción entre el decir y el juzgar, simplemente podría mencionarse a
NIEREMBERG: «Es la injuria tan de aire
que un donaire la deshace». O por
último, se hallan las determinaciones de un cautivo como CERVANTES, quien a su
vez discute la cuestión de la injuria
mediante unos consejos que brindaría don Quijote a Sancho —y se los indicaría antes
que su escudero partiese hacia la ínsula de Barataria—: «Cuando te sucediere
juzgar algún pleito de algún tu enemigo, aparta las mientes de tu injuria, y
ponlas en la verdad del caso».[12]
Podría suponerse de todas formas que algunos magistrados, entre tantos
otros eruditos doctrinos y excelencias rectorales o determinativas, no
necesariamente comprenderían en su desiderata el acervo de las experiencias
literarias. Ninguna persona es encarcelada por renegar de la literatura
universal, ni siquiera sus excelencias los jueces. Es temerario que el análisis
literario del universo de sus términos textuales se reduzca a una agremiación
jurídica que identifica el delito de imputación de un hecho o cualidad que
menoscabe la fama o la estimación de un hombre poderoso. Se
lo castiga al poeta tenaz y a causa de haber expulsado al mundo de los comunes
su hypomnema, toda una escritura
personal esperanzada que traduciría a trova. ¿Deben renegar los poetas, universales
o mendicantes, de sus versificaciones, so pena de que los monarcas se consideraren
menoscabados en su fama o estimación? Es posible que la respuesta deba de ser
un rotundo y único y tenebroso «sí» —si se trata de poetas súbditos de S.A.R. y
en su reino—. Y sobre todo si el análisis normativo trata sólo acerca de la capacidad,
en vez de verdaderamente elucidar rasguños doctrinales atinentes a las «facultades
de comunicación» y a su realizarse como «libertad reconocida».
¿Aunque acerca de qué podrían trovar y qué se les permitiría ensoñar a
aquellos poetas insurgentes que se proclamaran enemigos de S.A.R. y en su
propio reino? Se tornará imposible claudicar. Habría un revoltoso mar de poetas
seculares en el que toda una casa real naufragaría —y con el paso del tiempo,
su tempestad se divisaría impostergable—. Si se persiste en el ostracismo a los
poetas irreverentes, en el régimen de los nobles, al amparo acaso de alguna burguesía
decaída en sus modelos sociales, bien podría suceder que el destino crudo de
estos censores de vicios fuese sólo aquel que un español surrealista exiliado
como L. BUÑUEL sentenciase al mostrarlos alimentándose de inocentes corderos, en su filme El
ángel exterminador (rodado en México, aunque pensado experimentalmente en su
interpretación histórico-social para que fuese relatado en un entorno
londinense o parisino), donde se critica a la clase alta, a la mayordomía
que le sirve y a su clero —a quienes
se les volvió imposible salir a las
calles, atrapados una y otra vez en los circuitos sectarios de su vida
social, y al tiempo del hambre que inevitablemente los alcanza, desentendiéndose
de facto de aquella pacatería innata
en que fijan el discreto encanto de sus buenas costumbres—. Y es que
desprovistos del mundo, el precepto de sus carnicerías y sus vanidades se
degrada. Y los poetas irreverentes acometen justamente esa flagrancia
narrativa, los desproveen del mundo que les sirve. Les arrancan ese mundo de
gleba de sus propias manos (aquellas que se hallan forradas con sangre inocente, según se trova en Nuestras
libertades); y este rapper hasta podría agregar a la crítica de ese mundo borbónico que
los nobles han vivido superbamente, aunque acaso podría resultarle naíf, algo
como lo siguiente:
engordadas
esas
manos
sus
muñecas
con
un rolex
o
un pesado anillo,
de
gemas
y
adornado
—hundido
en
su pólex—.
El poeta HASÉL seguramente sabrá dispensar esta intromisión volcada en
sus experimentadas letras —esta tentación obtusa de parafrasearlo—. Ojalá.
La letra de los trovadores permanece volviéndose universal, aunque para
la caída de aquellos reinos en que se engendraran esos poetas de calle es
sabido que los versos no son el punto de partida de ese hecho fatídico. Los
monarcas no son vencidos a base de poemas. Y es por esto que el poder
hegemónico en su forma real necesita de instrumentar su literatura en las
condiciones del propagandismo —y de tipo proselitista, antes que por mera
atracción—. No es casualidad que el oligopolio de la comunicación, las noticias
y el entretenimiento (aunque esto pueda apreciarse como un objeto hipostasiado)
no se valgan de Pablo HASÉL o de sus homólogos para manifestar el mundo del rapper. Y permanecerán omitidos hasta
que se los pueda volver una noción hueca (igual que sucede con una camiseta o
ropa interior donde se resuelve su diseño objetual en las siglas CCCP; se desprovee al objeto de
expresión de toda historicidad, en un marco si se quiere de dominación ideológica o de mera amputación
del sentido). El estatus biográfico que es reducido a la fama, a veces de
manera inadvertida, complica evidentemente las relaciones políticas (el
instrumento de la «fama», de alguna manera, se asemeja a aquello que las
sociologías alemana o estadounidense, al amparo de la figura teológica del
carisma, resuelven como «liderazgo» o «líder» en algún plano de superioridad fabricada,
como quien se mostrara sobre un pilentum;
al menos, así se la podría considerar en el aparataje de las mercadotecnias de
la comunicación que fabrican al famoso, al exitoso, al jet set como objetos de visión que referencian, y por ósmosis, la
promesa de desprenderse, los comunes y ordinarios, de las fatigas de la vida
pedestre).
La trova no necesariamente finaliza en el magnetoscopio de un
cortometraje musical o videoclip
postelevisivo.[13]
El canal de difusión —y sus
algoritmos de alcance— no hace al fin de un mundo textual. El fin lo es su estadio
de divulgación: el mundo textual, en las condiciones de la economía de la
conducta que remite a intereses, es expuesto en aquella práctica de la razón
misma que se enfrenta a las realidades de una época y a su lucha de clases. Ese es un criterio
de relación al menos relevante para resolver el «qué hacer» y «respecto de
qué». Esto permite la definición teórica de un problema, sin que una polémica
acaso deba aplanarse a los dimes y
diretes de la sola opinión, de la sola perspectiva, o del sólo punto de
vista. Es mucho más dificultoso convencer que cantar. Y es que el hecho
político requiere inevitablemente de una síntesis política. Los «finales
abiertos» —a la manera de un simple flâneur—
no son oportunos. Y es pues el aparataje de propagandismo el que sobre todo se
especializa —y en las condiciones de una hegemonía en que refluye— de orientar
esa síntesis y su sentido de apreciación de los
acontecimientos en las propias relaciones sociales (incluso en las
instancias privadas de la propia vida del sujeto que piensa).
Si el canto empuja a miles a
luchar —como se formula en Nuestras
Libertades— y para el logro además de una república popular, ese hálito de
vivificación, igual que la puja que permite nacer y respirar, obliga a que la
nueva criatura debe hallarse especialmente salvaguardada. El malestar del
recién nacido no se podrá solucionar permanentemente sólo con arrullos de cuna. El canto dejará paso
—sin que esto implique un abandono fútil, claro— a la retórica política. Esto
en general nunca es comprendido por el cíclope fascista, en su afán
anticomunista; por eso en el caso chileno su dictadura pinochetista supuso que
era suficiente con amputarle los dedos, cercenarle la lengua, machacarle las
manos a Víctor JARA, para posteriormente ejecutarlo mediante cuarenta y cuatro
impactos de bala.[14]
Lo consideraron necesario porque luego de la tortura, igual componía versos.
Separaron al poeta chileno de su guitarra, acaso previniéndose esos
torturadores del caso ejemplar del estadounidense Woody GUTHRIE en su This Land Is Your Land,
del año de 1944, quien al tomar su instrumento músico y gridar, al inicio de su
canción, una y otra vez lo sentenciaba: Esta
máquina mata fascistas (además, se hallaba anotado en la propia herramienta
de su plectro: THIS MACHINE KILLS FASCISTS).
En aquel Chile de la atrocidad, luego del asesinato de JARA en el año de 1973,
armados junto a otras guitarras, emergería el movimiento Nueva Canción de Protesta.[15]
Este funesto peligro de muerte, no es sólo un peligro para los
trovadores. La revitalización del neonazifascismo es un peligro para el mundo
entero (incluso es un peligro fatal para quien no tenga buen oído musical, o
para quien no sepa interpretar los tambores
de guerra en que se ensaya la mismísima NATO). Y la propia UN, mediante su
secretario general, ha empezado a advertirlo, finalmente: hay que intensificar la lucha contra el resurgimiento del neonazismo,
la supremacía blanca y el terrorismo por motivos raciales y étnicos, dado
que ya son más que amenazas terroristas
internas, se están convirtiendo en una amenaza transnacional.[16]
3. De la poesía a la historia. Mientras el poeta irreverente, este
catalán que se niega a ser plebeyo, es secuestrado por un reino borbónico que
se consideró injuriado (según lo fallan sus magistrados), al mismo tiempo, en
su tierra ibérica hay neofascistas y neonazis sueltos en su propio mitin, y
junto a un clérigo (el único de los participantes que no realizaría la
salutación nazi, ese neuma tergiversado), en los alrededores del cementerio de
la Almudena, en pleno Madrid, donde unos trescientos celebran a la División
Azul que combatió durante la II Guerra Mundial con operativos españoles a las
órdenes de A. HITLER. La fuerza policíaca escoltaría a ese colecticio de neonazifascistas.
Es un acostumbrado acto proselitista de reaccionarios españoles que ha sido
condenado oficialmente por los cuerpos diplomáticos de Alemania, de Israel y de
Rusia. Celebran, en su apología al anticomunismo y al antisemitismo, a aquella
nefasta época, claro, en que además de asesinarse por millones a judíos, a
comunistas, a homosexuales, a católicos, también se asesinaba a dramáticos y
poetas como hubo de acontecer con el entrañable F. GARCÍA LORCA a quien se
capturó, llevándoselo los franquistas primeramente a los calabozos del Gobierno
Civil, y posteriormente, en Fuente Grande, se lo fusiló.[17]
O en mención de la metalepsis de alguno de sus versos deliciosos, es que se
podría denunciar que el falangismo le
trajo la blanca sábana.[18]
Valga remedar, sin necesidad de obligarse a la condición académica de la
cita, algo (o poco) de aquellas sentencias que esos españoles reaccionarios han
reversado. Y a partir de una tergiversación endemoniada de la eudemonía
peripatética, afirmarían —sin desvelo—: el
fascismo es alegría. Y se reafirmarían además en esa hipotética delirante,
en su mala psicología de la historia: el
judío es el culpable y la División Azul luchó por ello y se liberó del golpe
del comunismo, de una invención judía destinada a enfrentar a los obreros y a
destinar credibilidad en las divisiones. Y fue ese mismísimo mitin —el de
las bestias que hablan, igual que una
manada de rinocerontes[19]
que empieza a distinguirse en la calle—
el que resultaría sacralizado; un clérigo de misa agrega el vinagre de la
cizaña, y banaliza el mal, en vez de esparcir
la sal de la verdad, contrariándose la sustancia más basal de aquella
homilética que es necesaria, o coloquial o solemne, en la predicación pública, en
aquel razonamiento que requiere sin demora del concierto de la fraternidad
cristiana: sin duda que el marxismo,
igual que ayer, en la época de la segunda guerra mundial, y hoy también, sigue
intentando turbar la paz de nuestra sociedad, turbar la paz de los espíritus y
sobre todo quitar a Aquél que es el Príncipe de la Paz, Nuestro Señor
Jesucristo.
Pues bien, ¿y es que acaso estos actos de aberración verbal contra la
verdad histórica o contra la propia «teología del ecumenismo»[20],
en sus raíces, apologética, cristológica, pneumatológica, en fin, no rezuman
vanidad necia y una jactada injuria al mismísimo Dios, al Iesus Hominum Salvator que es imposible abismar en un pánico moral?
¿Dónde queda el testimonio paulino, en su destacada predicación a los tesalonicenses,
al solicitar a sus hermanos en la fe el estudiadlo
todo, retened lo bueno? ¿Quién juzgará? ¿A cuáles blasfemos, una y otra vez
escudados en el falso testimonio de su moralina? Incluso su eminencia, el
arzobispo de Madrid y cardenal Carlos OSORO SIERRA declaró que resultan intolerables los ataques verbales
que sufre la comunidad judía, a manos de los celebrantes reaccionarios de
la División Azul.[21]
Y declaró incluso que reza por el fin de
toda violencia y de cualquier persecución religiosa. Aleluya —esta otra reafirmación
sí que comprende, ahora sí, un canto de
alegría—.
Entre tanto, además, días antes que los nazis de siglo XXI vociferaran
en las calles españolas contra los judíos de todo siglo, se prescinde del
guionista de RTVE Bernat BARRACHINA, entre otros profesionales acosados por la enjundia
monárquica, debido a haber presentado una sentencia coloquial, como rótulo
televisivo de noticias acerca de la heredera al trono español, quien, debido a
sus estudios de bachillerato internacional, se destinaría a viajar a Gales:
«LEONOR SE VA DE ESPAÑA, COMO SU ABUELO». Está claro que el sentido de la
hilaridad[22]
trata finalmente acerca de una sintáctica política —y BARRACHINA, quien ha
aplicado su habilidad para la comunicación política en tierras badalonesas, demuestra
saber precipitarse como un sagaz conocedor de esta premisa retórica y, a su
vez, de esa picaresca, españolísima, en que se envuelve su sintagma—. Al ser
cesado de inmediato por RTVE, el propio BARRACHINA lo anuncia en su tuiteo: «Me
han despedido, como al abuelo de Leonor».[23]
Al poeta irreverente se lo sume en el
artilugio neurálgico de la Ley Orgánica 10/1995 del Código Penal, en lo
relativo al Capítulo II de Delitos contra
la Corona. En el año de 2015 se aprobaron una serie de normativas
orientadas a la modificación del código penal en lo relativo a delitos de
terrorismo (ampliándose su concepto a la red de redes, incluso a aquellas
expresiones que se resolvieren como tuiteos). Esas normas han sido referidas
vulgarmente como leyes mordaza, siendo el poder determinativo español quien discrecionalmente
las aplica para identificar el odio o enaltecimiento del terrorismo y que rechazan
decenas de organizaciones españolas en el orden civil.[24]
Los asesores literarios de S.A.R. (quienes a veces, acaso frustrados,
bien podrían desplazarse, en sus críticas a la picante sátira, de la envidia a
la malevolencia, sólo porque ésta adquiere estimación o incluso aceptación
universal), no deben identificar confusamente la narrativa del dar vejamen habido en los versos o la
prosa —algo común entre poetas irreverentes, incluso esperable— y aquel otro
mundo de reconocimiento, algo esquizoide en sus tipologías, relativo a los actos
de enaltecimiento al terrorismo. Porque, de lo contrario, ¿qué habría de hacer
el reino, un reino que ha declinado como imperio, ante el nacimiento de un
próximo Francisco de QUEVEDO, o de algún otro Caballero de la Orden de
Santiago, capaz de esmerarse en ilustrar a la España futura, de ser deseable, no
con la espada sino con la pluma?
¿O no recuerda S.A.R., o los sabios eruditos que acaso lo acompañan, lo
sucedido al buen nombre de este escritor de oro español? Era el año de 1635 y
se imprimía con anuencia de las autoridades el libro negro contra QUEVEDO,
contra el Lipsio de España, deplorándose
a ese escritor y poeta incluso en los inicios del título: El Tribunal de la justa venganza, erigido contra los escritos de Don
Francisco de Quevedo, Maestro en Errores, Doctor en Desvergüenzas, Licenciado
en Bufonerías, Bachiller en Suciedades, Cathedrático en Vicios, y Proto-diablo
entre los hombres, siendo el ejecutor de esa obra penosa el licenciado
Arnaldo de FRANCOFURT. A S.A.R., así, junto a una cumbre literaria como QUEVEDO
valdría consultar, si tuviese a bien responder aquello que eran interrogantes
comunes, acerca de las miserias de la vida, para el filósofo cornudo que ríe y para el filósofo anegado que solloza: ¿Una
propria miseria haceros pudo cosquillas y pucheros?; ¿Un pecado es llanto y carcajada?
Ha de insistirse a S.A.R., es
necesario para procurar el entendimiento: ¿Qué ha de hacerse con la
irreverencia insoportable de QUEVEDO? ¿Cómo callarlo para siempre? O de lo
contrario, su insurgencia contra las relaciones políticas del poder en España y
de denuncia de los tipejos de una Corte se continuará en los siglos en forma de
sonetos:
«Yo te untaré mis obras con tocino,
porque no me las muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino.
Apenas hombre, sacerdote indino,
que aprendiste sin christus la cartilla,
chocarrero de Córdoba y Sevilla,
y en la Corte bufón a lo divino.
¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?
No escribas versos más, por vida mía,
aunque aquesto de escribas se te pega,
por tener de sayón la rebeldía».
¿O qué hacer S.A.R. con la copla popular, aquella dada en el Himno de Riego? Porque mientras el poeta
irreverente se halla en la prisión de su majestad, en los encierros de Ponent, las letras injuriosas habidas en coplas
de siglo XX se hallan publicadas en Foro
Memoria Histórica de la División Azul:
«Si la Reina vol Corona
Corona li darem;
que vingui a Barcelona
i el coll li tallarem!
Si el Rei demana corona
corona li donarem
que vingui a Barcelona
i el coll li tallarem!»[25]
¿O qué hacer con esta otra copla popular, esta vez de raíz
decimonona, malsonante, verdaderamente impúdica?:
«Si la reina quiere corona
que se la hagan de viruta
que la corona de España
no es para ninguna puta».[26]
Esto debe resolverse S.A.R.: ¿qué hacer con los poetas irreverentes y su
trova en insurgencia, al detestarse el mundo de la corona? Porque seguramente
no se tratará de ser más papista que el propio pontífice en Roma. ¿O sería necesario,
para bien del reino? Madrid no es Roma. O si se remeda a la Sala de lo Penal
del Tribunal Supremo del reino, donde se condena al poeta HASÉL, la
interrogación prosigue: ¿Cómo penar estas incitaciones, esta provocación y
riesgo que generan de que terceras personas, acaso enardecidas por esas
expresiones, retomen la violencia concreta contra instituciones y colectivos
reales? Es más, ¿debería retrotraerse el límite jurídico de ejercicio de
expresión al mismísimo garrote vil?
¿Por qué no conjeturarlo?, dado que hay antecedencias de barbarie, y en
demasía, contra los poetas impertinentes. ¿O no recuerda S.A.R. al teólogo y
poeta salamantino Fray Luis De LEÓN, el impúdico traductor del Cantar de los cantares[27]
(labor que emprendería a solicitud de la monja Isabel OSORIO)?; y a quien en el
año de 1572 se apresaría y torturaría[28]
por decisión de la autoridad en los calabozos de Valladolid. ¿Ese debe ser el
destino de los poetas insolentes en el reino, siglo tras siglo? ¿Así deben ser
las Españas del rey?
4. De la poesía a la hegemonía. Ojalá a los poetas del reino —y
por piedad, o en aras de la clemencia— no se los recluya en un gongorismo
normativo y a aquellos que no, desobedientes, se los ahogue tipificándolos de favorecer
la decadencia moral. El terror, el del
propio sujeto-que-discursa, a hallarse integrado a un «libro disciplinario» que
hubiese para quienes profesan la ofensa a S.A.R. —ese otro terrorismo de estado
aplicado, al amparo de una anterior iconografía del miedo que refluya como
testimonio oficial de un ejercicio de
palabra— sólo conduciría a causa de una hostilidad de estado, antes que debido,
acaso, a un laboratorio narrativo, a la afectación del lenguaje y a la sola
ornamentación. Y sin que hubiese otra alternativa. Eso haría de la Poesía no un
mundo imposible, aunque sí un mundo desmoronado.
Es de suponerse que la tiranía cíclope bien podría terminar de obligar a
los poetas irreverentes, antes que elididos en sus ansias, al uso de la
neología estilística (al indagar en la expresividad de la palabra en sí misma,
en el intento de traducir ideas no originales, como podría serlo la idea de república, o de defensa de la república, y de una nueva
manera). Y los efluvios de los poetas, en general, no sólo se desplazan más a
prisa que un código penal destinado al control y castigo de expresiones que son
objeto de exploración en sí mismas,
sino que se vuelven, antes o después, más universales que las disertaciones de
una casa real (igual que en lo acontecido con las coplas). No se puede reducir
a los poetas a la obediencia pura, como no se podría suponer que bastaría con
el pelargón para saciarlos —para
cumplir con el alimento de sus verdaderos anhelos
literarios—.
¿Acaso no ha bastado con las advertencias de A. GRAMSCI? El régimen
caduco aplicará su terror reaccionario hasta que una nueva hegemonía, otra
hegemonía que sea su contradictorio, provoque su derrumbe. Esa otra violencia
revolucionaria debe resolverse necesariamente en la racionalidad de las
alianzas orgánicas, a la manera de una epitaxia (requisito ampliamente aplicado
por los revolucionarios burgueses[29],
respecto de una época en que sus representantes políticos eran entrenados a la
hora de finar absolutismos mediante el terror
político, función que MARX analizaría, además, a su tiempo, a partir de una posterior Comuna de París que sería avasallada; o incluso también después, ahora sí consagrada esa misma burguesía a ser clase explotadora, y durante las guerras
mundiales, es que se valdría a su vez del desarrollo de alianzas estratégicas,
esta vez, mediante formas reaccionarias anticomunistas, luego devenidas a neoliberalismo
e incluso, a partir de siglo XXI, hasta resueltas en formas temerarias de lawfare[30]).
El poeta irreverente se ha vuelto un afortunado radical, el actante de un tiempo de acontecimientos
ideológicos vueltos explícitos (como las acuarelas de los ilustradores
pornógrafos de otro siglo): la toma de conciencia social se cataliza, dada
contra las injusticias de un régimen monárquico que vivificó un franquismo del
que se renegaría posteriormente en el discurso público, aunque sin privarse de
un mutuo convivir. El problema de
expresión, igualmente, no sólo es un problema político y semántico, acaso propio
de materialistas, como en el caso de la hegemonía o de las relaciones
hegemónicas de GRAMSCI, quien oportunamente resolviese su definición teórica.
Este problema de expresión es
asimismo un objeto moral que se radica en el acervo más noble del idealismo: el
poeta HASÉL habría sido admirado por un hombre de armas y finalmente filósofo
como Sócrates, el sabio que no sabía escribir y detestaba a los logógrafos (a
esos vendedores de discursos).
Es Sócrates quien se enfrentó a los heliastas, en su propio tiempo de
injusticias: les advirtió incesantemente que no se retiraría al exilio, no
admitiría que lo redujeran al ostracismo, y por tanto se hallarían obligados a aplicar
sentencia, siendo que acometieron la atrocidad de penarlo a causa de su decir
reflexivo que tipificarían de degenerado.
Quedó obligado a la cicuta. No hay quien recuerde a aquellos heliastas, a
aquellos jueces anquilosados en el deshonor y en sus sentencias burdas. El
poeta irreverente, y siempre salvándose la necesaria distancia, se ha
continuado en esa senda moral, verdaderamente heroica, y que requiere de un
carácter templado a la hora de tomar decisiones orgánicas. El paradigma
socrático, claro, no debe implicar sumirse en el envenenamiento sino esforzarse
en evitarlo —incluso en aquellas circunstancias en que el transcurrir de los
días y las noches se vuelve excesivamente lento—. Si de algo sirviese el
mencionarlo, en las repúblicas, donde no son admisibles los súbditos ni los
títulos nobiliarios, es donde más se atesora la afirmación promisoria de que si
un sujeto soberano cualquiera demostrara reverencia, la ofrecería —más que para
manifestarse ante ningún rey, incluso si se tratara de un rey justo— para abrazar en la razón a aquellos poetas que se
vuelven universales (igual que un anciano se inclinaría para abrazar a su hijo
pródigo que se hallaba ausente).
El propio Hasél reconoce que ha logrado obligar a las fuerzas
reaccionarias de represión a leer poemas;
y podría agregarse: los obliga a la lectura escrupulosa de poemas irreverentes.
Esto, la demonización del decir literario, no es la primera vez que le sucede a
un español poeta —frío o caliente—. Además de a HASÉL, hubo en el
año de 2017 unos doce cantantes españoles que se enfrentaron a un fallo de
encarcelamiento debido a un supuesto enaltecimiento del terrorismo, hallándose integrados
al colectivo musical La
Insurgencia y siendo que no sueñan con Versalles sino con barricadas.[31]
¿No se lo acusaría al propio Mandela de «terrorista» en el mundo
occidental e imperial (aunque nunca habría cometido el pecado de ser poeta),
encarcelándoselo y sometiéndoselo a tortura, durante casi tres décadas, a causa
del fallo de un tribunal intrigante del Apartheid
sudafricano? Suele suceder —al menos en el esquema colonial de las relaciones
políticas y de su aparato de justicia—: se practica la confusión atropellada y
lábil de los conceptos jurídicos que son relativos o al acto de insurgencia o al
de terrorismo. No es que acaso los funcionarios abocados a cumplir sus tareas
de judicatura se confundan en sus fallos; el sentido del ejercicio de
sentencia, de su casuística, es aquello que verdaderamente se confunde,
haciéndose del tecnicismo de la omisión de la prueba un arte exprofeso de
silogismo: el monarca ha robado; no obstante es prohibido tildarlo de ladrón; y
el único delito penal es, así, verdaderamente, el de nombrarlo ladrón. El relato de la insurgencia contra las
injusticias de un reino es traslapado, tras de un sentido monista de
cumplimiento del orden civil. Se
hipostasia a la necesaria justicia, no porque se la vuelva acaso una esfinge, puesto
que así al menos sería un monstruo fabuloso con enigmas irresolubles, sino,
volviéndosela una muralla imposible para toda una muchedumbre de comunes,
insoportable, inescrutable. Y que se destina, así, a que antes o después se la rebata,
además, mediante otro concreto social: el herri
harresia —ese otro muro que erige la misma muchedumbre profana, al
proponerse impedir la detención de un rapper
proscrito, ante la parafernalia de un operativo policíaco—.[32]
La defensa del poeta secuestrado, se ha expandido hacia las plazas y
las calles del reino —como en la plaza Lesseps y la avenida Riera de Cassoles o
la Vía Augusta, en Barcelona—. Sucedió en Girona, en Lleida, en Valencia.
Sucedió en la binacional Euskal Herria —citados en Iruñea (o Pamplona, en su
onomástica española), en la plaza del Castillo—. O se han encontrado esos
defensores del poeta encarcelado en el Boulevard de Donostia. Y han sido
convocados a su vez en Bilbo (o Bilbao), en su plaza de Arriaga. Y en Madrid,
se hallaron en las escalinatas del Congreso —mediante un encuentro organizado a
manos de formaciones soberanistas catalanas, gallegas y vascas—. Y hasta
Alberto GARZÓN, el señor ministro de consumo, declararía que la detención del rapper denota un «síntoma de déficits
democráticos graves». Y se ha salido a las calles de Segovia, frente a su
Palacio de Justicia. Y más defensores del poeta se hallaron en Las Palmas de
Gran Canaria. Y lo mismo sucedería en Zaragoza. Y en otras ciudades de otras
regiones los poemas y sus poetas continuarían multiplicándose en las calles,
como los panes y los peces.
Y se multiplicarían las personas heridas de gravedad a causa de
artillería, de golpizas ensañadas o de atropellamiento policíaco, y detenidas,
incluso quebrantadas en su dignidad. En todo el reino se multiplicarían. Se
multiplicaron y expandieron y son muchedumbre engendrada, a pesar de que los
operativos antidisturbios, a los participantes de esos mítines para la defensa
del poeta encarcelado, les provocaran lesiones de proyectil —y que se estima,
según el codirector del Centre de Defensa de Drets Humans Irídia y asesor jurídico Andrés GARCÍA,
fueron dadas mediante impactos de foam—.
El secuestro y encarcelamiento ejecutados contra un decir, o su provocación al exilio, una y otra vez se reitera, no
comenzaría con HASÉL, puesto que anteriormente se hallan los casos de César
STRAWBERRY, de VALTONYC, de Cassandra VERA, entre otras personalidades
vinculadas a la narrativa antimonárquica.[33]
Si bien los poetas argumentan
su mundo de imaginerías, esto no es suficiente para convencer. El argumento es
relativo a la discusión. Para alcanzar el plano del fundamento se requiere que
las propias cuestiones se amparen en la prueba: el ejercicio del saber justificar compromete los límites (o la
subjetivación) de todo argumento. Es por esto que la doctrina legal es posible
triturarla en su metodología a manos de sus doctos y filósofos, si acaso se
hallan leales al archivo. En cambio, en el mundo de los textos poético,
narrativo, dramático, hasta es posible discutir un objeto de ilusión a partir
de hechos imposibles; y se puede ensayar a partir de tropos, como mediante el adínaton que sirve incluso a un epigrama
clasista sin igual: Es más fácil que un
camello entre por el ojo de una aguja que un rico entre en el Reino de los
Cielos (esto, más allá del sentido discutible que ciertamente hallará el
filólogo en las necesarias relaciones históricas de traducción).
Así, y esto es aprendido con la retórica peripatética, quien convence —y
es que quien convence, vence— es siempre un sujeto político
(enserido, claro, en los intereses y relaciones de trabajo en que se envuelve
un poeta o un apolónida, un carpintero,
un parlamentario, un desahuciado, un inmigrante, un transexual,
un docente, un exiliado, incluso un enemigo
de clase). Por esto, el acto retórico de apologizar al poeta irreverente —para
el caso, mediante relaciones académicas o la publicación de una tesela acaso
con un donaire epistolar— no se reduce a relaciones estéticas, habidas, sin
duda, dado que aquella narratología en que se comprende se refracta no de un
mal albur sino de una necesaria «política de alianzas» (ciertamente, siendo,
esto, a su vez, si lo requiere todo revolucionario, de preclara cardinalidad
leninista).[34] La alianza orgánica es institucionalmente superadora del sólo
espontaneísmo o comunitarismo (del
mecanicismo y automatismo foquista o
voluntarista dados en sus formas «eserista» o «populista»), o de la sola ética del instante —insuficiente,
incluso vuelta cosa o malversada en adoquines volcados a diestra y siniestra en
las calles de la vida—. El odio de clase (como
el habido legítimamente entre los esclavos contra la sociedad de la esclavonía),
el problema de su idea, no se reduce a
la psicología de la ira (o a las pasiones del alma, de mero registro
cartesiano).
El poeta irreverente no es un relator antojadizo —ni siquiera si se
postulara como un narrador sujeto a las condiciones del dadaísmo, a ese anarquismo
extremo de expresión, de esa raíz maravillosa que adquirirían además otras
ficciones— sino un esmerado sujeto lógico que se obliga a comprender las leyes
de la historia (imposibles de reducir, además, a sus propias relaciones
biográficas, dado que tratan de relaciones orgánicas). Porque en el regressus del hecho narrativo habrá que
enfrentarse a una cuestión dudosa impostergable: ¿quién hace la síntesis
retórica de esta insurgencia en contra de las injusticias que padecen los
súbditos de un reino, siendo que aquello que verdaderamente se anhela es la república?
Y la poesía, ese mundo antiguo, no será suficiente para resolver una definición
teórica que oriente la amalgama de tantos sublevados, como obreros de la vida
nueva, como estudiantes de la vida nueva. Uníos:
¿acaso esta proclama aún no resuena, en la sangre de tantos oprimidos en el
mundo?
Los poetas irreverentes, de alguna manera, al proferir anhelos de república, se hallarán integrados al juzgamiento histórico de aquella representación de Nación que se significa en el sujeto soberano y que no se admite que refiera a un rey —y esto se volvería posible a partir de la revolución burguesa francesa, además, en su asamblea nacional del tercer estado, aunque en aquella época la clase obrera no se hallaría integrada a pesar de ensoñar posteriormente su intento de universalidad—. Del otro lado del Atlántico, en el Nuevo Mundo, un rapper que no se someta al infame régimen del americano blanco no hallará acaso una mejor fortuna que en el Viejo Mundo los poetas negados a ser súbditos de su rey. Se halla el caso del rapper Willie McCOY a quien seis operativos policíacos ejecutaron mediante disparos con armas de fuego en cabeza, orejas, cuello, pecho, brazos, hombros, manos y espalda.[35] No se finalizaba aún esta tesela de ribete epistolar que nuevamente el poeta Elgio —otro rapper español— resultó condenado por parte de la Audiencia Nacional, y ratificada su condena por el Tribunal Supremo, como autor criminalmente responsable de un delito de enaltecimiento o justificación del terrorismo.[36] Es que estos poetas insurgentes no aprenden la lección de obediencia. Y desobedecen, si se atiende su propia trova, porque el horror judicial que se tendría a sus versos no es más que un Riesgo abstracto: si una canción parece violenta, no queráis ver una población despierta.
Montevideo, República Oriental del Uruguay
[1] Vid. BURDIEL, I. 2012. «Los
Borbones en pelota» en URL: https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/32/48/_ebook.pdf (Acceso 2021, febrero 22).
[2] Vid. SERRALTA, F. 2011. «Sobre una
referencia histórica de La hermosura aborrecida (Lope de Vega)» en URL: https://journals.openedition.org/criticon/2611
(Acceso 2021, febrero 16). Y además, Vid. Di PASTENA, E. 2003. «Hacia una
edición crítica de La hermosura
aborrecida, de Lope de Vega» en URL: https://cvc.cervantes.es/literatura/criticon/PDF/087-088-089/087-088-089_245.pdf
(Acceso 2021, febrero 16).
[3] Se reconoce
que esta especificación del relato como «ficcional» es sólo una frontera
disyuntiva entre lo irracional o lo racional —finalmente, sólo un intento débil
de discriminación entre «Poesía» y «Verdad»—. Vid. BUENO, G. 2009. «Poesía y verdad» en URL: http://nodulo.org/ec/2009/n089p02.htm
(Acceso 2021, febrero 22).
[4] Vid. GALA; C. [2000]. «DE LA PARODIA AL PATETISMO: LORCA, DALÍ Y
BUÑUEL» en URL: https://cvc.cervantes.es/literatura/cauce/pdf/cauce22-23/cauce22-23_25.pdf (Acceso 2021, febrero 22).
[5] En la época
clásica (segunda mitad de siglo V), se incursionaría en la reflexión acerca de
la actitud ante la vida especialmente
mediante «poetas» y «legisladores».
[6] Vid. Universitat de Lleida. 2021,
febrero 15. «Comunicat del consell de direcció per les protestes a l'edifici
del Rectorat» en URL: https://www.udl.cat/ca/serveis/oficina/Noticies/Comunicat-del-consell-de-direccio-per-les-protestes-a-ledifici-del-Rectorat/
(Acceso 2021, febrero 16).
[7] Vid. EUROPA PRESS. 2021, febrero 08. «Centenares de representantes culturales, encabezados por Almodóvar, Serrat y Bardem, piden la libertad para Pablo Hasél» en URL: https://www.publico.es/actualidad/centenares-representantes-culturales-encabezados-almodovar-serrat-bardem-piden-libertad-pablo-hasel.html (Acceso 2021, febrero 20).
[8] Vid. HASÉL, P. 2021, febrero 19. «ANTE MI NUEVA SENTENCIA DE
PRISIÓN QUE NO ES FIRME» en URL: https://twitter.com/PabloHasel/status/1363524706595397636 (Acceso 2021, febrero 26).
[9] Vid. RT. 2021, febrero 12. «Último día
para el ingreso voluntario en prisión del rapero español Pablo Hasél por 64
tuits y una canción» en URL: https://actualidad.rt.com/actualidad/383344-ingreso-prision-rapero-espana-hasel-tuit-cancion
(Acceso 2021, febrero 12).
[10] Vid. HASÉL, P. (declaración de Centro Penitenciario
Ponent). 2021, febrero 19. «La guerra sucia desinformativa» en URL: https://twitter.com/PabloHasel/status/1364219076957007875/photo/1 (Acceso 2021, febrero 23).
[11] Para una reseña de la operatoria judicial contra Pablo
HASÉL, Vid. RT. 2021, febrero 23.
«Quién es Pablo Hasél, el rapero cuyo encarcelamiento ha desembocado en fuertes
protestas en España» en URL: https://actualidad.rt.com/actualidad/384299-pablo-hasel-rapero-encarcelamiento-protestas-barcelona (Acceso 2021, febrero 23).
[12] Mucho otro florilegio se halla compilado por la academia gallega en Ejercicios de análisis literario y colección de piezas selectas en prosa y composiciones poéticas castellanas, de R. CASAL y AMENEDO.
[13] Para una
revisión panorámica de cuestiones atinentes a la revitalización del formato postelevisivo, Vid. SEDEÑO-VALDELLÓS, A. M.; 2020, marzo 12. «El videoclip musical, fuente de creatividad
viral» en URL:
https://theconversation.com/el-videoclip-musical-fuente-de-creatividad-viral-132885
(Acceso 2021, febrero 22).
[14] Vid. BUREN, R. 2015, septiembre 16. «Las manos de Víctor
Jara (42 años de su muerte)» en URL: https://www.diagonalperiodico.net/culturas/27767-manos-victor-jara-42-anos-su-muerte.html
(Acceso 2021, febrero 25).
[15] Vid. CASTILLO, O. 2016, septiembre 10. «Cantos revolucionarios: la
protesta musical como arma social» en URL: https://culturacolectiva.com/musica/cantos-revolucionarios-la-protesta-musical-como-arma-social (Acceso 2021, febrero 27).
[16] Vid. RT. 2021, febrero 22. «António Guterres califica los
movimientos nazis y de supremacía blanca como una "amenaza
transnacional" que se vuelve más peligrosa cada día» en URL: https://actualidad.rt.com/actualidad/384296-antonio-guterres-movimientos-nazis-supremacistas-amenaza-transnacional (Acceso 2021, febrero 25).
[17]
De entre destacados artículos que reseñan la biografía de este escritor
granadino, valga mencionar el siguiente de Revista Proceso: García Lorca y la hipocresía del franquismo,
de A. GUTIÉRREZ. Vid. GUTIÉRREZ, A.
2016, agosto 24. «García Lorca y la hipocresía del franquismo» en URL: https://www.proceso.com.mx/reportajes/2016/8/24/garcia-lorca-la-hipocresia-del-franquismo-169469.html
(Acceso 2021, febrero 26).
[18] En «1 La cogida y la muerte» de GARCÍA LORCA: Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, el verso anota Un niño trajo la blanca sábana […]. Vid. GARCÍA LORCA, F. S.a. «Llanto por Ignacio Sánchez Mejías» en URL: http://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/llanto-por-ignacio-sanchez-mejias-785143/html/e0c85a1b-ec35-497d-b4c9-b11bcc62d25f_2.html (Acceso 2021, febrero 25). Nota: los versos de «1 La cogida y la muerte» se leían en la radiofonía de la República Oriental del Uruguay, durante la dictadura militar fascista que ejecutó su golpe de estado contra las instituciones democrático republicanas, en el arco histórico de 1973 hasta 1985, para convocar clandestinamente a los obreros y a los estudiantes, en el horario de las cinco de la tarde, al mitin en las calles en contra de la tiranía: el periodista Ruben CASTILLO, un 9 de julio del año de 1973, leería, en su programa radiofónico, los versos de GARCÍA LORCA, y con énfasis diría ¡Ay qué terribles cinco de la tarde!; y así las calles de la ciudad de Montevideo se desbordaron de hombres y de mujeres, a las cinco de la tarde, para clamar por las libertades democráticas de una república.
[19] El dramaturgo y poeta E. IONESCO es
quien supo referenciar, mediante una imagen verbalizada zoomórfica, en su obra Rinoceronte, al movimiento fascista rumano de los Guardias de Hierro (organizado
a partir de la Legión del Arcángel San Miguel). Aquel movimiento se dedicaría a
la matanza de hombres y mujeres rumanos, integrantes de la comunidad judía, en
el año de 1941. En esa dramaturgia, la libertad
de expresión se reduce finalmente sólo al ruido animal de los rinocerontes
ante cada llamado telefónico y en cada programación radiofónica. Logró advertir
ese mundo reaccionario a partir de su mecanismo
absurdo, incluso a pesar de haber aceptado, anteriormente, el participar en
los servicios culturales de la Real
Legación de Rumanía ante el gobierno de colaboracionistas nazis que se
estableciera en Vichy y a pesar de ser, a su vez, posteriormente, un crítico
acérrimo de la revolución socialista rumana y su república.
[20] Una raíz fundamental se halla en
el decreto UNITATIS REDINTEGRATIO,
del año de 1964, donde se exhorta a los
fieles a que se abstengan de toda ligereza o imprudente celo, que podrían
perjudicar al progreso de la unidad.
[21] Vid. OSORO SIERRA, C. 2021, febrero 16. Sin título [Acabo de hablar con el presidente de
@fcjecom, Isaac Benzaquén, para trasladarle la cercanía de la Iglesia católica
en Madrid tras los intolerables ataques que han sufrido] en URL: https://twitter.com/cardenalosoro/status/1361746669142999041 (Acceso 2021, febrero 26).
[22] De alguna manera, se propone que
en todo caso esa hilaridad se discute envolviéndosela en la propia ética de la risa, de esa fricción del
entendimiento habida consigo mismo. Vid.
BUENO, G. [1953]. «Ética de la risa» en URL: http://www.filosofia.org/hem/195/ga95303a.htm
(Acceso 2021, marzo 1).
[23] Vid. BARRACHINA, B. 2021, febrero 11. Sin título [Me han despedido, como al abuelo de Leonor]
en URL: https://twitter.com/bernibarrachina/status/1359799404803293185 (Acceso 2021, febrero 27).
[24] Vid. Federación de Sindicatos de Periodistas. 2020, junio 25.
«Cinco años de ‘Ley Mordaza’ y el Gobierno no cumple su compromiso de
reformarla» en URL: https://fesperiodistas.org/cinco-anos-de-ley-mordaza-y-el-gobierno-no-cumple-su-compromiso-de-reformarla/ (Acceso 2021, febrero 26).
[25] Vid. Amenofis. 2008, diciembre 27. «Coplas catalanas» en
URL: http://memoriablau.es/viewtopic.php?t=944
(Acceso 2021, febrero 22).
[26] Vid. BURDIEL, I. 2012. «Los
Borbones en pelota» en URL: https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/32/48/_ebook.pdf (Acceso 2021, febrero 22).
[27] Cfr. VOSSLER, C.; Fray Luis de León; (2.ª ed.) ESPASA – CALPE SA;
Buenos Aires, 1946 (págs. 13-14).
[28] La tortura coactiva se comenzaría a aplicar
en el Viejo Mundo a partir de Inocencius PP IV, en el año de 1252.
[29] El «burgués»: los que dominan el comercio entre pocos.
[30] Nota: la lawfare es un tema pedagógico ensayado
en URL: https://prometheuschannel.blogspot.com/2018/11/lawfare.html,
en coordenadas geopolíticas latinoamericanas.
[31] Vid. RT. 2017, diciembre 11. «La Justicia española encarcela a doce
raperos por un delito de enaltecimiento del terrorismo» en URL: https://actualidad.rt.com/actualidad/257294-espana-condena-carcel-raperos-enaltecimiento-terrorismo (Acceso 2021, febrero 20).
[32] Vid. NAIZ. 2021, febero 16. «Fuerte respuesta en Catalunya y eco
internacional tras la detención de Hasél» en URL: https://www.naiz.eus/eu/info/noticia/20210216/los-mossos-entran-en-el-rectorado-universidad-de-lleida-para-detener-a-hasel (Acceso 2021, febrero 20).
[33] Vid. AFINOGENOVA, I. 2021, febrero 19. AHÍ LES VA: «¿“Democracia
plena”? Cárcel para el rapero Pablo Hasél y permiso para marcha nazi en España»
en URL: https://www.youtube.com/watch?v=8OmGaOJrbIg (Acceso 2021, febrero 19).
[34] Para las relaciones de refractado de un relato y su escritor, como problema en el mundo, a partir sobre todo de aquel componente narratológico que es relativo a la historia, se halla el caso leninista del análisis de la relación contradictoria habida entre el relato sobrio y el relato clerical en un mismo cuerpo narrativo —no como producto accidental de ese devenir en que se ilustra, sino como expresión de una época—. Vid. LENIN, V. I. [2004]. «Leo Tolstoy as the Mirror of the Russian Revolution» en URL: https://www.marxists.org/archive/lenin/works/1908/sep/11.htm (Acceso 2021, marzo 1).
[35] Vid. People´s Daily. 2020, marzo 14.
«Texto íntegro del Registro de las violaciones de derechos humanos de Estados
Unidos en 2019» en URL: http://spanish.peopledaily.com.cn/n3/2020/0314/c31621-9668193.html (Acceso
2021, febrero 21).
[36] Vid. RT. 2021, febrero 22. «Seis meses de prisión para Elgio: otro rapero es condenado en España por enaltecimiento del terrorismo» en URL: https://actualidad.rt.com/actualidad/384310-seis-meses-prision-rapero-elgio-espana (Acceso 2021, febrero 22).